Gracias a su capacidad para neutralizar el impacto negativo del exceso de sodio en el suelo, el yeso se utiliza para mejorar la absorción de nutrientes y estimular el crecimiento radicular. Investigaciones realizadas por científicos argentinos demostraron que la producción de maíz aumentó y la biomasa de trigo se duplicó al aplicar yeso en dosis de 2000 kg por hectárea.
Los resultados de la aplicación de yeso en suelos salinos fueron presentados en el Congreso sobre Problemas de Salinidad, que se desarrolla en Córdoba del 30 de julio al 1 de agosto, informa el portal oficial del Gobierno de Argentina.
En el sureste de la provincia de Córdoba, en los departamentos de Unión y Marcos Juárez, aproximadamente el 40% de los suelos son salinos y alcalinos. Estos suelos son aptos para la ganadería, pero se utilizan principalmente para cultivos como la soja y el maíz. Esto se traduce en una baja productividad y una alta variabilidad en los rendimientos según el año, ya sea húmedo o seco (variabilidad climática).
En este sentido, un grupo de investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Marcos Juárez, trabaja en alternativas para aumentar la productividad y prevenir la salinización del suelo. Los métodos de manejo que se están evaluando incluyen la labranza, la cobertura del suelo y la aplicación de aditivos químicos, orgánicos o biológicos.
Los científicos también están seleccionando especies y variedades con mayor resistencia o utilizando mejoras genéticas para crear plantas que puedan crecer y producir mejor en suelos salinos y alcalinos.
Betania Aimetta, investigadora del INTA Marcos Juárez y coordinadora del Congreso de Salinidad, explicó que «alrededor del 40 % de los suelos argentinos presentan algún nivel de salinidad, con intensidad variable. Por lo tanto, es importante desarrollar estrategias de gestión, tanto para el tratamiento del suelo como para las enmiendas, para mejorar la productividad de estos ambientes y prevenir la salinización futura».
El grupo de investigación Marco Juárez del INTA realizó experimentos con la aplicación de yeso en diferentes cantidades y formas, así como con el uso de estiércol compostado de corrales de engorda, la siembra de veza y el uso de algunos productos biológicos comerciales como mejoradores de suelo, lo que posteriormente condujo a un mayor crecimiento de los cultivos, en este caso trigo, soja y maíz.
El yeso (sulfato de calcio) se aplica a suelos salinos o sódicos principalmente para mejorar su estructura y reducir la alcalinidad. Su aplicación reemplaza el sodio intercambiable del suelo por calcio, un proceso clave en suelos sódicos o salino-sódicos, donde el exceso de sodio deteriora su estructura. El yeso también mejora la infiltración y el drenaje del agua, reduce el pH en algunos suelos alcalinos, mejora la disponibilidad de nutrientes y promueve el crecimiento radicular.
Los resultados preliminares de ensayos con maíz muestran que la aplicación de yeso a dosis de 2000 a 8000 kilogramos por hectárea, con y sin labranza vertical, y antes de la siembra en un año seco, incrementó el rendimiento en un promedio de 3,5 veces. Esto significó que el rendimiento del maíz por hectárea aumentó de 470 y 230 kilogramos con y sin labranza, respectivamente, a 2207 y 1028 kilogramos por hectárea.
En cuanto a los parámetros químicos del suelo, se observó una disminución significativa del pH a una profundidad de los primeros 20 centímetros: de 8,67 sin la adición de yeso a 7,87 (el valor más cercano al neutro) con una dosis máxima de 8.000 kg de yeso por hectárea.
Aimetta enfatizó que encontraron: «En la cosecha de trigo 2024-25, la cantidad de materia seca fue significativamente mayor cuando se añadió yeso. Sin yeso, la biomasa del trigo fue de 479 kg por hectárea de peso seco, y cuando se añadieron 2000 kg de yeso por hectárea, la cantidad de materia seca del trigo por hectárea se duplicó».
Los trabajos presentados en el Congreso de Salinidad también abarcaron temas sobre la escorrentía del ganado y los efectos de la fertilización y la inoculación en la producción de soja en suelos sódicos.
El evento, que se celebró del 30 de julio al 1 de agosto, tiene como tema “Ambientes Salinos: Desafíos para su Integración en Sistemas Agrícolas Sostenibles” y es un foro interdisciplinario donde expertos, investigadores, profesionales y actores relevantes comparten conocimientos y buenas prácticas en el ámbito de la gestión del agua, la salinidad del suelo y el agua. El objetivo es encontrar soluciones innovadoras y sostenibles que preserven los ecosistemas, garanticen la seguridad alimentaria y contribuyan al desarrollo socioeconómico de Argentina. Los temas principales de este año son: salinidad y alcalinidad del suelo, producción en suelos salinos y alcalinos, tecnologías de gestión aplicadas a sistemas de producción en suelos salinos y alcalinos, así como vegetación, cultivos y microflora en suelos afectados por la salinidad y la alcalinidad.
Fuente: Gobierno de Argentina.
