Areas aptas para el desarrollo de la maricultura venezolana



Germán Robaina G.

robainag@gmail.com


En su acepción más amplia la Región Marino-Costera la podemos definir como “… la parte de la tierra afectada por su proximidad al océano y aquella parte del océano afectada por su proximidad a la tierra”, y tradicionalmente se caracteriza por la gran cantidad de actividades humanas que en ella se realizan, así como por su elevada capacidad productiva y la diversidad biológica que poseen.

En nuestro país, tal como lo establece la Ley de Zonas Costeras, está constituida por la franja terrestre con un ancho no menor de quinientos metros (500 m) y la franja acuática con un ancho no menor de tres millas náuticas (5.556 m).

Respetando los diversos humedales asociados a sistemas marinos y estuarinos, lagunas costeras, salinas, bancos de corales, praderas de Thalassia, manglares, herbazales y zonas declaradas ABRAEs en alguna de sus múltiples modalidades, cuyo deterioro afectaría su funcionamiento, biodiversidad, economía y calidad de vida de un amplio sector de la pobla-ción venezolana, y en especial la provisión de recursos pesqueros, muchos otros sectores de esta amplia costa poseen un elevado potencial para el desarrollo de actividades acuícolas en alguna de sus modalidades, pudiendo jugar un importante papel de desarrollo económico y social del país.

De este a oeste las costas venezolanas se extienden desde la desembocadura del Río Esequibo, punto hasta donde se extiende la denominada Zona en Reclamación con la Guayana Esequiba, hasta Castilletes, en la península de la Guajira, donde se fija frontera con Colombia. Una porción importante de esta franja corresponde a las costas atlántica con unos 1.008 kilómetros de extensión, y una porción caribeña con 2.718 kilómetros de longitud.

Sin embargo, a pesar de esa larga línea de costa, su menguado nivel de extracción pesquera, la exportación de los recursos pesqueros de mayor precio aun a costa de las innegables deficiencias en el suministro de biomasa pesquera para la alimentación y nutrición del grueso de la población, en ella no se genera un kilogramo de biomasa pesquera por medio de prácticas acuícolas marino costeras.

Mientras numerosos países realizan esfuerzos para el desarrollo de la maricultura como actividad generadora de alimento, empleos y desarrollo, Venezuela ha mantenido una política acuícola bastante tímida, y numerosos prejuicios ante el supuesto deterioro ambiental que la actividad pudiera generar privan sobre otros criterios y dolencias que aquejan al país, muchos de ellos muy apremiantes (desarrollo, empleos, alimentación y divisas).

El desconocimiento y una exagerada leguleyería pareciera privar sobre el sentido común, y no faltan las voces agoreras que, aunque reclaman la escasez de alimento y sus elevados precios, en una desbordante muestra de desconocimiento sobre la potencialidad, viabilidad ambiental y sostenibilidad de la actividad, ruegan porque se mantenga la prohibición para su desarrollo.

El denominado riesgo-beneficio para evaluar la conveniencia o no del desarrollo de la actividad acuícola en nuestra línea costera no ha sido ni siquiera evaluado, sino que privan los criterios que se impusieron en el país aquello años en la que la escisión de la Oficina Nacional de Pesca (ONP) dio origen al Ministerio del Ambiente, dividiendo responsabilidades y potestades sobre la administración de la fauna venezolana, generando un gran antagonismo entre estos sectores (pesca y ambiente).

Las múltiples experiencias y tecnologías existentes a escala global con esta actividad nos permiten y facilitan poder formular y adoptar una adecuada regulación para su desarrollo en el país, minimizando equivocaciones y el potencial deterioro ambiental. Desde la adecuada selección de las locaciones con el uso de imágenes satelitales y georreferenciación, hasta la recuperación del entorno ambiental, incluyendo en ello la recolección de desechos orgánicos, hacen posibles desarrollos piscícolas sostenibles.

