Control de garrapatas sin usar químicos tóxicos para el medio ambiente


José de la Fuente, Universidad de Castilla-La Mancha


A pesar de constituir una intervención preventiva eficaz para muchas dolencias, las vacunas siguen siendo un gran desafío científico para reducir el número de muertes por afecciones infecciosas como la tuberculosis o el SIDA, y las transmitidas por vectores como la malaria, por mosquitos, y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo o la enfermedad de Lyme, por garrapatas.

Aves alimentándose de garrapatas. Andrei Daniel Mihalca, Department of Parasitology and Parasitic Diseases, Faculty of Veterinary Medicine, University of Agricultural Sciences and Veterinary Medicine of Cluj- Napoca, Rumania.

Estas últimas son consideradas el segundo mayor vector de enfermedades humanas después de los mosquitos y el ectoparásito más común en animales domésticos y silvestres.

Las garrapatas transmiten patógenos como bacterias (enfermedad de Lyme, fiebre botonosa mediterránea y anaplasmosis), virus (encefalitis transmitidas por garrapatas y fiebre hemorrágica de Omsk) y parásitos (babesiosis).

Además, pueden causar reacciones alérgicas a sus picaduras y al consumo de productos de origen animal, como la carne roja en el conocido como síndrome de Alfa Gal, que está infradiagnosticado y expandiéndose por el mundo.

El reto de mantenerlas a raya

Varias recomendaciones incluyen usar manga larga y botas cuando se va al campo y después revisar el cuerpo para ver si hay alguna picadura y retirarla con pinzas finas por el punto de unión a la piel y sin apretar para evitar que su contenido pase al cuerpo.

Sin embargo, las garrapatas son difíciles de controlar y las intervenciones más comunes se basan en el uso de acaricidas químicos que tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente.

A esto se suma que su abuso ha causado la selección de garrapatas resistentes a estos químicos tóxicos.

Una alternativa son los acaricidas naturales que se pueden obtener de extractos de plantas con propiedades repelentes, como el romero, el ajo o la menta.

Las garrapatas son un elemento necesario en los ecosistemas, alimento para otros animales. Andrei Daniel Mihalca, Department of Parasitology and Parasitic Diseases, Faculty of Veterinary Medicine, University of Agricultural Sciences and Veterinary Medicine of Cluj- Napoca, Rumania.

El estudio de los métodos tradicionales de diferentes culturas para repeler a estos parásitos con la utilización de plantas nos ha enseñado cómo algunas de ellas pueden ayudar a alejarlos o a hacerlos salir de lugares peligrosos, como el agujero de la oreja.

Ante este panorama, sin embargo, las vacunas representan la intervención más eficaz, segura, económicamente viable y ambientalmente sostenible. El efecto consiste en afectar su alimentación y reproducción y así lograr que su población se vaya reduciendo en el tiempo.

Por eso, las vacunas se diseñan y aplican a las especies animales tanto domésticas como silvestres que tienen un papel importante en el mantenimiento de las poblaciones de garrapatas.

Evolución de las vacunas

Desde las clásicas 3I (del inglés “isolate-inactivate-inoculate”, “aislar-inactivar-inyectar”) a finales del siglo XVIII, hoy hemos avanzado hacia la ingeniería genética y la biotecnología, la vacunología inversa y computacional, la vacunómica y la vacunómica cuántica y la vacunología personalizada con nuevas formulaciones y plataformas de entrega.

En este escenario, la evolución de las vacunas ha sido impulsada por múltiples desafíos, tales como lograr una fórmula eficaz contra múltiples especies de estos parásitos o el impacto de la diversidad genética de las cepas de garrapatas sobre la eficacia de la vacuna.

Los antígenos de las vacunas contra las garrapatas evolucionaron desde los extractos de proteínas de órganos internos hasta proteínas recombinantes y quimeras diseñadas por la vacunómica cuántica.

Las direcciones futuras avanzarán en estas áreas junto con otras tecnologías novedosas, como la multiómica, la inteligencia artificial y los macrodatos, las vacunas de ARNm y los probióticos.

También es importante la combinación de vacunas con otras intervenciones en colaboración con regiones con alta incidencia de infestaciones por garrapatas y enfermedades transmitidas para un enfoque de diseño de vacunas personalizado.

Las dos caras de la moneda

Por ello, como acaba de demostrar nuestro grupo de Sanidad y Biotecnología del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC), el desarrollo de vacunas personalizadas para el control de las garrapatas en los países con mayor incidencia va a avanzar en el control de estas enfermedades y su impacto sobre la sociedad.

Aves alimentándose de garrapatas mientras ayudan a su control. Andrei Daniel Mihalca, University of Agricultural Sciences and Veterinary Medicine of Cluj-Napoca, Rumania.

Pero debemos tener en cuenta las dos caras de la moneda. Las garrapatas también tienen propiedades de las que debemos aprender. Tienen un papel en la biodiversidad y sirven de alimento para algunas especies animales que también ayudan a su control de forma natural.

Estos organismos han evolucionado con la producción de moléculas que tienen propiedades antitumorales y con la posibilidad de desarrollar tejidos vivos para intervenciones quirúrgicas.

De esta forma, podemos controlar a las garrapatas pero sin erradicarlas de todos los entornos, pues son importantes para proteger la biodiversidad y avanzar en la biomedicina.

José de la Fuente, Profesor de Investigación del CSIC. Biología Molecular y Biotecnología. Sanidad y Biotecnología, IREC, Universidad de Castilla-La Mancha

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.