Evalúan el uso de fertilizantes nitrogenados en cítricos: Argentina


Un estudio realizado por el INTA Concordia y la Universidad Nacional del Litoral evaluó diferentes formas de aplicación de fertilizantes nitrogenados y determinó que la fertirrigación permite incrementar la producción de naranjas y obtener frutas de mayor tamaño. Recomendaciones para lograr un manejo adecuado, asegurar los nutrientes para las plantas y minimizar el impacto en el ambiente.



La Argentina se encuentra entre los principales países productores de cítricos a escala mundial. En la provincia de Entre Ríos se encuentra aproximadamente un 26 % del total de la superficie del país de la actividad citrícola, que incluye el cultivo de mandarina, pomelo, limón y naranja. Por esto, un equipo de investigadores del INTA Concordia y de la Universidad Nacional del Litoral se enfocó en el estudio de la fertirrigación, como técnica que permite hacer una aplicación más eficiente del fertilizante, en plantas de naranja de la variedad Salustiana.

Alejandro Battistella, especialista en fertirriego en cultivos frutales del INTA Concordia –Entre Ríos–, señaló que “la aplicación de fertilizantes nitrogenados es favorable para el cultivo de la naranja, en este caso, de la variedad Salustiana”. Y agregó: “Mediante el empleo de la fertirrigación, técnica que permite la aplicación de fertilizantes en forma fraccionada en los momentos y cantidades que el cultivo lo requiere, registramos un incremento en la producción de la fruta, una mayor cantidad de nutrientes en las hojas y un aumento en el tamaño de las naranjas”.

El nitrógeno es uno de los nutrientes mejor estudiados en la producción de cítricos, en gran medida por el alto requerimiento que demanda este cultivo. En este sentido, Battistella explicó que “la fertilización nitrogenada es beneficiosa para los cítricos, ya que estos requieren una óptima concentración de nitrógeno para un buen rendimiento y calidad de los frutos”.

En Entre Ríos, los cítricos se producen en suelos profundos, aluviales, de textura arenosa. Debido a las características propias de estos suelos, el riego y la fertilización tienen que realizarse de manera planificada y programada, ya que su mala implementación, sumado a la aplicación de altas dosis de fertilizantes y a las lluvias abundantes de la región, promueven la lixiviación –proceso por el que las formas móviles del nitrógeno, como el nitrato, se filtran en el perfil del suelo y pueden contaminar aguas subterráneas.

Según el censo citrícola provincial de 2015/2016, de las 36.387 hectáreas cultivadas con cítricos, un 40 % disponen de riego y sólo un 5,6 % de la superficie total hace uso de la tecnología de fertirrigación. “El estudio realizado en INTA es un puntapié para la adopción de tecnologías más eficientes y amigables con el ambiente, no obstante, en la actualidad, se desconocen las cantidades anuales de nitrógeno que son perdidas por lixiviación y su efecto sobre la producción de los cítricos”, indicó Battistella quien advirtió que este problema es una incógnita a resolver, para optimizar el uso de fertilizantes nitrogenados y avanzar hacia un manejo sustentable de los recursos ambientales disponibles.

El aumento de la aplicación de nitrógeno en suelos donde se cultivan los cítricos incrementa la producción de los frutos. Sin embargo, es fundamental asegurar que no se pierda nitrógeno, mediante el proceso de lixiviación. “Debido a las características de los suelos arenosos en la provincia, la fertirrigación demostró ser una técnica prometedora para prevenir el potencial transporte de nitratos en la solución de suelo”, expresó el investigador del INTA.

En este sentido, Battistella puntualizó en la importancia de ajustar de forma correcta los sistemas de aplicación y las cantidades de nitrógeno a este tipo suelo. “El manejo de la fertilización, mediante la fertirrigación, sería un complemento importante para asegurar un suministro adecuado de nitrógeno a largo plazo, como también regular las formas de nitrógeno soluble para asegurar que las necesidades de las plantas estén cubiertas, minimizando de esta forma el daño ambiental por pérdidas del nitrógeno que se desplaza de la planta a la tierra”, señaló.