Campesinos de Colombia, Ecuador y Perú, beneficiados por técnica de fertirriego


Con la instalación de 32 sistemas de aplicación de fertilizantes diluidos en el agua (fertirriego) a cultivos de aguacate, cítricos y pasifloras (maracuyá, curuba y granadilla, entre otras), hubo en incremento en la productividad anual; además, 4.268 fruti y horticultores recibieron formación en esta importante área, lo que les permitirá ser más competitivos.



En el marco del proyecto “Productividad y competitividad frutícola andina (2017-2021)”, investigadores de Ecuador, Perú y Colombia implementaron dicha técnica para aumentar la calidad y perdurabilidad de las frutas en la cadena de valor. El líder del equipo es el ingeniero químico Carlos Eduardo Orrego Alzate, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.

“Las soluciones tecnológicas propuestas por el proyecto aplican para los sistemas de producción frutícola, la poscosecha y transformación integral de frutas y biomasa de los cultivos, y la comercialización de fruta fresca y sus derivados”, amplía el profesor Orrego.

El trabajo de campo realizado en zonas rurales de Colombia (Caldas, Risaralda y Cauca Antioqueño), Ecuador (Imbabura, Pichincha y Manabí) y Perú (Piura) buscaba comprobar que, con el uso estratégico del agua y la distribución equitativa de nutrientes, la planta joven que apenas brota de la semilla (plántula) podría crecer más fuerte, hasta el punto de multiplicarse en mayor proporción por hectárea.

“Las medidas que se hicieron de consumo de agua y de huella de carbono frente a los métodos convencionales de cultivo, evidenciaron el aporte positivo del fertirriego para la fruticultura sostenible”, señala el profesor Orrego.

Resultados contundentes

El uso de fertirriego redujo tanto el consumo de agua y fertilizantes como la huella de carbono de los cultivos; además, adelantó la primera cosecha entre 6 meses y un año, e incrementó la producción por hectárea de maracuyá y aguacate Hass en 50 y 97 % respectivamente.

En maracuyá se obtuvieron 3 segregaciones de material genético mejorado con una alta productividad en campo y buena calidad de la fruta.

En transformación se desarrollaron 32 prototipos de agregación de valor a fruta o sus residuos, 3 de los cuales llegaron al mercado; se diseñaron 3 biorrefinerías de fruta y sus residuos.

El profesor destaca que “en Ecuador se evidenció que los ensayos, tanto en las plántulas de granadilla como en las de aguacate Hass, influyeron positivamente en su altura, índice de verdor, área y concentración de nutrientes. En el aguacate se logró la primera producción a los 2 años, en contraste con los 3 que usualmente toma. En el maracuyá (pasiflora), los investigadores del INIAP-Ecuador lograron tener plantas vigorosas debido a la mejor absorción de nutrientes”.

Con respecto a Colombia, apunta que una de las experiencias memorables de estos recorridos rurales fue haber instalado el sistema de fertirriego en la granja del agricultor Wilmar Madrid, en el municipio de Apía (Risaralda), donde el crecimiento de los cultivos fue exponencial, hasta el punto de tener que expandir los lotes de siembra.

Otro punto importante del estudio estuvo relacionado con los desechos de la materia orgánica o biomasa. Las cáscaras y semillas, que por lo general terminan en la basura, son en realidad fertilizantes que, tras un procedimiento industrial, se transforman en sustancias útiles al momento de reactivar la siembra. Por lo tanto, se realizaron 3 estudios de análisis para descubrir cómo operan las biorrefinerías (estructuras para convertir la biomasa en combustibles, energía y productos químicos).

Los aportes de este proyecto de investigación son el resultado de un esfuerzo multisectorial que se materializó gracias a la inyección presupuestal de instituciones como el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Fondo Coreano de Alianza para el Conocimiento en Tecnología e Innovación (KPK). Como socio estratégico estuvo el Agricultural Knowledge and Innovation Systems (AKIS) de España, para brindar el soporte en tecnología de riego e imágenes cartográficas satelitales.