Científicos argentinos obtienen un nuevo biofungicida a partir de la “llama amarilla”


Se ha desarrollado un extracto vegetal con acción antifúngica de las hojas de un hermoso árbol local para el almacenamiento de granos en Argentina.


Investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas, Conicet y la Universidad de Buenos Aires lograron desarrollar un producto biológico para combatir un hongo productor de micotoxinas que ataca a los granos almacenados. La novedad del proyecto es que sustituirá o potenciará el efecto de los agroquímicos mediante el uso de un producto natural de origen vegetal, informa el portal del Gobierno de Argentina.

Millones de toneladas de cultivos de cereales están sujetos a algún tipo de deterioro debido a los efectos de los hongos, lo que provoca pérdidas de cosechas y cambios en la calidad del grano, es decir, graves daños económicos. 

Entre ellos se encuentra Aspergillus flavus , un hongo saprofito filamentoso que coloniza principalmente cultivos de cereales y semillas oleaginosas después de la cosecha. Esta situación motivó a un equipo de investigadores, entre ellos especialistas del INTA (Instituto de Patobiología, Instituto de Suelos e Instituto de Tecnología de Alimentos), el Instituto Darwin de Botánica (CONICET/ANCEFYN) y la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a abocarse a buscar nuevas alternativas. 

Así nació un proyecto para desarrollar un bioaditivo o fungicida natural a base de un extracto de la planta local Peltophorum dubium (Peltophorum dubium, o como se le llama en Argentina Ibra-pita, y también “llama amarilla”). Es uno de los árboles más hermosos de Argentina, florece con flores de color amarillo brillante en corolas y alcanza 25 metros de altura, su fruto es un frijol, y el árbol, por consiguiente, pertenece a la familia de las leguminosas.

“Los hongos son organismos ubicuos que pueden adaptarse y sobrevivir en condiciones extremadamente desfavorables”, afirma Lucía Di Ciaccio, investigadora del Instituto de Patobiología del INTA, y agrega que el género Aspergillus está presente en el ambiente, en la producción agrícola y en los cultivos y, en condiciones favorables, produce micotoxinas que causan enfermedades y pérdidas económicas.

“ El Aspergillus flavus es capaz de crecer en una variedad de sustratos y en una amplia gama de condiciones, pero especialmente durante el almacenamiento”, explica Renée Fortunato, directora del Instituto Darwin, quien señaló que el grano cosechado contiene una gran cantidad de esporas del campo, que persisten durante el transporte y el almacenamiento. – Si las condiciones de almacenamiento no son satisfactorias, el grano puede estropearse y formarse en él micotoxinas como las aflatoxinas. Se sabe que las aflatoxinas son altamente tóxicas tanto para los humanos como para los animales porque pueden causar cambios funcionales, bioquímicos o morfológicos. Por lo tanto, las estrategias de prevención incluyen un control estricto de las condiciones ambientales durante el manejo poscosecha y, a veces, el uso de agentes antifúngicos en períodos críticos del desarrollo del cultivo y durante el almacenamiento o el transporte».

Debido a diversos factores, actualmente sólo hay un número limitado de productos antimicóticos disponibles para los granos almacenados, ya sea porque se ha desarrollado resistencia a ellos o por sus efectos secundarios indeseables. 

El proyecto de investigación del INTA se centró en la caracterización de las especies y los extractos vegetales resultantes, y en la evaluación de extractos vegetales de Peltophorum dubium para el control de hongos productores de micotoxinas como Aspegillus flavus en cultivos de granos comerciales almacenados, en este caso maíz. 

 “Gracias a diversos estudios, hemos podido aislar un extracto vegetal con actividad antifúngica contra Aspergillus flavus ”, afirma Lucía Di Ciaccio, explicando que los científicos estudiaron las hojas de este árbol, que crece en el norte del país, para preparar el extracto. 

“Los datos obtenidos de diversos bioensayos in vitro indican que el extracto tiene actividad antifúngica frente a Aspergillus flavus ”, explica el investigador. – La actividad es más bien de tipo fungistático, ya que inhibe el crecimiento y desarrollo del hongo, y su sitio de acción es principalmente la pared de las células fúngicas. Utilizando diversos colorantes se observaron bajo un microscopio óptico cambios en la morfología de las células fúngicas en presencia del extracto de la planta, confirmando el efecto. Además, se realizó una caracterización fitoquímica, donde se estableció que los metabolitos responsables de la actividad biológica indicada son los flavonoides”.

El siguiente paso de la investigación es desarrollar un prototipo que pueda aplicarse en el sector agroindustrial, en el segmento dedicado al tratamiento poscosecha de granos, donde existe una alta demanda de nuevos agentes antifúngicos. El producto se puede utilizar directamente, así como en combinación (sinergismo) con otros fármacos antimicóticos sintéticos disponibles en el mercado.

Fuente y foto: www.argentina.gob.ar.