La cría de cerdos en pastura se considera un enfoque más humano que la cría tradicional, ya que permite a los animales llevar un estilo de vida natural. En Alemania se ha desarrollado un enfoque especializado para el sacrificio de cerdos en este sistema.
El transporte al matadero supone un enorme desafío físico y psicológico para los cerdos. Aliviar este estrés no solo es un paso hacia un trato más humano a los animales de granja, sino también un requisito previo para obtener un producto de alta calidad.
El transporte de animales a la planta procesadora de carne es quizás la etapa más estresante de la cadena de producción porcina. Para los cerdos, animales sensibles e inteligentes, este viaje se convierte en el último, lleno de miedo, dolor y agotamiento.
Antes del transporte, los animales suelen ser sometidos a una dieta de inanición para reducir la contaminación de las canales durante el sacrificio. Esto provoca hambre extrema y, sobre todo, deshidratación, lo que aumenta considerablemente el estrés. Los entornos desconocidos, los gritos humanos, los sonidos desconocidos y, sobre todo, el movimiento forzado durante la carga y descarga, asustan a los animales. Los cerdos son animales de hábitos y se resisten a abandonar sus espacios habituales. El uso de descargas eléctricas (aunque su uso suele estar regulado, no se descarta), escudos y palos provoca pánico, dolor físico y tensión muscular.
Los animales viajan hacinados en camiones, a menudo sin suficiente espacio para tumbarse. Esto provoca aplastamiento, agresiones y lesiones. La temperatura, la humedad y la velocidad del aire fluctúan considerablemente. Los cerdos, al carecer de glándulas sudoríparas, son particularmente sensibles al sobrecalentamiento (estrés térmico) y a las corrientes de aire. En un camión abarrotado y con ventilación inadecuada, la temperatura sube rápidamente. Los cerdos empiezan a jadear con fuerza, intentando enfriarse, lo que aumenta aún más la tensión en sus cuerpos y puede provocar un golpe de calor y una mortalidad masiva en el camino.
El estrés constante y la falta de descanso provocan fatiga. Tras el sacrificio, esta se manifiesta como carne pálida y acuosa o, por el contrario, dura, oscura y seca. La deshidratación y el agotamiento de las reservas de glucógeno muscular provocan una pérdida de hasta un 3-5 % del peso vivo.
Por primera vez, un ganadero de Baja Sajonia ha podido sacrificar cerdos en pasto, según informa Martina Hungerkamp en un artículo para el portal agrícola alemán Agrarheute, citando a az-online: «Alexander Schmidt, de Lüneburg Heath, se ha convertido en el primer ganadero de Baja Sajonia en poder sacrificar cerdos directamente en pasto. A unos 20 kilómetros al sur de Lüneburg, Schmidt cría unos 70 cerdos Berkshire al aire libre, y desde junio de este año, se ha instalado en el pasto un remolque de sacrificio móvil especialmente equipado. Allí, los animales son aturdidos y luego desangrados sin someterlos a estrés. Un veterinario supervisa cada etapa del proceso de sacrificio in situ. Esto elimina la necesidad de transportar a los animales a un entorno desconocido, que se considera un importante factor de estrés. Sin embargo, el sacrificio en pasto requiere importantes recursos organizativos y de personal. Se necesita suministro de energía al pasto, personal capacitado y tiempo suficiente. El sacrificio en pasto es de baja productividad: solo puede sacrificar dos cerdos por hora. En comparación, un gran… Un matadero puede procesar más de 1000 animales en el mismo tiempo. Sin embargo, para Alexander Schmidt, sacrificar animales en pastura no es solo un proceso logístico, sino también emocional. La estrecha relación con los animales dificulta el momento del sacrificio, pero para él, forma parte de una ganadería justa. Quien quiera comer carne también debe aceptar que habrá que sacrificar un animal para ello. La pregunta es cuán estresante será el procedimiento.
