La WUR desarrolla cultivos irresistibles.
Según varios estudios científicos, tres cuartas partes de todos los insectos han desaparecido en los últimos 30 años.
Para contrarrestar esta disminución, científicos de 13 países están colaborando en un nuevo enfoque dentro del proyecto AGRI4POL.
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A diferencia de la gestión agroambiental, los investigadores pretenden hacer que los cultivos, en lugar del medio ambiente, sean más atractivos para los polinizadores como las abejas silvestres y las mariposas. «Con ello, buscamos una situación en la que todos salgan ganando, tanto los agricultores como los insectos», afirma el investigador asociado Andries Temme de la Universidad e Investigación de Wageningen.
El ochenta por ciento de los cultivos agrícolas y un tercio de la producción agrícola dependen de los insectos polinizadores. «Sin embargo, los fitomejoradores a menudo han ignorado el atractivo de las flores para los polinizadores», dice Temme. «Como resultado, los insectos prefieren las flores silvestres a los cultivos en los sectores agrícola y hortícola, y esas flores silvestres son cada vez más escasas».
Causas de la disminución de los insectos
Según Thijs Fijen, ecólogo de la Universidad de Wageningen y de la investigación, esta es una de las razones de la disminución de los insectos: «Hay menos hábitats naturales y los que quedan son menos diversos y, a menudo, no están conectados con otras áreas naturales. Además, el exceso de nitrógeno y el uso de insecticidas también influyen».
Otra causa importante es el cultivo a gran escala de un solo cultivo, o monocultivo. «Esto crea un suministro de alimentos unilateral para los polinizadores y una falta de lugares adecuados para anidar, lo que dificulta su supervivencia y reproducción en las zonas agrícolas. Esto no solo conduce a ecosistemas desequilibrados, sino que también reduce el rendimiento de los cultivos que dependen de los insectos para la polinización».
Objetivos del proyecto
Para hacer frente a estos desafíos, el proyecto AGRI4POL se centra en mejorar el atractivo de los cultivos para los polinizadores. Los científicos quieren provocar un cambio en toda Europa. Los cultivos agrícolas ya no deberían tener un impacto negativo en el número de insectos, sino que deberían contribuir a su recuperación.
«Vemos diferencias en el atractivo entre variedades de los mismos cultivos, pero aún no sabemos exactamente por qué», dice Fijen. «¿Se debe a la cantidad de néctar? ¿A las proteínas del polen? ¿A los compuestos volátiles con los que las flores atraen a los polinizadores? ¿O quizás a señales visuales, como las rayas ultravioleta en los pétalos, que guían a los insectos hacia dónde ir? Tenemos la intención de explorar todos estos elementos».
«El conocimiento que adquirimos puede utilizarse para adaptar variedades de cultivos existentes o desarrollar otras nuevas. El objetivo es crear condiciones equitativas para los polinizadores y los agricultores, en las que los cultivos resulten atractivos para los insectos polinizadores y los agricultores se beneficien de mayores rendimientos y cosechas de mayor calidad», afirma Temme.
Centrarse en los girasoles y las habas
En el marco de AGRI4POL, los investigadores de la Universidad de Wageningen y de la Universidad de Investigación de Wageningen y sus colegas franceses se centran principalmente en los girasoles y las habas. «En Francia, estamos realizando amplios ensayos en los que las cámaras registran cuántos insectos y qué especies visitan las distintas variedades. A continuación, utilizamos la inteligencia artificial para analizar esas imágenes. Esto supone un enfoque totalmente nuevo para estudiar los cultivos», explica Temme.
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Una visión diferente de la agricultura
El siguiente paso es utilizar las variedades más atractivas, lo que también requiere una visión diferente de la agricultura. «Por ejemplo, se pueden combinar distintas variedades del mismo cultivo, o incluso varios, para prolongar el periodo de floración. Para que el enfoque tenga éxito, hay que tener en cuenta todo el sistema de cultivo», afirma Fijen. Temme destaca los posibles beneficios para el agricultor: «Tanto los girasoles como las habas se benefician de una mejor polinización. Esto puede garantizar mayores rendimientos y reducir el riesgo de escasez de polinizadores».
«El nuevo enfoque es un paso importante hacia la promoción de la biodiversidad y ofrece una oportunidad de revertir la tendencia negativa en una positiva, donde los agricultores y la naturaleza se refuerzan mutuamente», concluye Fijen.
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