La podredumbre apical del calabacín no es una infección, sino un trastorno fisiológico causado por una deficiencia de calcio en el fruto. Se presenta como manchas marrones acuosas en los extremos del calabacín, que se oscurecen, se hunden y se pudren. Afecta a frutos jóvenes al inicio de su crecimiento.
La podredumbre apical del calabacín se produce debido a una falta de calcio en el suelo o a una alteración en su absorción por parte de la planta, así como a una sobrealimentación con nitrógeno, incluida materia orgánica, y un suelo ácido: a un pH < 6,0, el calcio no está disponible.
¿Qué es necesario hacer con urgencia?
Retire los frutos afectados: corte todos los calabacines dañados, incluso los ovarios pequeños. No se recuperarán, pero la planta dejará de desperdiciar energía.
Aplique fertilizante foliar con calcio: 10 g de nitrato de calcio por litro de agua tibia. Aplique al atardecer o con tiempo nublado para evitar que las hojas se quemen. Repita la aplicación un par de veces con intervalos de 3 a 5 días. Diluya 1 cucharada de harina de dolomita por cada 10 litros de agua y riegue la raíz.
Actúe con rapidez: los frutos ya dañados no se pueden salvar, pero sí se puede proteger la siguiente cosecha de ovarios. Con medidas oportunas, los calabacines nuevos crecerán sanos en 5-7 días.
Además, normalice el riego cada 2-3 días debajo de la raíz (¡no en las hojas!) para que el suelo esté constantemente húmedo a una profundidad de 20 cm.
Deje de fertilizar con nitrógeno inmediatamente (urea, estiércol, infusiones). Espolvoree la tierra en la base del tallo con tiza triturada (unas 2-3 cucharadas por arbusto) antes de regar. Esta es una forma de desoxidar la tierra urgentemente.
Añada ceniza (1 taza por cada 10 litros de agua) o sulfato de potasio (1 cucharadita por arbusto); el potasio mejora la absorción de calcio. La ceniza es incompatible con los fertilizantes nitrogenados, por eso los mencionamos.
Riegue la solución de ceniza bajo la raíz una vez cada dos semanas (0,5 l por arbusto). También puede pulverizarla: vierta 2 tazas de ceniza en 3 l de agua hirviendo y deje reposar de 1 a 2 días. Cuélela y complete el volumen a 10 l de agua + añada 1 cucharada de jabón líquido (para mayor adherencia). Rocíe las hojas y los ovarios una vez cada 7 a 10 días.
El suero o la leche sin pasteurizar (1 litro por cada 10 litros de agua) serán un excelente tratamiento para el calabacín. Rocíe las hojas y los frutos una vez cada 10 días. El calcio de la leche se absorbe fácilmente y el ambiente ácido suprime diversas infecciones.
En otoño, comprobar el pH del suelo: si es inferior a 6,0, añadir harina de dolomita o tiza (300–500 g/m²).
Si la podredumbre apical del calabacín vuelve a aparecer de una temporada a otra y no realiza ningún ajuste especial en el suelo, rocíe los ovarios con nitrato de calcio (5 g/l) antes de la floración.
