La introducción de cultivos perennes en los callejones de los almendros de secano mediterráneo reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y aumenta la captura de carbono en el suelo, según el último estudio del proyecto Diverfarming
por Universidad de Córdoba
La agricultura se ha convertido en una fuente de emisión de gases de efecto invernadero debido a la intensificación de la agricultura y el alto uso de insumos; sin embargo, tiene un gran potencial para ser un sumidero de carbono. De hecho, los suelos agrícolas presentan una oportunidad única para el secuestro de carbono y para compensar las emisiones si se gestionan adecuadamente.
En la búsqueda de una gestión que ayude a combatir el cambio climático y mantenga (o incluso incremente) la productividad de la tierra, el proyecto Diverfarming se ha centrado en la introducción de dos cultivos perennes (tomillo y alcaparras) en los callejones de una huerta de almendros de secano en Murcia, con labranza reducida.
Un equipo formado por investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) junto con el CEBAS-CSIC ha evaluado el efecto a corto plazo de este cultivo intercalado frente al monocultivo con laboreo, sobre las emisiones de CO 2 del suelo y su contenido de carbono orgánico.
Midieron las emisiones de dióxido de carbono y óxido de nitrógeno durante dos años. Las emisiones de dióxido de carbono disminuyeron en los sistemas de cultivo intercalado, con respecto a la práctica de labranza cero en comparación con el monocultivo (además, se demostró que los picos en las emisiones ocurrieron después de la labranza en días cálidos, por lo que se recomienda evitar la labranza en días calurosos).
El sistema de introducción de tomillo fue el que supuso un mayor aumento del carbono orgánico total del suelo, debido al alto rendimiento del tomillo, además del rendimiento de la almendra. En el caso de las alcaparras, se necesitarían dos años más para comprobar el nivel de carbono orgánico total del suelo.
Teniendo en cuenta que estos cultivos introducidos en hileras entre el cultivo principal pueden comercializarse posteriormente, el aumento de la productividad económica de la tierra también es un factor importante a la hora de elegir este tipo de sistemas de cultivo intercalado. De hecho, en el caso del tomillo, se obtuvieron hasta siete litros de aceite esencial por hectárea y sin efectos negativos sobre la producción de almendras.
La combinación de cultivos parece una acción eficaz para obtener incrementos de materia orgánica en el suelo a corto plazo, evitando pérdidas de suelo y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero . Estas técnicas estarían en línea con la estrategia del Pacto Verde Europeo y la legislación climática europea que avanza hacia la neutralidad climática en la actividad agrícola en 2050.
La investigación fue publicada en Science of The Total Environment .
Más información: Virginia Sánchez-Navarro et al, El cultivo en callejones perennes contribuye a disminuir las emisiones de CO
2 y N 2 O del suelo y aumenta el secuestro de carbono del suelo en un huerto de almendros mediterráneos,
Science of The Total Environment (2022). DOI: 10.1016/j.scitotenv.2022.157225