Definiendo como A.A.A. aquellas áreas de la franja marino costera nacional en las que, en base a sus características condiciones geo-climáticas, antrópicas y logísticas existentes se pueden realizar actividades de producción acuícola en alguna de sus modalidades, intensidades y especies para la generación de biomasa de origen pesquero sin la afectación exagerada e irreversible sobre el medio ambiente, e identificadas sobre la base de la caracterización detallada de la región a partir de imágenes satelitales, georreferenciación, análisis del clima, precipitaciones, hidrografía, batimetría, vientos, mareas, tipos de suelo, geología, riesgo sísmico, vegetación predominante, ABRAEs, zonas de seguridad y defensa, centros poblados, vías de comunicación, puertos, aeropuertos, servicio eléctrico, centros de procesamiento, áreas recreacionales, problemas ambientales, problemas de seguridad y marco legal que regula la actividad.

En función a todo lo anterior, y sin pretender sea tomada como una clasificación o locación definitiva, se han identificado tres (3) grandes subzonas para el desarrollo acuícola marino costero (bajo, mediano y alto potencial) así como dos (2) subzonas intermedias (mediano y alto potencial con limitaciones), así como numerosas locaciones de la línea costera continental venezolana que pudieran ser utilizadas en mayor o menor medida para el desarrollo de la actividad, sin incluir en esta revisión la porción insular ni las posibilidades que ofrece la maricultura oceánica.

Además de la caracterización realizada, con la excepción del extremo oriental de la Península de Paria entre la Ensenada de Mejillones y Puerto Hierro, el autor ha recorrido todos estos parajes, sin embargo, algunas de las visitas pudiesen tener algunos años de haberse realizado, motivo por el cual pudieran existir variaciones entre lo anteriormente conocido, lo reportado y la realidad actual.

1.- Delta Amacuro y Monagas

Esta zona posee muy poca potencialidad acuícola para el país, debido a sus costas cenagosas y la alta turbidez que predomina en sus aguas como consecuencia a los aportes provenientes de los numerosos ríos y caños que desembocan en el área, además de los ABRAEs que protegen a esta zona de la geografía nacional.

En la zona predominan los denominados suelos mal drenados que durante buena parte del año se encuentran saturados con agua, incluyendo suelos de drenaje pobre, muy pobre e incluye suelos imperfectamente drenadas.

La explotación acuícola por parte de las comunidades indígenas asentadas desde tiempos inmemoriales en la zona es una de las pocas alternativas que el autor ve para la actividad respetando la figura ambiental protectora existente.

3.- Edo Sucre

Aun con su amplia potencialidad acuícola que poseen muchos de sus parajes, es una zona de alta peligrosidad por los frecuentes eventos de piratería que en ella ocurren.
Al igual que las costas del Delta del Orinoco, las costas del Golfo de Paria son consideradas como costas de muy poca o ninguna potencialidad acuícola actual para el país, debido a lo cenagosas de sus costas y la alta turbidez de sus aguas como consecuencia a los aportes de agua dulce proveniente de los numerosos ríos y caños que desembocan en el área y las fuertes corrientes que desplazan aguas provenientes de los dos estados anteriormente citados.

A partir de Güiria la porción sur de la Península de Paria presenta numerosas bahías y ensenadas (Patao, Ucarito, Güinimita, Yacua, Macuro y Cariaquita) ensenadas estas de gran valor histórico ya que en alguna de ellas (posiblemente Macuro) ocurrió el primer desembarco de Cristóbal Colón al territorio venezolano durante su tercer viaje en 1498, y en las que pudieran desarrollarse emprendimientos de piscicultura en jaulas flotantes, sin embargo, estas se encuentran actualmente limitadas por la inexistencia de vía terrestre de comunicación y el acceso asfaltado existe tan sólo hasta Playa Tamarindo, y posteriormente una agreste carretera de tierra que sólo llega hasta Puerto Hierro, por lo que el acceso a estas ensenadas debe realizarse por mar.

Desde el pasado mes de octubre la franja marino-costera de la porción oriental de la Península de Paria, desde las cercanías de Cariaquita hasta las cercanías de la Ensenada de Mejillones en la vertiente norte de la península, fueron incorporadas a los linderos del Parque Nacional, por lo que su eventual uso en actividades acuícolas, tanto por lo duro de la zona, los escasos lugares con protección a las fuertes mareas y vientos, y la figura de Parque Nacional no permiten ofrecer esta zona como potencialmente factible para actividades de acuicultura.

