Combinar la jardinería con la protección de insectos beneficiosos no es solo una tendencia ecológica de moda, sino un enfoque sensato hacia la jardinería sostenible. Con el enfoque adecuado, puede crear un ecosistema equilibrado en su terreno, donde los insectos beneficiosos se convertirán en sus fieles aliados para lograr una cosecha sana y abundante.
Por qué los insectos beneficiosos son nuestros mejores aliados
Primero, vale la pena entender por qué es tan importante cuidar los insectos beneficiosos y qué es exactamente lo que los hace beneficiosos.
Los insectos entomófagos, o insectos depredadores, son enemigos naturales de las plagas. Trabajan para usted gratuitamente y las 24 horas del día, pero sus métodos de control difieren.
Existen insectos depredadores beneficiosos. Entre ellos se encuentran las mariquitas, que se alimentan de pulgones y ácaros; las crisopas, cuyas larvas destruyen pulgones, ácaros y cochinillas; los escarabajos de tierra, que cazan orugas y babosas; chinches depredadoras como Orius y Anthocorys, que controlan trips, moscas blancas y ácaros; las libélulas, que capturan moscas, mosquitos y mariposas; y los sírfidos, cuyas larvas se alimentan de pulgones.
Los insectos parasitoides beneficiosos, como su nombre indica, se alimentan de insectos dañinos. Por ejemplo, las avispas parasitoides ponen huevos en pulgones y orugas, y los tricogramas parasitan huevos de mariposas.
Por supuesto, todo el mundo conoce los insectos polinizadores como las abejas, los abejorros, las avispas y las mariposas, sin los cuales es difícil imaginar una cosecha generosa.
¿Cuáles son los riesgos de los tratamientos de jardinería para los insectos beneficiosos?
En general, la respuesta es obvia. Los insecticidas y acaricidas químicos, especialmente aquellos con un amplio espectro de acción (p. ej., piretroides, organofosforados, neonicotinoides; estos últimos son especialmente peligrosos para las abejas), actúan indiscriminadamente. Algunos insectos mueren inmediatamente al entrar en contacto con las sustancias durante el tratamiento, mientras que otros mueren posteriormente al ingerir plagas envenenadas o al interactuar con superficies tratadas (como polen y néctar). Además, los preparados sistémicos pueden permanecer en la savia de las plantas durante varias semanas, envenenando a los insectos que se alimentan de ellas. Teniendo en cuenta estos factores, es posible organizar los tratamientos de forma que se minimicen los daños a los insectos benéficos.
Cómo evitar dañar a los insectos beneficiosos al tratar su jardín
Te recomendamos que primero recuerdes tres reglas básicas:
No rocíe las plantas con insecticidas por si acaso ni como medida preventiva. Revise las plantas regularmente para detectar daños e identifique la plaga específica. Establezca un umbral de daño: unos pocos pulgones u orugas aún no son motivo de preocupación, ya que su población estará controlada por depredadores. Tome medidas solo si existe una amenaza real para el cultivo o la salud de la planta. Elija los productos más seguros.
Productos biológicos. Para combatir plagas, se recomienda utilizar productos antibacterianos y antifúngicos como Lepidocida, Biokill, Bitoxibacilina, Fitoverm, Kleschevit y Verticilina. Estos productos actúan específicamente sobre ciertos grupos de plagas, como orugas, ácaros y pulgones, y presentan baja toxicidad para los insectos benéficos. ¡Asegúrese de seguir las instrucciones de dilución y temperatura de uso!
Insecticidas químicos selectivos. Si los preparados biológicos no solucionan el problema o la amenaza se agrava, elija preparados con baja toxicidad para abejas y entomófagos (normalmente esta información se indica en el envase). Asegúrese de familiarizarse con la clase de peligro para las abejas (I – MUY ALTA, II – ALTA, III – MEDIA, IV – BAJA). Prefiera productos de las clases III y IV.
Productos químicos potentes. Úselos solo en situaciones de emergencia. Los preparados de amplio espectro (como Aktara, Zhukoed, Karbotsin, etc.) deben usarse solo en situaciones extremas. Se recomienda usarlos solo en caso de una proliferación masiva de plagas, cuando otros métodos resulten ineficaces y siguiendo estrictamente las instrucciones.
Elija el momento adecuado para los tratamientos
El comienzo de la primavera (antes de la aparición de brotes) es el momento más favorable para tratar la vegetación con emulsiones de aceite mineral, como 30 Plus, o insecticidas de contacto para combatir las etapas invernales de plagas, como cochinillas, falsas cochinillas, huevos de pulgón y ácaros. En esta época, los insectos benéficos aún no están activos.
La fase de “brote rosado” de los frutales es crítica, ya que muchas plagas, como la polilla de la manzana, los pulgones y los gorgojos, se activan. Si planea usar insecticidas sistémicos (p. ej., Aktara, Biotlin, Movento Energy), es necesario realizar el tratamiento antes de que las flores abran. Este periodo es muy corto, por lo que se recomienda realizar un solo tratamiento con una mezcla de tanque para controlar tanto las enfermedades como las plagas.
Evite usar insecticidas y fungicidas durante la floración. Esto es peligroso para las abejas y otros polinizadores. Si ya están floreciendo algunos árboles y arbustos, utilice únicamente productos biológicos para combatir enfermedades y plagas.
Tras la floración, dé preferencia a los preparados biológicos o productos químicos selectivos. Trate las plantas al anochecer, después del atardecer, cuando las abejas y la mayoría de los insectos beneficiosos ya no están activos. Asegúrese de que el producto tenga tiempo de secarse antes de la mañana.
Aplique tratamientos localizados (sólo en las ramas más afectadas) en lugar de tratar todo el jardín.
Utilice otros métodos de control de plagas
Elimine a mano las plagas más grandes, como escarabajos y orugas, y lave los pulgones con un chorro de agua fuerte. Las bandas trampa son útiles para controlar plagas rastreras, como gorgojos y orugas que trepan por los troncos. Las feromonas y las trampas adhesivas pueden atrapar polillas de la manzana y gusanos enrolladores de las hojas.
Atraiga aves instalando pajareras y comederos (en invierno). Las aves son eficaces para matar grandes cantidades de escarabajos y orugas.
