En los Países Bajos, donde los ganaderos compraron más de 3.600 terneros de Brandeburgo tras un brote confirmado de fiebre aftosa en búfalos de agua, se ha prohibido el transporte de todos los terneros, y el Reino Unido está reforzando las medidas de seguridad veterinaria en la frontera. La propagación de la fiebre aftosa amenaza con crematorios masivos para el ganado y enormes pérdidas económicas.
La fiebre aftosa es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta al ganado y causa importantes daños económicos. La fiebre aftosa no es peligrosa para los humanos. La enfermedad rara vez es mortal en animales adultos, pero las tasas de mortalidad son altas en animales jóvenes y la incidencia se acerca al 100% en poblaciones susceptibles. Los animales que se recuperan suelen estar debilitados y demacrados.
El primer caso de fiebre aftosa en Alemania en 35 años se detectó en una manada de búfalos en Hönow, cerca de Berlín. El estado federado de Brandeburgo ha introducido una prohibición de 72 horas para el transporte de animales, que se aplica a bovinos, porcinos, ovinos y otros animales. Como medida de precaución, también se ordenó el sacrificio de 200 cerdos en una granja cercana al lugar donde se descubrió el brote.
Las autoridades alemanas dijeron que han almacenado vacunas contra el serotipo de la fiebre aftosa que causa el brote. El Instituto Friedrich Löffler (FLI), un importante centro de investigación de enfermedades animales en Alemania, ha confirmado que se ha detectado el virus del serotipo O, aunque aún no está claro cómo llegó a la manada de búfalos.
Las vacunas adecuadas contra este serotipo están disponibles en el banco alemán de antígenos de fiebre aftosa. Este banco de antígenos de fiebre aftosa fue creado específicamente para casos como el actual. Según la FLI, una vez activado por el Estado correspondiente, el banco de antígenos de la fiebre aftosa podrá producir en pocos días las vacunas necesarias. Sin embargo, será necesario realizar pruebas en todos los animales susceptibles para determinar la propagación real del brote y la necesidad de introducir una vacuna adecuada.
La noticia de un brote de fiebre aftosa en Alemania preocupó mucho a los Países Bajos. El Ministerio de Agricultura holandés confirmó que desde el 1 de diciembre, más de 3.600 terneros del estado alemán de Brandeburgo, donde se descubrió el brote entre búfalos, han sido importados a los Países Bajos a través de puntos de recogida en otras partes de Alemania. Como resultado, el Ministerio de Agricultura anunció una prohibición a nivel nacional del movimiento de terneros y de las visitas a granjas, excepto para el personal esencial, como los veterinarios.
El ministerio dijo que actualmente no hay motivos ni sospechas de infección en los Países Bajos. Estos terneros se encuentran ahora en más de 125 granjas repartidas por todos los Países Bajos. Las autoridades holandesas están investigando si estas granjas estaban infectadas con la fiebre aftosa. El transporte de los terneros al matadero y las visitas a las granjas por parte del personal necesario deberán realizarse siguiendo estrictos protocolos de higiene. El ministerio dijo que las prohibiciones durarán al menos unos días.
En el Reino Unido, que aún recuerda el grave brote de fiebre aftosa de 2021 (2.000 casos en granjas de todo el Reino Unido), se está reforzando la bioseguridad en las fronteras para prevenir el riesgo de importación de la enfermedad. El primer caso de fiebre aftosa se informó en Essex el 19 de febrero de 2001, y un segundo caso se diagnosticó en Northumberland sólo cuatro días después. Los expertos veterinarios inmediatamente tuvieron claro que se estaba desarrollando una epidemia. Culparon de la causa a piensos contaminados importados de granjas porcinas, que literalmente se convirtieron en una fábrica de virus.
A medida que el número de casos aumentaba drásticamente en las semanas siguientes, los medios británicos mostraron hogueras de cadáveres de animales quemados en todo el campo. Se convirtieron enormes extensiones de tierra en crematorios, se cerraron las vías públicas en todo el país; Se ha introducido una prohibición total de la venta de cerdos, ovejas y vacas británicas.
Fueron necesarios al menos siete meses de matanzas y quemas masivas para controlar la enfermedad a finales de septiembre, con más de 6 millones de cerdos, vacas y ovejas sacrificados en más de 10.000 granjas. Ese incidente llevó a la creación de nuevos protocolos y pruebas veterinarias, incluidos aquellos basados en la secuenciación de genes, y cuando la fiebre aftosa reapareció en 2007, el brote fue contenido antes de que se extendiera más allá de unas pocas granjas.