Ya sin la afectación como Parque Nacional, sobre la vertiente caribeña, al oeste de Cabo Tres Puntas las condiciones mejoran algo, y algunas ensenadas existentes a partir de este punto, aunque con elevado valor turístico y/o pesquero, podría tener algún potencial para desarrollos acuícolas en manos de los lugareños. Entre ellas destacan, por solo citar las más evidentes, San Juan de Unare, Playa Guarataro, Playa Guacuco, San Juan de las Galdonas y las playas de Río Caribe, muchas de ellas consideradas de buen potencial para el cultivo de macroalgas y peces marinos, pero también citadas como zonas de elevado peligro por actividades de piratería y narcotráfico.

Entre Puerto Santo y Chacopata existen numerosas playas, ensenadas y bahías que cuentan con mayor o menor nivel de protección. La Bahía de Hernán Vásquez en Carúpano, Las playas de Taquime y la ensenada de Punta Esmeralda destacan entre otras.

Entre Chacopata y Punta Araya predominan extensas playas de gran utilidad para el cultivo de macroalgas, camarones y peces en jaulas flotantes, sirviendo además en una excelente fuente de empleo y desarrollo para la población local. En el área se encuentran algunas granjas camaroneras que no operan en la actualidad y constituyen un valioso recurso acuícola. Su posible reactivación para el cultivo de P. monodon sugieren algunos conocedores del tema.

Toda esta área está afectada por un fenómeno de surgencia costera cuyo efecto se deja sentir con mayor fuerza a medida que la plataforma se ensancha. La intensidad de este fenómeno depende directamente de la constancia y fuerza de los vientos Alisios.

A nuestro juicio, la vertiente occidental de la Península de Araya, entre Punta Araya y Punta Arenas, posee el mayor potencial para la piscicultura marina en jaulas flotantes, gracias a la calidad de sus aguas y el abrigo que la península le presta, sin embargo, es un área de fuerte explotación pesquera, incluyendo la captura nocturna de tajalí por troleo a relativa alta velocidad, por los que habría que delimitar potenciales áreas de pesca y de cultivo a efectos de minimizar potenciales conflictos.

El Golfo de Cariaco presenta características que lo hacen un ambiente susceptible a la influencia de las surgencias que lo convierten en una de las zonas más productivas del mar Caribe, adecuada para soportar altas densidades de organismos acuáticos. A nuestro entender es con mucho el área de mayor potencial acuícola de la región Nororiental Caribeña, y en ella se visualiza la realización de diferentes modalidades de acuicultura, tanto de peces, como de moluscos, crustáceos y actividades multitróficas.
Parajes tales como la Ensenada Rincón, Laguna Chica, Laguna Grande de Obispo, Laguna de Cariaco, y otras tantas ensenadas que se localizan en el interior del Golfo, poseen buen potencial para el desarrollo de diferentes modalidades de acuicultura.

Desde la ciudad de Cumaná hasta Punta Querrequerre en las cercanías de Santa Fe, toda la línea costera se encuentra afectada por la figura de Parque Nacional (Mochima), sin embargo, a partir de Punta Querrequerre, el parque adquiere dimensiones estrictamente marinas, por lo que la línea de costa no se encuentra afectada por esta figura protectora.

Bajo esta perspectiva, se visualiza como factible el desarrollo de actividades de piscicultura en instalaciones terrestres (tanques y/o lagunas) alimentadas con agua de mar y adecuadas regulaciones para la devolución de las aguas de cultivo, y por qué no, sugerir en pensar en el diseño y desarrollo de un programa debidamente diseñados de piscicultura artesanal extensiva o semi intensiva en jaulas flotantes, tanto en el número de unidades (jaulas) como en la densidad de siembra y ubicación para ser manejados por parte de los lugareños del sector de Islas Caracas y Golfo de Santa Fe.

El aprovechamiento de la Estación de Investigaciones Cientificas de la Bahía de Mochima, como centro de producción de semillas y/o alevines, brindaría gran apoyo a estos desarrollos.

Esta modalidad bajo ningun aspectos que conozcamos, a excepción de los de índole ideológicos, colide con la figura de Parque Nacional existente.

4.- Edo. Anzoátegui:

Entre la ciudad de Barcelona y Caicara (Complejo petroquímico de Jose), existe una larga línea de costa sobre la cual se construyó un complejo camaronero que al parecer no está en funcionamiento, instalaciones que deberían ser evaluadas adecuadamente para su reactivación ya sea para el cultivo de camarones o peces.

