La salud animal es el pilar de una ganadería rentable y sostenible.
Redacción Mundo Agropecuario
Un rebaño sano no solo asegura mayor productividad en carne y leche, sino que también reduce costos veterinarios, pérdidas por mortalidad y riesgos de transmisión de zoonosis. En este contexto, la combinación de vacunación estratégica, programas de desparasitación y planes nutricionales equilibrados constituye la base de un manejo bovino exitoso.
Estrategias de vacunación: prevención como inversión
Las vacunas protegen al ganado contra enfermedades infecciosas que pueden diezmar la producción y causar pérdidas económicas graves. La inmunización preventiva es más rentable que tratar animales enfermos.
- Enfermedades respiratorias: vacunas contra IBR (rinotraqueítis infecciosa bovina), BVD (diarrea viral bovina) y PI3.
- Complejo clostridial: incluye tétanos, carbunco sintomático y enterotoxemias, frecuentes en bovinos jóvenes.
- Enfermedades reproductivas: vacunas contra leptospirosis y campylobacteriosis, que afectan la fertilidad y aumentan los abortos.
- Carbunco bacteridiano: especialmente en zonas endémicas, con fuerte impacto sanitario y de seguridad alimentaria.
Un calendario vacunal debe adaptarse a la edad, estado fisiológico del animal y epidemiología regional. La asesoría veterinaria es clave para establecer protocolos adecuados.
Programas de desparasitación: control integral
Los parásitos internos (nematodos, trematodos) y externos (garrapatas, moscas, ácaros) afectan la conversión alimenticia, reducen la ganancia de peso y predisponen a enfermedades secundarias.
Estrategias de control:
- Antiparasitarios internos: albendazol, ivermectina y levamisol, administrados de forma rotacional para evitar resistencia.
- Control de garrapatas y moscas: baños de inmersión, pour-on y control integrado con rotación de potreros.
- Manejo preventivo: desparasitación estratégica antes de la temporada de lluvias y en etapas críticas como destete.
La resistencia a antiparasitarios es un problema creciente. Por ello, se recomienda realizar coproparasitologías periódicas para ajustar los tratamientos y evitar el uso excesivo de químicos.
Nutrición equilibrada: motor de la productividad
Una buena dieta es el complemento esencial para potenciar la inmunidad y el crecimiento del ganado.
- Forrajes de calidad: base del sistema alimenticio, mejorados con prácticas de rotación y fertilización adecuada.
- Suplementación mineral: fundamental para prevenir deficiencias de calcio, fósforo, magnesio y microminerales como selenio y zinc.
- Proteína y energía: aportes adicionales en etapas de alta demanda (crecimiento, lactancia, engorde).
- Forraje conservado: heno y ensilaje como reservas estratégicas para épocas de sequía o invierno.
Un animal bien nutrido responde mejor a las vacunas y desarrolla mayor resistencia a parásitos y enfermedades.
Hacia un enfoque integral de salud animal
La sanidad ganadera no se logra con una sola intervención, sino con la integración de vacunas, desparasitación y nutrición bajo un plan de manejo adaptado a cada región. Además, la capacitación del personal, el registro sanitario de los animales y la asesoría veterinaria continua son piezas clave para mantener un rebaño sano y productivo.
Un ganado bien cuidado no solo asegura mayor rentabilidad, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la ganadería mundial.
Referencias
- Radostits, O. M., et al. (2017). Veterinary Medicine: A Textbook of the Diseases of Cattle, Sheep, Pigs, Goats and Horses. Elsevier.
- FAO (2020). Livestock Health Management for Sustainable Agriculture.
- Kaplan, R. M., & Vidyashankar, A. N. (2012). An inconvenient truth: global worming and anthelmintic resistance. Veterinary Parasitology, 186(1-2), 70–78.
