Un estudio genético encuentra que las uvas de vino modernas se domesticaron por primera vez en el sur del Cáucaso


Un equipo de investigadores de la Universidad de Udine y el Istituto di Genomica Applicata, ambos en Italia, ha encontrado evidencia de que las uvas de vino cultivadas en los tiempos modernos en toda Europa se domesticaron por primera vez en el sur del Cáucaso. 


por Bob Yirka, Phys.org


En su artículo publicado en la revista Nature Communications , el grupo describe su análisis genético de una gran cantidad de uvas en Europa y en el sur del Cáucaso.

Los vinos elaborados en Europa son famosos en todo el mundo por su sabor y calidad, e incluyen variedades como sauvignon blanc, chardonnay, merlot y cabernet. En general, se cree que las uvas utilizadas para hacer tales vinos eran versiones cultivadas lentamente de antiguas uvas europeas. En este nuevo esfuerzo, los investigadores han descubierto que ese no es el caso.

Al estudiar muestras de uva encontradas en Europa y el sur del Cáucaso (de 204 variedades cultivadas y silvestres), los investigadores encontraron que sus antepasados ​​eran uvas domesticadas originalmente cultivadas en el sur del Cáucaso (una región que se extiende a ambos lados de las montañas del Cáucaso que incluye Azerbaiyán, Armenia y Georgia). para el consumo, hace aproximadamente 4.000 años. También encontraron evidencia de que las uvas se dirigieron lentamente hacia el oeste hacia Europa, acercándose al Mediterráneo y luego moviéndose hacia el sur de Europa, y una vez allí, cruzando con variedades de uva nativas. Los investigadores sugieren que este mestizaje ayudó a las uvas a sobrevivir a los inviernos más fríos en Europa. Y sugieren además que el mestizaje con diferentes variedades nativas en diferentes partes de Europa condujo al desarrollo de las diferentes variedades que se conocen hoy.

Los investigadores también encontraron una enzima en las uvas silvestres que no estaba presente en las variedades domésticas. Se sabe que la enzima incita a la producción de una hormona del crecimiento. En las uvas silvestres, las hormonas trabajan para hacer semillas proporcionalmente grandes, pero las uvas que producen semillas más pequeñas son preferibles para su uso tanto en el consumo directo como en la elaboración de vino. Así, su ausencia hizo que las uvas nacionales fueran una mejor elección.