Un estudio realizado en la Universidad de Helsinki demuestra que aumentar la diversidad de plantas en la agricultura puede incrementar la biomasa vegetal y mejorar las interacciones planta-microbio, factores que promueven el almacenamiento de carbono en el suelo.
por la Universidad de Helsinki
El estudio, publicado en Nature Communications , investigó si el aumento de la diversidad de plantas mediante el uso de especies sembradas bajo el suelo en ecosistemas de campo puede afectar la estructura y el funcionamiento de las comunidades microbianas para promover la salud del suelo y el secuestro de carbono . En concreto, el estudio examinó cómo el crecimiento, la estructura de la comunidad y la eficiencia del uso del carbono de los microbios de las raíces responden a las especies de plantas.
«Nuestros hallazgos indican que promover la diversidad vegetal en la agricultura podría ser una estrategia eficaz para mejorar la captura de carbono en los suelos agrícolas. Este hallazgo proporciona un respaldo basado en evidencias muy necesario para desarrollar una política agrícola sostenible en la Unión Europea», afirma la directora del proyecto y profesora Anna-Liisa Laine de la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de Helsinki.
Según los investigadores, la expansión de las tierras agrícolas ha provocado una reducción del carbono del suelo, un problema cuya resolución es central para frenar el cambio climático.
«En la práctica, incluso una pequeña mejora en la capacidad de retención de carbono de los campos puede ser significativa, ya que una gran parte de la superficie terrestre a nivel mundial se ha aprovechado para la producción de alimentos», afirma Laine.
El estudio se llevó a cabo en un experimento de biodiversidad excepcionalmente amplio con cebada como cereal experimental. Los investigadores investigaron cómo las especies acompañantes de la cebada, como el trébol rojo (Trifolium pratense), la alfalfa (Medicago sativa) y la achicoria (Cichorium intybus), afectan a los rendimientos de la cebada, ya que el cultivo no debe verse comprometido a expensas de la sostenibilidad en los agroecosistemas. La cebada se cultivó en parcelas de prueba sola o con una, dos, cuatro u ocho especies sembradas debajo.
En ecología, ya se ha demostrado experimentalmente una relación positiva entre el número de especies vegetales y las funciones ecosistémicas, como la retención de carbono en el suelo. Sin embargo, los ecosistemas de campo difieren considerablemente de los experimentos que emulan comunidades vegetales silvestres, ya que los primeros contienen una sola especie dominante. Los investigadores se sorprendieron por la rapidez con la que los microbios del suelo respondieron positivamente a la diversidad vegetal, a pesar de que la cebada era la especie dominante en las parcelas de prueba.
Más información: Luiz A. Domeignoz-Horta et al, Plant diversity drives positive microbial associations in the rhizosphere enhancement carbon use efficient in Agricultural soils, Nature Communications (2024). DOI: 10.1038/s41467-024-52449-5