Coordinadora del Programa Social Granitos de Esperanza
En mi artículo anterior, “Del Productor Agropecuario al Empresario del Campo”, expuse un poco la evolución del productor tradicional hacia un enfoque más empresarial, destacando la importancia de la innovación, la gestión eficiente y la visión a largo plazo para el éxito en el sector agrícola. Ahora, profundizare en cómo la agricultura sustentable se presenta como una estrategia clave para el desarrollo rural integral y la seguridad alimentaria, extendiendo los principios discutidos anteriormente hacia prácticas que aseguren la sostenibilidad y resiliencia del sector agrícola.
Según la FAO “la agricultura sustentable debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras, y al mismo tiempo garantizar la rentabilidad y la salud ambiental”. Esta visón plantea un equilibrio, para garantizar que la agricultura no solo sea productiva, sino también sostenible a largo plazo.
En el contexto venezolano, la crisis que ha atravesado el país ha impactado no solo la producción, sino también la salud y el bienestar de la población. Sin embargo, los productores han demostrado una notable resiliencia al adaptarse a nuevas prácticas más alineadas con la sostenibilidad. No obstante, este proceso de adaptación ha sido complejo, lo que ha limitado su potencial en términos de rentabilidad y desarrollo.
Con la reciente apertura hacia un nuevo modelo de desarrollo en Venezuela, que prioriza la libertad, la seguridad jurídica y una línea clara de desarrollo hacia el sector primario, se presentan oportunidades para replantear la producción primaria. El 67% de los venezolanos hemos expresado el deseo de avanzar hacia un futuro de prosperidad, lo que abre la puerta a un enfoque renovado para el sector, que contempla *la agricultura sustentable como base estratégica del desarrollo rural integral para garantizar la seguridad alimentaria*.
Para que este enfoque sea efectivo, es fundamental generar políticas públicas basadas en prácticas que garanticen resultados como: la conservación de suelos con rotación de cultivos y el uso de abonos orgánicos para mantener la fertilidad y la salud del suelo, implementar tecnologías que promuevan el uso eficiente del agua, como el riego por goteo, la diversificación de cultivos para reducir riesgos y aumentar la resiliencia del sistema agrícola frente a eventos climáticos extremos y fluctuaciones económicas, la promoción de la agrobiodiversidad que junto con la bioeconomía, por último, es indispensable capacitar a agricultores y ganaderos en tecnologías sostenibles y prácticas innovadoras.
La visión de Venezuela Tierra de Gracia busca empoderar a los productores, facilitando el acceso a créditos y fomentando la creación de asociaciones que potencien su producción y comercialización bajo un esquema sustentable que no solo es hoy una necesidad ambiental, sino que también es esencial para construir un futuro más seguro y próspero para todos. La bioeconomía jugará un papel crucial en este proceso. En Venezuela Tierra de Gracia se promoverá el uso sostenible de los recursos biológicos para impulsar el desarrollo rural, brindando oportunidades de crecimiento a los productores y sus entornos. En el proceso de evolución del productor agropecuario hacia el empresario del campo, la integración de la sostenibilidad en las prácticas agrícolas se convertirá en un determinante para la seguridad alimentaria y el desarrollo de comunidades rurales de manera efectiva, responsable y en sintonía con la región.
Brenda Ribeiro es colaboradora destacada de Mundo Agropecuario
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