Un estudio demuestra que aumentar el contenido de hierro en el trigo fortalece su crecimiento y productividad bajo condiciones adversas como sequía o salinidad.
Redacción Mundo Agropecuario
El hierro, uno de los micronutrientes más esenciales para las plantas y los seres humanos, ha demostrado tener un papel mucho más relevante de lo que se creía en el rendimiento agrícola del trigo. Un equipo internacional de investigadores descubrió que el aumento de los niveles de hierro en los tejidos del trigo puede hacerlo más resistente al estrés ambiental, lo que abre nuevas posibilidades para mejorar su productividad en un contexto de cambio climático y suelos cada vez más degradados.
El estudio, dirigido por el Centro John Innes del Reino Unido, analizó cómo el hierro influye en la fisiología y la bioquímica del trigo cuando se enfrenta a condiciones de estrés, como la falta de agua, el exceso de sal o el calor extremo. Los resultados revelaron que las plantas con mayor acumulación de hierro mostraron un crecimiento más vigoroso y una mayor capacidad para mantener la fotosíntesis activa, incluso en entornos desfavorables.
El hierro: un aliado silencioso del metabolismo vegetal
En las plantas, el hierro cumple funciones críticas en la producción de energía, la síntesis de clorofila y la actividad de enzimas relacionadas con la respiración y el transporte de electrones. Sin embargo, su disponibilidad en el suelo suele ser baja, especialmente en terrenos alcalinos o áridos, lo que limita el desarrollo vegetal.
Los investigadores comprobaron que el trigo con niveles incrementados de hierro en sus hojas y raíces respondía con una mejor eficiencia fotosintética y mayor estabilidad metabólica, manteniendo el crecimiento y la formación de espigas en condiciones de estrés. El micronutriente parece actuar como un “amortiguador bioquímico”, estabilizando procesos internos que suelen colapsar cuando la planta enfrenta sequía o salinidad.
“Sabemos que el hierro es vital para la vida, pero este trabajo demuestra que es aún más importante en el contexto del estrés agrícola”, señaló el equipo científico. “Mejorar su disponibilidad en el cultivo no solo puede aumentar los rendimientos, sino también la resiliencia de los sistemas agrícolas en general”.
Estrategias de biofortificación y sostenibilidad
El hallazgo coincide con los esfuerzos globales de biofortificación, una estrategia que busca aumentar el contenido de micronutrientes esenciales en los cultivos, tanto para mejorar la nutrición humana como para fortalecer las plantas. En el caso del trigo, el hierro cumple una doble función: nutrir al consumidor y proteger al cultivo.
Mediante técnicas de mejoramiento genético convencional y herramientas biotecnológicas, los científicos planean desarrollar variedades de trigo con capacidad intrínseca para absorber y retener más hierro de manera eficiente. Esto no solo podría reducir la dependencia de fertilizantes minerales, sino también mejorar la calidad nutricional de la harina y el pan que llegan al mercado.
La biofortificación con hierro también es una vía prometedora para enfrentar la “hambre oculta”, un tipo de desnutrición global que afecta a más de 2.000 millones de personas y está relacionada con la falta de micronutrientes esenciales en la dieta. Según los autores, incrementar el hierro en el trigo representa un beneficio doble: agrícola y sanitario.
Implicaciones frente al cambio climático
El aumento de las temperaturas y la variabilidad hídrica global están poniendo a prueba la capacidad del trigo para sostener los niveles de producción actuales. En este contexto, el hierro podría convertirse en un elemento clave para mejorar la resiliencia de los cultivos.
Los experimentos demostraron que las plantas con niveles reforzados de hierro mantuvieron tasas de crecimiento más altas bajo estrés hídrico y mostraron una menor acumulación de especies reactivas de oxígeno, moléculas que causan daño celular durante el estrés ambiental. Esto sugiere que el hierro no solo es un micronutriente estructural, sino también un agente protector contra la oxidación y la senescencia prematura.
Hacia un manejo más inteligente del suelo y los nutrientes
Los resultados del estudio también resaltan la importancia de optimizar el manejo del hierro en los suelos agrícolas. En muchas zonas productoras, los suelos calizos o con drenaje deficiente reducen la disponibilidad de este mineral. Los investigadores proponen una combinación de estrategias:
- Uso de microorganismos promotores del crecimiento que mejoran la solubilidad del hierro.
- Aplicaciones foliares o de biofertilizantes enriquecidos que aumentan la absorción del micronutriente.
- Selección genética de variedades más eficientes en la captación de hierro mediante sus raíces.
El objetivo es que el hierro deje de ser un “cuello de botella” nutricional en la agricultura y se convierta en una herramienta para mejorar tanto la productividad como la sostenibilidad.
Un futuro más fértil y nutritivo
En conjunto, el estudio demuestra que incrementar el contenido de hierro en el trigo es una estrategia viable y multifuncional, capaz de fortalecer la seguridad alimentaria en dos frentes: garantizar cosechas más estables en tiempos de estrés climático y mejorar la calidad nutricional de los alimentos básicos.
Con estas nuevas evidencias, los programas de mejoramiento podrían integrar el hierro como un criterio prioritario de selección, junto con la tolerancia a sequía y la eficiencia en el uso de nitrógeno. De este modo, el trigo del futuro no solo será más productivo, sino también más saludable para quienes dependen de él en su dieta diaria.
Referencias
https://phys.org/news/2025-10-extra-iron-stressed-wheat-big.html
