Un nuevo método desarrollado en la Universidad de Córdoba ha probado cómo las sustancias secretadas por las raíces de los olivos impactan en la infección por el hongo Verticillium dahliae, y ha estudiado sus efectos en diferentes variedades de olivos
por Universidad de Córdoba
La marchitez del olivo es una enfermedad causada por el hongo Verticillium dahliae, que provoca la marchitez y muerte de los olivos. Este patógeno sobrevive en el suelo, donde infecta las raíces de sus plantas hospedantes, las cuales, durante su crecimiento, segregan sustancias, llamadas exudados, que influyen en los microorganismos que las rodean. En el caso del olivo, los exudados de sus raíces estimulan la germinación de estructuras de resistencia (llamadas microesclerocios) a Verticillium dahliae.
En condiciones desfavorables, estas estructuras permiten que el hongo sobreviva e infecte al árbol. En consecuencia, es a través de las raíces de los olivos que se infectan y se propaga el verticillium. Aunque la literatura científica ya había sugerido que los exudados estaban relacionados con la infección por Verticillium dahliae, no se había desarrollado ningún método para demostrarlo.
Ahora, un equipo de investigación de la Unidad de Excelencia María de Maeztu (Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba, DAUCO) ha desarrollado, por primera vez, un eficaz método de análisis in vitro en el que han demostrado cómo los exudados de oliva las raíces inducen la germinación de los microesclerocios del hongo, por lo que intervienen en la infección y desarrollo del verticillium.
Además de demostrar este efecto, el equipo de investigación, formado por Ana López Moral, Antonio Rafael Sánchez Rodríguez, Antonio Trapero y Carlos Agustí Brisach, también estudió cómo tanto la variedad de olivo (genotipo) como determinados tratamientos de biocontrol influyen en el efecto de los exudados sobre Verticillium dalias
En primer lugar, extrajeron exudados de tres variedades de olivo, que van desde la más resistente a la enfermedad (Frantoio) hasta la más susceptible (Picual, que también es la variedad más común), y también una variedad de susceptibilidad intermedia (Arbequina), encontrando que los exudados de la más resistente, Frantoio, no indujeron significativamente la germinación de los microesclerocios del hongo, mientras que los exudados de las variedades más susceptibles sí lo hicieron.
En segundo lugar, observaron cómo los agentes de control biológico aplicados a diferentes variedades de aceitunas podrían alterar la función de los exudados. Observaron que en la variedad Frantoio los exudados de las plantas tratadas no indujeron ni redujeron significativamente la germinación de las estructuras de resistencia al patógeno, mientras que los exudados de los árboles tratados de Picual y Arbequina redujeron significativamente la viabilidad de estas estructuras. Así, los resultados sugieren que los agentes de biocontrol pueden modular el efecto de los exudados, disminuyendo la capacidad infectiva del patógeno en variedades susceptibles.
El estudio, publicado en la revista Plant and Soil , da un paso más en el estudio de la marchitez del olivo y los procesos implicados en la propagación de la enfermedad. “La mejor manera de implementar medidas de control racional contra los patógenos de los cultivos es comprender a fondo los mecanismos involucrados. Este estudio es un intento de aprender sobre ellos”, concluyó Trapero.
Más información: Ana López-Moral et al, Establecimiento de un método para recolectar exudados de raíces de plantas de olivo y su validación mediante la determinación del efecto de los exudados de raíces contra Verticillium dahliae, Plant and Soil (2022). DOI: 10.1007/s11104-022-05770-1