Ahora, el tizón amenaza la producción de una de las especias más codiciadas del mundo. La aparición de este patógeno fúngico en un huésped no convencional como el jengibre plantea nuevas preguntas para los fitopatólogos.
Investigadores del Instituto Indio de Investigación de Especias (ICAR-IISR), una unidad del Instituto Agrícola Indio (ICAR) en Kozhikode, han identificado una nueva enfermedad fúngica que afecta a los cultivos de jengibre en partes del distrito de Karnataka. La enfermedad es causada por Pyricularia spp. , un patógeno que anteriormente se encontraba en monocotiledóneas como el arroz, el trigo y la cebada.
Esta es la primera vez que se reporta el tizón en el jengibre, lo que indica una nueva amenaza para la producción comercial de especias en la región. La enfermedad fue particularmente grave en la temporada 2024, con brotes rápidos en los campos y reducciones significativas en la producción.
La infección se manifiesta inicialmente como un amarilleamiento de las hojas de jengibre, acompañado de pequeñas manchas oscuras que van del verde oliva al negro en las primeras etapas. A medida que la enfermedad progresa, se propaga por el campo a un ritmo alarmante, a menudo en pocas horas. Esto provoca un secado prematuro de las hojas y un encamado masivo de las plantas. Aunque los rizomas de las plantas infectadas no presentan daños visibles, la defoliación temprana impide su correcto desarrollo y aumento de peso. Los agricultores de la región afectada han reportado pérdidas de hasta el 30 % del rendimiento de los rizomas debido a la enfermedad, lo que convierte al añublo en un problema crítico para los productores de jengibre y las agencias de extensión agrícola.
La aparición generalizada de esta nueva enfermedad en el jengibre en Kozhikode se atribuyó a condiciones microclimáticas específicas en agosto y septiembre de 2024. La región experimentó fuertes rocíos por las mañanas, lo que creó un entorno favorable para la germinación y dispersión de las esporas del hongo Pyricularia .
A diferencia de otras zonas de cultivo de jengibre en Karnataka y Kerala, que no se vieron afectadas, las condiciones climáticas únicas de Kozhikode durante la fase tardía del monzón parecen haber desencadenado el brote.
Los equipos de investigación del ICAR-IISR y su estación regional en Appangal confirmaron que la humedad inducida por el rocío desempeñó un papel clave en la propagación de la enfermedad. Sin embargo, la recolección y conservación oportuna de las muestras infectadas resultó difícil, ya que la mayoría se secaron durante el transporte a Kozhikode. A pesar de estos obstáculos, los científicos identificaron de forma concluyente a Pyricularia spp. como el agente causal.
Para contener la enfermedad y prevenir futuros brotes, el ICAR-IISR recomendó diversos tratamientos fungicidas y prácticas de campo. Para los rizomas de las semillas, los investigadores recomiendan remojar el material de siembra durante 30 minutos en soluciones fungicidas, ya sea propiconazol a una concentración de 1 ml por litro o una combinación de carbendazim y mancozeb a una concentración de 2 gramos por litro. Después del tratamiento, los rizomas deben almacenarse en un área bien ventilada para evitar una mayor contaminación por el hongo.
Como medida preventiva, se recomiendan pulverizaciones foliares con propiconazol o tebuconazol a una concentración de 1 ml por litro aproximadamente cuatro meses después de la siembra para prevenir el desarrollo temprano de la enfermedad. Si aparecen síntomas como manchas oscuras del tamaño de una cabeza de alfiler rodeadas de tejido amarillento, se debe aplicar un tratamiento fungicida de inmediato, dada la alta tasa de propagación del patógeno. Las observaciones de campo confirman que parcelas enteras pueden infectarse en cuestión de horas, y se han reportado nuevos casos en campos separados hasta por 20 kilómetros.
En las zonas ya afectadas por la enfermedad, el ICAR-IISR recomienda que los agricultores suspendan temporalmente el cultivo de jengibre hasta que se estudie más a fondo su comportamiento. El equipo de investigación continúa estudiando la biología de la Pyricularia en el jengibre y busca comprender los factores ambientales desencadenantes que favorecen su ciclo de vida en este nuevo huésped.
Se están realizando esfuerzos a largo plazo para evaluar el potencial de variedades resistentes de jengibre y explorar alternativas biológicas a los fungicidas sintéticos. La aparición de este patógeno fúngico en un huésped no convencional como el jengibre plantea nuevos desafíos para los fitopatólogos y exige estrategias optimizadas de protección de cultivos para esta popular especia.
Fuente: Agricultura Global.