El área del Complejo de petroquímico de Jose hasta la población de Píritu, suponemos se encuentra debidamente restringida por parte de la industria petrolera y altamente amenazada por contaminación de origen petroquímico.

Entre la desembocadura del Río Unare (El Hatillo) y Boca de Uchire existe una larga fila de parcelas privadas, muchas de ellas en abandono o semi abandono, ubicadas en la línea de costa entre el mar y la Laguna de Unare que poseen potencial para el desarrollo de unidades de producción piscícola en tanques o lagunas de tierra con geomembrana alimentadas con agua de mar que, debidamente decantada, filtrada y vertida sobre la laguna, más que dañarla, ayudaría al refrescamiento de sus aguas. Toda esta área posee vías de comunicación y electricidad, lo cual facilitaría significativamente los desarrollos.

Un programa con adecuada financiación y proyectos prediseñados a tal fin traería grandes beneficios a esta zona y al país en general.

5.- Edo. Miranda:

Entre Boca de Uchire y Playa Guacuco, al este de Machurucuto, existen unos 27 km de línea de costa en la que desembocan numerosos cauces de ríos provenientes de las montañas de El Guapo que pudieran ser el asentamiento de programas de producción acuícola (peces o pequeñas granjas para el cultivo de camarones marinos o dulce acuícolas (Macrobrachium).

A partir de Machurucuto, prácticamente toda la línea de costa está afectada por la figura de Parque Nacional (Laguna de Tacarigua) incluyendo una franja marina de 5 km de ancho, recibe aguas de alta carga contaminante (Río Tuy) procedente de la Gran Caracas y poblaciones aledañas y es un gran polo de desarrollo turístico.

También se puede evaluar la posibilidad de pequeños y medianos desarrollos piscícolas en la porción costera de esta zona no afectada por la figura de ABRAE aprovechando la gran disponibilidad de agua dulce existente (¿?). Por otra parte, en la porción marina la Bahía de Puerto Frances, Majagua, Guaiguacara, Higuerotico y la ensenada de Punta Caimán existen condiciones que permiten desarrollos piscícolas flotantes debidamente armonizados con las actividades pesqueras y recreacionales tradicionales.

6.- Edo. La Guaira:

Aunque no pareciera una zona de elevado potencial acuícola, desde el punto de vista macro, en numerosas caletas, bahías y ensenadas que se encuentran a lo largo de esta línea costera de este estado se pudieran desarrollarse pequeños y/o medianos emprendimientos de piscicultura en jaulas flotantes, y/o aprovechando la estrecha franja costera que predomina entre Cabo Codera y Ciudad de Los Caracas, sin embargo, la mayoría de estos espacios, o son fuertemente afectados por el viento y el oleaje, o poseen gran interés habitacional, turístico y con pequeños asentamientos pesqueros, por lo que requieren evaluaciones más detalladas.

Desde el punto de vista micro, y obviando eventuales y potenciales niveles de contaminación en las cercanías de los centros poblados, no son pocas las localidades en los que es factible un pequeño desarrollo acuícola en los pequeños terrenos aun desocupados ubicados a lo largo de toda la costa del estado (desarrollos extensivos o semi intensivos).

A tales efectos debemos recordar que en un terreno equivalente a un campo de futbol (60 x 100 m), es factible la puesta en marcha de una unidad piscícola con capacidad para generar no menos de 100 Tm de biomasa pesquera al año, dependiendo de la especie y modalidad de cultivo que se seleccione.

En el extremo occidental del estado, la Ensenada de Chuspa, Chichiriviche de la Costa, Puerto Cruz y Puerto Maya, se podría tratar de armonizar la actividad turística, pesquera y acuícola manejada por los lugareños de la zona en unidades de cultivos de peces en jaulas flotantes.

7.- Edo. Aragua

El estado Aragua poseen numerosas ensenadas que pudieran ser aptas para desarrollos acuícolas, especialmente si estos se logran armonizar con las actividades pesqueras y turísticas que se desarrollan en ellas.

Al oeste de Puerto Maya se encuentran algunas pequeñas ensenadas con playas de arena y costa rocosas entre las que destacan Tuja, Playa El Diario, Playa Aroa, el extremo oeste de Playa Caleta, Punta San Adres y Playa Catica todas ellas factibles de desarrollar la actividad e intentar armonizar la actividad acuícola con la actividad pesquera y el turismo.

