El consumo excesivo de pasto joven, especialmente con alto contenido de trébol, conlleva el riesgo de inflamación ruminal en el ganado (timpanismo), con graves consecuencias, incluso la muerte. Sin embargo, esto también puede ocurrir en otoño, tras la congelación del pasto con leguminosas, o cuando, por ejemplo, los toros pastan en un campo de trigo.
El principal problema de la hinchazón ruminal es que el cuerpo de la vaca ya no puede expulsar el gas que se forma en el rumen a través del conducto ruminal. La hinchazón se reconoce por la protuberancia del lado izquierdo, la inquietud del animal y el aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca. La hinchazón ruminal presiona el diafragma, lo que dificulta la respiración y la circulación. Si no se trata de inmediato, el animal morirá por insuficiencia cardiovascular aguda.
En cuanto a la distensión ruminal, se distingue entre la burbuja de gas dorsal y la distensión ruminal espumosa. La burbuja de gas dorsal suele aparecer en otoño, cuando las vacas pastan en pastizales de manzanas. El dulce fruto es tan tentador que las vacas lo arrancan directamente del árbol, y las manzanas pueden atascarse en sus gargantas. En caso de burbuja de gas dorsal, es necesario extraer el cuerpo extraño de la garganta y liberar el gas mediante una sonda esofágica. Sin embargo, si la vida del animal corre grave peligro, el único tratamiento es la punción del flanco con un trocar.
Mucho más común y problemático de tratar es el timpanismo ruminal espumoso. Este se debe a una combinación de altos niveles de carbohidratos de fermentación rápida, altos niveles de proteínas solubles y falta de fibra cruda. En la práctica, el riesgo de timpanismo ruminal espumoso aumenta cuando los forrajes de pastura contienen una alta proporción de leguminosas, cuando las vacas pastan en primavera/otoño o después de una noche de heladas. Dado que el gas queda atrapado en forma de burbujas en el purín, no puede liberarse mediante un tubo ruminal ni un trócar.
Si se detecta a tiempo, se puede administrar al animal un antiespumante. Si la hinchazón ya ha avanzado, un veterinario debe drenar el rumen mediante una incisión.
El desarrollo de timpanismo en el ganado que pasta trigo se asocia con la formación de una emulsión espumosa estable. La rápida liberación de proteína soluble en el fluido ruminal promueve la formación de complejos de biopelícula que atrapan los gases ruminales y provocan timpanismo espumoso.
La medida más importante para prevenir la hinchazón ruminal espumosa es estimular la rumia con heno de alta estructura o ensilado de maíz antes del primer pastoreo. Esto tiene la ventaja de que el hambre inicial de los animales queda satisfecha y comen menos en el pasto. Si los problemas de hinchazón ruminal son frecuentes, se debe revisar el manejo de la alimentación. Se debe evitar el pastoreo inmediatamente después de las heladas y, si es necesario, reducir la proporción de forraje con alto contenido de trébol.
Otra opción en situaciones de riesgo es la administración profiláctica de antiespumantes. Sin embargo, existen algunas advertencias. Por ejemplo, se ha demostrado que la reducción de la distensión abdominal con poloxaleno (un surfactante) es eficaz para reducir la gravedad de la distensión abdominal espumosa y su incidencia. Sin embargo, la adopción generalizada de la suplementación con poloxaleno se ha visto limitada por el costo, ya que si no se produce distensión abdominal, no se obtiene ningún beneficio adicional. En consecuencia, la suplementación con poloxaleno a menudo no se administra hasta que se produce la distensión abdominal.
Por otro lado, existen aceites de pescado con beneficios adicionales. Según los investigadores, el aceite de pescado es un producto natural que, incluso en pequeñas cantidades, tiene un potente efecto antiespumante, además de proporcionar a las vacas vitaminas liposolubles A y D3, y es rico en ácidos grasos omega-3.
La administración diaria de 250 g de cápsulas de aceite de pescado con omega-3 al 20% previene eficazmente la formación de espuma ruminal. Otras ventajas del aceite de pescado incluyen su alto contenido en vitaminas liposolubles, como las vitaminas A y D3, así como en ácidos grasos omega-3. Este suplemento alimenticio contribuye significativamente al aporte vitamínico y favorece la salud del ganado lechero y de carne.
