El cultivo de tomates mediante siembra directa en un invernadero convencional tiene un aspecto atractivo, por un lado, ya que no se necesitan plántulas ni alféizares abarrotados. Las plántulas serán, en teoría, resistentes, ya que el marco frío no se calienta artificialmente. Por otra parte, un invernadero de tomates sigue siendo inferior a un invernadero tradicional en sus cualidades protectoras contra el frío. Cultivar tomates en bolsas de plástico puede ser útil y es esencialmente la opción más conveniente para un invernadero.
Si desea cultivar tomates en un invernadero mediante siembra directa, elija un lugar adecuado: debe ser soleado y protegido del viento. Las dimensiones estándar son 1,5 m de ancho y 2-3 m de largo. En altura, colocar las plantas al menos a 1,5 m para que los tomates puedan crecer y desarrollarse. Un invernadero para tomates debe construirse teniendo en cuenta plantas más grandes. Sin embargo, todavía tiene que ser lo suficientemente pequeño para crear un microclima. Como se utiliza en verano, no necesita techo, solo una forma de cubrirlo durante las heladas.
Para el marco se pueden utilizar bloques de madera, tubos de metal o incluso tubos de plástico, y para el revestimiento, agrofibra o vidrio, pero la opción más asequible y popular es la película. También necesitarás sujetadores: tornillos, clavos o grapas para fijar.
Si utiliza bloques de madera, únalos para formar un rectángulo, que será la base de su invernadero. Instale postes verticales en las esquinas del marco y conéctelos con la barra transversal superior para crear un techo condicional, sobre el cual estirará el material de cobertura para protegerse del frío.
Asegúrese de que el marco esté estable. Para este fin se pueden añadir tirantes diagonales. Cubre el marco con film, dejando suficiente material para asegurarlo a lo largo del borde inferior. Fije la película al marco con grapas o clavos para evitar que se vuele con el viento.
Para los tomates de invernadero, es conveniente utilizar el principio de cultivar tomates en bolsas de plástico negras, porque desherbar en los invernaderos requiere bastante trabajo. Además, podrás crear un buen suelo en dichas bolsas y se calentarán mejor, lo que es importante para la siembra directa de tomates: el color negro ayuda a retener el calor, lo que es especialmente importante en las noches frías.
Las bolsas grandes de plástico negras con una capacidad de 10 a 20 litros son adecuadas para el cultivo de tomates. Haz algunos agujeros en el fondo de la bolsa. Normalmente son suficientes entre 4 y 6 agujeros de unos 1 o 2 cm de diámetro. Distribuya los agujeros de manera uniforme a lo largo del fondo de la bolsa para garantizar un buen drenaje. Es bueno hacer los agujeros con un destornillador caliente, por ejemplo. En caso de que la bolsa sea lo suficientemente alta, tiene sentido hacer algunos agujeros en los lados a 1/3 de la altura de la bolsa para evitar la acumulación de humedad.
Por supuesto, necesitarás conseguir tierra especial para vegetales o una buena mezcla de tierra casera de compost, turba y perlita. Es importante que el suelo sea ligero y bien drenado. Puedes añadir un poco de fertilizante para proporcionar a las plantas todos los nutrientes que necesitan.
Los tomates deben mantenerse a temperatura superior a cero para sobrevivir. No tiene sentido intentar plantarlas al aire libre o en un invernadero hasta que haya pasado la última fecha prevista de heladas. Las temperaturas inferiores a 10 grados centígrados provocarán el fracaso de las plántulas tiernas.
Elija una variedad de tomate que sea adecuada para su región y las condiciones climáticas. Preste atención a los tiempos de maduración y la resistencia a las enfermedades. Las variedades de crecimiento bajo y/o de frutos pequeños son las más adecuadas para la siembra directa.
Llene las bolsas con tierra preparada, dejando unos 5 cm del borde superior. Asegúrese de que el suelo esté bien compactado para evitar huecos. Hacer pequeños agujeros y colocar 2-3 semillas de tomate a una distancia de 1-2 cm de profundidad. Esto aumentará la posibilidad de germinación. Riega bien y cubre las zonas de semillas con tapas plásticas de botellas. Cierre el invernadero completamente, es decir, con la tapa, y controle periódicamente la humedad del suelo. Riega las plantas según sea necesario, especialmente cuando hace calor. Asegúrese de que el agua no se estanque en las bolsas.
Cuando las plantas comiencen a crecer activamente (aproximadamente 2-3 semanas después de la emergencia), se pueden quitar los sombreros y comenzar a alimentar los tomates con fertilizantes complejos cada 2-3 semanas.
Revise periódicamente las plantas para detectar plagas (como pulgones o ácaros) y signos de enfermedad. Cuando sea necesario, utilice insecticidas y fungicidas seguros según las instrucciones del paquete.
