El cacao transforma la vida de los campesinos al sur de Nicaragua


Por José Armando González

@jag_ojeda


San Isidro es una comunidad ubicada al este del municipio de San Carlos, cabecera departamental de Río San Juan, al sur de Nicaragua. La mayoría de las familias se dedican a la producción de cítricos, cacao o a la minería.

A 28 kilómetros de San Carlos, está la Finca “La Florida” administrada por Isaac Pérez Ruiz y sus hermanos, quienes están produciendo buen cacao para mejorar su calidad de vida. La finca de 70 manzanas ha sido diversificada, tiene cacao, naranja, mandarina, guanábana, zapote, pejibaye, mamey, mamón chino, ganado, gallinas y cerdos.

Según Pérez debido a la falta de conocimiento no estaban manejando bien la parcela de cuatro manzanas de cacao y perdían mucho dinero, “antes sacábamos un quintal o quintal y medio a la quincena. Pero, es que no habíamos hecho poda, regulación de sombra, control de plagas de la mazorca negra y la monilia”.

Oscar Bermúdez, de la organización ambientalista Amigos de la Tierra España, asegura que las Escuelas de Campo han sido el mejor mecanismo para enseñar a los productores sobre el manejo agronómico, control de plaga y enfermedades en sus parcelas, lo que se ve reflejado en un incremento en los rendimientos productivos y mejores ingresos. Además, les han entregado equipos e insumos como abono, tijera para podar, serrucho y bombas para atomizar.

La asistencia técnica ha sido determinante para mejorar la producción de cacao en La Florida, “el resultado ha sido inmediato, en dos meses hemos sacado el pago de dos de nosotros y para pagarle a un jornalero que nos ayuda con el manejo del cacao”.

Actualmente Pérez está produciendo de cuatro y medio a seis quintales de cacao en baba por quincena, el que entrega al Centro de Acopio Las Azucenas, ubicado a unos kilómetros de la finca, quienes se encargan de fermentar y secar para su posterior comercialización.

“La primera vez no creía que había sacado seis quintales. En el acopio no me creían y me tuvieron que tomar una foto con los quintales”.

Según Maynor Morales Arellano, responsable de fermentación y secado de la Cooperativa Las Azucenas, gracias al apoyo de Amigos de la Tierra y la Asociación para el Fomento del Desarrollo Local Ecosostenible (ASODELCO), ahora tienen utensilios de cocina para elaboración de chocolate, mejoras en infraestructura del área de secado y este año han comenzado a acopiar cacao en baba de 15 productoras/es de la zona.

“Cada 8 días acopiamos entre 10 y 12 quintales en baba, la libra la pagamos a C$11.00 (unos 0.31 centavos dólar), lo comercializamos en seco a C$41.00 por libra y dejamos una parte de la producción para darle valor agregado, elaborando cereales a C$45.00 y barras de chocolate a C$70.00”.

Y es que, para poder comercializar mejor el cacao a empresas transformadoras como Life Commodities, han tenido que trabajar de la mano con sus asociados cacaoteros para obtener un grano que cumpla con las exigencias y estándares de los compradores.

“Aquí el cacao debe llegar con buen grado de madurez, sin frutos verdes, ni sobre maduro. Ya he rechazado cacao por estar sobre maduro, traer exceso de placenta y pedazos de mazorca”, detalló Morales mientras revisaba el cacao que está en el tendal.

“Con Life Commodities hemos desarrollado unos talleres con productoras/es para darle valor agregado al cacao y que puedan generar nuevos ingresos transformándolo en fresco de cacao, tortas de chocolates, trufas, chocolate en moldes y barras, pinolillo, cacao en polvo, para ser comercializados localmente o en ferias municipales”, detalló Bermúdez.

Los cambios en la producción y el centro de acopio han puesto alegres a las/os productoras/es, pues se ha incrementado la producción en baba, el volumen de acopio, ha generado nuevos empleos, hay mayores ingresos y se está apoyando al productor en la finca, con fondos del Gobierno de La Rioja.

Entre las metas que tiene Isaac está ampliar su plantación de cacao y que su finca sea agroturística, donde pueda brindar servicios de alimentación y hospedaje, ofrecer un tour de cacao y sirva como un lugar de aprendizaje y enseñanza. Además, tiene un área boscosa bien conservada y una quebrada que baja de lo alto de la montaña, donde se puede observar monos, coyotes, aves residentes y migratorias.


José Armando González es colaborador destacado de Mundo Agropecuario

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