Un estudio indica que la agricultura agrega más fósforo a los arroyos que a los lagos


El fósforo es un nutriente importante, pero demasiado en lagos y arroyos puede disminuir la calidad del agua y provocar eutrofización, lo que da como resultado la proliferación de algas nocivas y zonas muertas. 


por Rachel Fritts, Eos


Para restaurar las vías fluviales degradadas por el exceso de fósforo, los responsables de la toma de decisiones deben comprender qué fuentes del nutriente podrían reducirse para lograr el mayor impacto en la calidad del agua.

La escorrentía agrícola de los fertilizantes y el estiércol es una fuente común de fósforo , pero el impacto de la agricultura no es uniforme en los diferentes cuerpos de agua.

Un equipo de investigación aplicó varios enfoques estadísticos para analizar datos de la Evaluación de lagos nacionales y la Evaluación de ríos y arroyos nacionales de la EPA de EE. UU. para determinar los impulsores más influyentes de los niveles de fósforo en los lagos y arroyos del país y comprender mejor cómo estos sistemas difieren en sus cambiando las entradas de varias fuentes de fósforo.

El estudio, titulado “Comparación de los impulsores de la variabilidad espacial en las concentraciones de fósforo de lagos y corrientes de EE. UU.”, se publicó en el Journal of Geophysical Research: Biogeosciences .

Descubrieron que los niveles de fósforo en los arroyos estaban fuertemente influenciados por las cantidades de fertilizante y estiércol introducidos en las tierras de cultivo cercanas, así como por las fuentes heredadas de fósforo agrícola liberado por la erosión. Los niveles de fósforo del lago, mientras tanto, fueron determinados por una combinación más compleja de variables: la escorrentía agrícola desempeñó un papel, al igual que los aportes históricos de la erosión, el reciclaje interno y otros factores.

El estudio indica que, a corto plazo, los esfuerzos para mitigar la escorrentía agrícola tendrían el mayor impacto en la reducción de los excedentes de fósforo en los ríos de EE. UU. Sin embargo, temperaturas más altas y más precipitaciones también se correlacionaron con mayores niveles de fósforo en el conjunto de datos, y los autores señalan que estos factores podrían contribuir a una mayor carga de fósforo en las aguas superficiales en el futuro debido al cambio climático.

Más información: Robert D. Sabo et al, Comparing Drivers of Spatial Variability in US Lake and Stream Phosphorus Concentrations, Journal of Geophysical Research: Biogeosciences (2023). DOI: 10.1029/2022JG007227