La Ciénaga de Ocumare, Playa Guabina y Turiamo, se encuentran incluidas en las cartas de navegación como área de seguridad, sin embargo, pudieran ser excelentes puntos para el desarrollo de actividades piscícolas por parte de los propios militares y su auto abastecimiento de biomasa pesquera, además de ser una excelente oportunidad de desarrollar un centro de capacitación y producción de alevines para el resto de la región.

Cabe desatacar que bajo ningún concepto se propone para este o ningún otro sector la supremacía de la actividad acuícola sobre la turística y pesquera, sino la necesidad y conveniencia de evaluar alternativas y complementariedad entre estas actividades.

8.- Carabobo

Playa Aguacate, Playa Flores, Jaguete y la línea costera al este entre Patanemo y Punta Jurelito, así como el Rincón del Pirata presentan buenas condiciones para el desarrollo acuícola sin la afectación de la figura de Parque Nacional (San Esteban), mientras que al oeste de El Palito existe una corta línea costera entre la Petroquímica (Urbanización Los Gavilanes) y Boca de Yaracuy que aunque suponemos posee algún nivel de protección por parte de la industria petrolera, posee una potencialidad muy similar a la descrita para el extremo oriental del estado Miranda (Boca de Uchire – El Hatillo).

9.- Falcón

Es el estado con mayor línea de costa del país sobre el Mar Caribe que se inician en Boca de Yaracuy, incluyendo a Boca de Aroa, Tucacas, Morrocoy, Chichiriviche y el Golfete de Cuare, en donde predominan tierras bajas dedicados a la explotación de la palma de coco, poseen uno de los más grandes desarrollos turístico-costeros del país y/o se encuentran protegidos bajo la Figura de Parque Nacional y Refugio de Fauna Silvestre.

En la zona de Boca de Aroa se construyó una de las primeras granjas piscícolas del país cuya locación pudiese no ser considerada como parte de la Región Marino-Costera (500 m), pero gran referente de la potencialidad acuícola del sector.

Desde Playa Los Cocos (Playa Norte en Chichiriviche) hasta Boca de Mangle se dispone de unos 23 km de costa baja con algunos caños temporarios que podrían ser útiles para el desarrollo de unidades costeras de producción acuícola. La ensenada de San Juan de los Cayos se visualiza como potencial área para el desarrollo de actividades piscícolas, aunque su baja profundidad obligaría a desarrollos a baja escala y dimensión. La franja marino-costera al este de San Juan de Los Cayos, a partir de Los Boquerones, se encuentra afectada por la Reserva de Fauna Silvestre de Tucurere.

Entre San Juan de Los Cayos y Ricoa, se encuentran algunas pequeñas caletas que pudieran servir para el desarrollo de piscicultura artesanal por parte de los pescadores de la zona, sin embargo, toda esta franja costera es fuertemente afectada por los vientos alisios y poseen alta turbidez, por lo que deberán ser adecuadamente evaluadas. En esta zona, el Plan de Ordenación del Territorio del Estado Falcón, contempla la unidad de Uso Acuícola (UAC1) sobre el valle del río Ricoa, en donde funciona una camaronera. En esta zona predominan los denominados suelos mal drenados que durante buena parte del año se encuentran saturados con agua, incluyendo suelos de drenaje pobre, muy pobre e incluye suelos imperfectamente drenadas.

Desde La Vela de Coro hasta Punta Macolla, la situación es similar, debiéndose tomar en cuenta la afectación de este territorio con la figura de Parque Nacional (Médanos de Coro) con su correspondiente franja marina (5.000 m) a ambos lados de su línea costera sobre el Mar Caribe y el Golfete de Coro, así como el Refugio de Fauna Silvestre de Boca de Caño, a la altura de El Supí.

En esta zona los lugares con algún tipo de resguardo en el mar constituyen áreas de elevado valor turístico y recreacional, motivo por el cual deberán evaluarse alternativas sobre la porción terrestre que preferiblemente no involucren el uso masivo de aguas subterráneas.

A partir de Punta Macolla, predominan los fondos arenosos y esta línea costera, hasta Villa Marina, poseen buen potencial para desarrollos piscícolas flotante.

