Científicos chinos han determinado que estos olores específicos son detectados por las antenas de las mariquitas y aumentan su alimentación de plagas en pruebas de laboratorio. La investigación sienta las bases para un control de plagas respetuoso con el medio ambiente, permitiendo a los agricultores atraer a estas mariquitas a sus cultivos y reducir su dependencia de pesticidas agroquímicos.
El desafío global de alimentar a una población en crecimiento actual se enfrenta a la necesidad de una agricultura sostenible. El control tradicional de plagas, que depende en gran medida de pesticidas agroquímicos, está siendo criticado por sus riesgos ambientales. Esto ha impulsado la búsqueda de métodos alternativos, especialmente aquellos que utilizan procesos biológicos naturales.
Un enfoque prometedor es el manejo integrado de plagas, cuyo objetivo es controlarlas utilizando a sus enemigos naturales, como los insectos depredadores. La clave para que esto funcione es comprender cómo estos depredadores naturales encuentran a sus presas, a menudo mediante señales químicas u olores.
Investigaciones recientes realizadas por científicos de la Universidad Agrícola de Hebei, la Academia China de Ciencias Agrícolas, la Academia de Ciencias Agrícolas y Forestales de Hebei y la Universidad de Zhejiang han demostrado cómo se pueden lograr avances en este campo. Su estudio se centró en la mariquita Hippodamia variegata , un depredador activo de plagas como el pulgón del algodón.
La idea básica es utilizar olores específicos emitidos por las plantas para atraer a estas mariquitas beneficiosas, mejorando así su capacidad para controlar las poblaciones de plagas sin recurrir a agroquímicos.
El estudio tuvo como objetivo identificar compuestos volátiles específicos (químicos que se evaporan fácilmente en el aire) que son atractivos para H. variegata .
Los científicos probaron 28 sustancias diferentes y descubrieron que cuatro compuestos en particular eran significativamente atractivos: benzoato de etilo, formiato de octilo, metil jasmonato y metil dihidrojasmonato. Las mariquitas mostraron fuertes respuestas conductuales a estos compuestos, especialmente en concentraciones altas y medias. Además, las pruebas de laboratorio demostraron que la presencia de estos volátiles vegetales aumentó la actividad alimenticia de H. variegata sobre las plagas.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores emplearon varios métodos. En primer lugar, realizaron ensayos de comportamiento, observando cómo respondían las mariquitas a la presencia de estos compuestos en un entorno controlado. Esto es crucial, ya que, como se ha demostrado en trabajos anteriores, se sabe que insectos como las mariquitas utilizan la comunicación química para localizar a sus presas. Por ejemplo, se ha demostrado que la mariquita prefiere las plantas infestadas de pulgones al responder a diversos compuestos volátiles emitidos por estas plantas, como el α-pineno y el salicilato de metilo. Este trabajo previo destacó el potencial de los volátiles de las plantas como atrayentes y sentó las bases para futuras investigaciones sobre compuestos específicos.
Además de las observaciones del comportamiento, el nuevo estudio también utilizó pruebas de electroantenografía (EAG).
La electroantenografía es una técnica que mide la respuesta eléctrica de las sensilas de un insecto a los olores. Las sensilas son los órganos olfativos primarios, dotados de estructuras especializadas que consisten esencialmente en pelos microscópicos que detectan moléculas químicas en el aire. Estas sensilas contienen células nerviosas que generan señales eléctricas al unirse a moléculas de olor específicas. Una prueba de EAG registra la suma de estas señales eléctricas, lo que proporciona una medición directa de cómo el sistema olfativo de un insecto percibe un olor particular. En el estudio de H. variegata, la respuesta de EAG a cuatro compuestos identificados aumentó con la concentración, lo que confirma que las antenas de la mariquita efectivamente detectan y responden con fuerza a estas sustancias químicas específicas.
La identificación de estos compuestos altamente atractivos para las mariquitas proporciona una base práctica para desarrollar nuevas estrategias de control de plagas.
El concepto consiste en utilizar estos atrayentes identificados para atraer mariquitas a zonas específicas donde las plagas representan un problema. Esto podría formar parte de una estrategia de cebo y muerte, donde el atrayente se combina con un insecticida específico de bajo impacto, o de cebo y liberación, donde los insectos benéficos son atraídos a los cultivos para controlar las plagas de forma natural. Este enfoque concuerda con la comprensión más amplia de que los fitoquímicos volátiles desempeñan un papel importante en la forma en que los insectos se desplazan y encuentran huéspedes o presas.
Al comprender las señales químicas precisas que atraen a los enemigos naturales de las plagas, las prácticas agrícolas pueden abandonar las pulverizaciones químicas de amplio espectro y adoptar soluciones más específicas y respetuosas con el medio ambiente. Esta investigación representa un avance en el aprovechamiento del poder de la comunicación química natural para el manejo sostenible de plagas, ofreciendo una base teórica para futuras aplicaciones de campo destinadas a manipular el comportamiento de los depredadores y proteger los cultivos.
Fuente: Los Uno.
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0327160
