Una herramienta de investigación sencilla vincula las redes de poros del suelo con la respiración, ofreciendo nuevos conocimientos sobre la salud del suelo.
Bajo nuestros pies se esconde un sistema de canales y cavidades que sustenta la vida del suelo. Investigadores de Rothamsted han desarrollado una prueba sencilla y práctica que demuestra cómo estas redes de poros cambian con diferentes prácticas agrícolas y su importancia.
La atención se centra en los macroporos: aberturas más grandes formadas por raíces, lombrices y grietas naturales. Estos poros no solo garantizan un drenaje rápido del agua, sino que también controlan la circulación del aire y los nutrientes bajo tierra, regulando la actividad de los microbios responsables de la salud del suelo.
Hasta ahora, los estudios detallados de macroporos solían requerir costosas imágenes de laboratorio. Un equipo de Rothamsted ha perfeccionado una prueba de infiltración que puede detectar el inicio del vaciado de los poros más grandes. Al comparar estos resultados de campo con escaneos de rayos X de alta precisión y mediciones directas de la respiración del suelo, demostraron que el nuevo método captura de forma fiable las diferencias en la estructura y función del suelo.
Los resultados del experimento a largo plazo en Highfield revelaron claros contrastes. Los suelos de pastizales, ricos en macroporos, mantuvieron consistentemente una mayor respiración microbiana que los suelos cultivables o de barbecho puro, a pesar de que los tres presentaban la misma permeabilidad hídrica general.
El autor principal del estudio, el Dr. William Rickard, señaló: «A menudo pensamos en el suelo como una sustancia sólida, pero en realidad es más bien una esponja, llena de canales y cámaras. Estos poros son donde crecen las raíces, respiran los microbios y circula el agua. Por primera vez, contamos con un método de campo sencillo que vincula directamente esta estructura oculta con la función del suelo. Esto significa que podemos rastrear el impacto de la gestión de la tierra en la salud del suelo directamente en el campo».
Gracias a su sencillez y amplia aplicación en el campo, la prueba complementa los métodos modernos de visualización y facilita el monitoreo a largo plazo de cómo las prácticas agrícolas afectan la estructura del suelo. Más allá de la investigación, ofrece una forma práctica de ver los suelos no solo como tierra, sino como sistemas vivos cuya arquitectura sustenta la producción de alimentos y la sostenibilidad ambiental.
Fuente: Rothamsted Research.