El Plan de Ordenamiento Territorial de la Península de Paraguaná, contempla la figura de Manejo Piscícola Experimental dirigido a fomentar la agro-piscicultura en el sector agrícola del noreste de esta Zona de Interés Turístico, como actividad complementaria al agroturismo para minimizar la presión del uso pesquero sobre el Refugio de Fauna Silvestre y Reserva de Pesca laguna de Boca de Caño, contempla la instalación de unidades para el cultivo de larvas marinas (camarón) en laboratorios, previo estudio ambiental, con énfasis en la dinámica del medio marino costero y en la caracterización de ecosistemas frágiles, como arrecifes de coral y praderas de Thalassia, y prohíbe la instalación de granjas de cultivo de camarón en esta unidad y en el resto de la Zona de Interés Turístico Península de Paraguaná.

El Plan de Ordenación del Territorio del Estado Falcón, contempla la unidad de Uso Acuícola sobre la cuenca del río Mitare (UCA2) y sobre la zona comprendida entre el rio Urumaco y el río Cocuiza (UAC2), al Noroccidente del estado, en donde existen ya instaladas algunas granjas camaroneras biestadales (Falcón-Zulia).

10.- Zulia

La línea costera del estado Zulia se inicia en el citado Río Cocuiza, en donde se encuentran granjas camaroneras ya instaladas, aunque aparentemente no totalmente operativas. Posteriormente nos encontramos con el Refugio de Fauna Silvestre Ciénagas de los Olivitos, área de uso restringido para las actividades acuícolas, y más al occidente, entre Paraguaipoa y Caño Neima, existen no menos de 20 kilómetros de línea de costa con alguna potencialidad para el desarrollo de actividades acuícolas en su franja costera.

Lamentablemente, según las imágenes satélite consultadas, granjas camaroneras como la de Caño Sagua, la cual visitamos en fechas de su construcción, se encuentran en aparente estado de abandono o semi abandono. Esta zona, al igual que la vertiente Atlántica del país, es considerada como zona de alta peligrosidad y presenta fuertes deficiencias de seguridad y servicios.

11.- Locaciones más destacadas

Aunque se han citado varias, la porción occidental de la Península de Araya y el Golfo de Cariaco en el estado Sucre y Puerto Frances en el estado Miranda y la costa occidental de la Península de Paraguaná, constituyen las más importantes locaciones para el desarrollo de piscicultura marina en jaulas flotantes según los criterios del autor, mientras que la costa norte de la Península de Araya lo es para el desarrollo del cultivo de macroalgas, y sectores costeros del estado Anzoátegui, Falcón y Zulia para desarrollos acuícolas costeros (peces y/o camarones) alimentados con aguas de escorrentías o con el agua de mar circundante.

Por otra parte, la evaluación y posible recuperación de la infraestructura camaronera existente en el país sobre las costas de los estados Sucre, Anzoátegui, Falcón y Zulia, deben llamar la atención del sector gubernamental y privado del país.

Corolario:

Estimamos que no menos de 300.000 Tm de biomasa pesquera al año pudiera representar la sumatoria de biomasa factible de generar en sistemas extensivos, semi intensivos e intensivos con el aprovechamiento de esta vasta línea costera.

La voluntad política, empresarial y profesional que se pueda brindar a estas y otras áreas con potencial acuícola que posee la Región Marino-Costera venezolana, seguramente marcará una gran diferencia entre la producción acuícola nacional actual y la potencial producción a futuro que pudiese generar el país.

La posibilidad de normar adecuadamente el desarrollo de la actividad, y la posibilidad de declaratoria de Parques Acuícola Nacionales con sus respectivas reglamentaciones para garantizar su adecuado funcionamiento, seguridad y salvaguardar la calidad ambiental es una realidad que sólo espera por un poco de voluntad política y sentido común.

A lo largo de más de 30 años hemos recibido manifestaciones de apoyo, asesoría y suministro de instalaciones para este tipo de desarrollos por parte de diferentes países y empresas de reconocida trayectoria a nivel global dispuestas a colaborar con nuestro desarrollo piscícola.

Interés en desarrollar la actividad, capacidad para hacerla generar biomasa, hambre para consumir la biomasa generada y mercados para comercializarla hacia los mercados internacionales, existen.
Solo falta un poco de voluntad política.


Germán Robaina es colaborador destacado de Mundo Agropecuario

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