Cultivo de limón produciría menos por estrés hídrico


Sin controles de riesgo aptos tanto para épocas secas como para las lluviosas, los cultivos del llamado limón sutil –común o criollo– son susceptibles a excesos de humedad en el suelo, lo que limitaría su crecimiento y cosecha temprana o tardía.




Así lo descubrió Adriana del Carmen Celi Soto, doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, al evaluar la tolerancia del limón a diversos grados de humedad y su respuesta al estrés hídrico.

Junto con las doctoras Liliana Ríos Rojas y Sara Mejía de Tafur, docentes de la UNAL Sede Palmira, la investigadora realizó 5 tratamientos de controles de riego con varios niveles de evapotranspiración de cultivo (ETo – pérdida de humedad y punto de partida para diseñar sistemas de riego) con el fin de establecer cuál de estos puede evitar un bajo rendimiento de los limones por exceso de humedad y compartir los datos con los agricultores.

Los hallazgos de esta investigación, que se realizó en Manabí (Ecuador), podrían preservar la producción de este fruto, uno de los cultivos de mayor interés del país dado el auge de sus exportaciones a Rusia, Chile y otros países.

“En Manabí el consumo de limón es masivo por su uso en el arte culinario como en los ceviches y las limonadas, productos más conocidos en esta zona costera, especialmente en el municipio de Maconta, Valle de Portoviejo, en donde más se concentra la producción de limón en Ecuador”, mencionó la doctora Celi.

En Colombia la producción de limón forma parte de la cadena de cultivo de cítricos que gestionan 20 de los 32 departamentos del país, entre los que se destacan Antioquia, Valle del Cauca, Risaralda, Caldas, Quindío, Santander, Norte de Santander y Boyacá, con cerca del 57 % de área sembrada, según cifras del Ministerio de Agricultura.

Su importancia alimentaria es tal, que hasta agosto de 2021 la exportación de cítricos en Colombia llegó a los 13,3 millones de dólares, un crecimiento del 267 % en comparación con 2020.

Menos agua, más crecimiento

Las investigadoras trataron una parcela de árboles de limón sutil de una finca productora en Maconta (Ecuador), durante 2 periodos climáticos: uno seco (de agosto a diciembre) y otro lluvioso (enero a mayo); aunque el sistema de riego permaneció instalado en las dos épocas, en el periodo lluvioso no funcionó, posiblemente por saturación de agua.

Se utilizó un diseño de bloques completos al azar (BCA) conformado por los 5 tratamientos y los controles de riego del agricultor de la finca, con base en los siguientes grados de evapotranspiración del cultivo: 0,3; 0,5; 0,7 y 0,9 ET0.

Dos de estos cinco tratamientos están por debajo de la evapotranspiración de referencia que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que es de 0,7 a 0,85 y uno de ellos está por encima de esta sugerencia. A partir de ahí, calcularon los riegos programados diariamente mediante un software digital y con el apoyo de un miembro de la Estación Meteorológica más cercana al cultivo.

“Con él obtuvimos datos como temperatura máxima y mínima; humedad relativa; velocidad del viento; precipitación, luminosidad y demás factores del suelo; y cada cierto tiempo calculamos la demanda de humedad que necesitaba el cultivo. En función a este sistema se dio la cantidad de agua que necesitaba el cultivo, y la frecuencia de riego se estimó según las funciones de riego que realizaba el agricultor”, explicó la investigadora Celi.

De ahí, las expertas descubrieron que en época seca hubo un crecimiento precoz a cosecha en el tratamiento 0,3 ETo, sin alcanzar rendimientos satisfactorios en el cultivo de limón, es decir que sufre de estrés hídrico, mientras que con una ETo de 0,5 presentó los mayores rendimientos y bienestar en asimilación de dióxido de carbono, fotosíntesis y transpiración.

De lo anterior, la investigadora concluye que en cada fase fenológica (relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos) el requerimiento de agua del limón es clave y puede cambiar.

“Por ejemplo, si yo lo saturo o dejo de darle agua podría tener un fruto pequeño y eso es lo que no queremos obtener. Entonces el agricultor debe conocer esa sensibilidad en cada fase fenológica, e incluso ahorraría agua porque en algunas fases puede dejar el limón 15 días sin riego (porque no la necesita) y dársela nuevamente cierto tiempo después”, afirma.

“Aunque los agricultores conocen de manera empírica cómo controlar el exceso de humedad, conocer sobre estas evapotranspiraciones del cultivo podría darles más certeza y estabilidad del cultivo”, señala la investigadora.