La tecnología de refrigeración pasiva para invernaderos permitirá ampliar la gama de cultivos en regiones áridas


Científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah (KAUST) han desarrollado una tecnología de enfriamiento pionera que promete aumentar el rendimiento de los cultivos e introducir nuevos cultivos en regiones áridas como Arabia Saudita a precios asequibles.


Un estudio publicado en Nexus muestra cómo esta tecnología, que combina plásticos nanotecnológicos y mantillo biodegradable, reduce eficazmente la temperatura de los invernaderos en miniatura en Arabia Saudita y casi duplica el rendimiento de los cultivos. Además, lo hace de forma sostenible, utilizando mucha menos energía de la que se requiere habitualmente para el funcionamiento de los invernaderos.

«La refrigeración de invernaderos puede ser extremadamente costosa. Nuestro enfoque podría poner a disposición de las regiones áridas una variedad de cultivos, aumentando su seguridad alimentaria y contribuyendo al cumplimiento de los objetivos de emisiones de carbono», afirmó el profesor de la KAUST Qiaoqiang Gan, quien desarrolló el plástico nanotecnológico y es experto en sistemas de refrigeración pasivos (sistemas que no requieren electricidad).

La mayoría de las cubiertas de invernadero, ya sean de vidrio o plástico, transmiten más del 90% de la luz, incluida la luz infrarroja, que no beneficia a los cultivos, sino que genera calor. Nuestro objetivo era crear una cubierta que transmitiera buena luz y no mala luz, explica el investigador. 

La invención de KAUST consiste en polietileno, el plástico de mayor producción en el mundo, recubierto con nanopartículas químicas. Estas nanopartículas absorben la luz infrarroja negativa, que contribuye significativamente al calor, impidiendo que esta luz entre en los invernaderos, a la vez que permiten el paso de la luz visible positiva, que estimula la fotosíntesis y el crecimiento de las plantas.

Sin embargo, cualquier luz, incluida la visible, calienta el suelo. El mantillo se utiliza habitualmente para reflejar la luz solar y mantener el suelo más fresco de lo normal. Un suelo más fresco promueve una mejor fotosíntesis, lo que se traduce en un mayor crecimiento y una mayor producción de cultivos. A medida que las plantas desarrollan hojas que dan sombra al suelo, el nuevo mantillo desarrollado por el investigador postdoctoral Yanpei Tian desaparece del suelo, biodegradándose, lo que proporciona una solución más sostenible para refrigerar el invernadero y mejorar la sostenibilidad de la producción. «La mayor parte del mantillo comercial es de plástico y supone un gran desperdicio. Genera alrededor de 1,5 millones de toneladas de residuos, y más del 40 % no se recicla. Además, los microplásticos permanecen en el suelo, que pueden entrar en la cadena alimentaria», declaró el desarrollador del mantillo biodegradable.

Al combinar las dos tecnologías en invernaderos en miniatura en Arabia Saudita para cultivar repollo chino, los investigadores lograron rendimientos 200 por ciento mayores que los cultivados utilizando cubiertas y mantillos comerciales.

Fuente: Gulf Agriculture.