Las plantas son susceptibles a una amplia gama de patógenos. Para la patata común, una de estas amenazas es la Pectobacterium atrosepticum, una bacteria que ennegrece los tallos, pudre los tejidos y, a menudo, provoca la muerte de la planta, lo que se traduce en importantes pérdidas agrícolas cada año.
por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa
En 2012, investigadores aislaron un nuevo virus que infecta y destruye esta bacteria: un bacteriófago llamado φTE (phiTE). Ahora, por primera vez, los científicos han descubierto la estructura atómica de φTE, revelando un posible mecanismo de infección que podría ser más complejo de lo que se creía.
El estudio, publicado a principios de este mes en Nature Communications , es el resultado de una colaboración multidisciplinaria entre investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST) y la Universidad de Otago. Reúne la experiencia de diversos campos, como la virología, la biología estructural , la genética molecular , la ingeniería de proteínas, la bioquímica y la biofísica.
Perteneciente a una de las clases virales más extendidas, el φTE es un bacteriófago de especial interés para la comunidad de la genética molecular. Además de su función en el combate de patógenos vegetales , sirve como virus modelo, comúnmente utilizado en investigación para estudiar cómo los bacteriófagos interactúan con sus bacterias hospedadoras.
Mediante criomicroscopía electrónica (crio-EM), el equipo capturó con éxito el virión φTE completo con resolución atómica. Descubrieron que el virus presenta una topología única en comparación con otros virus de la misma familia.
Representación superficial del mapa crio-EM compuesto del virión φTE. Las proteínas individuales están etiquetadas y coloreadas como se describe en el manuscrito. Crédito: Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-58514-x
Estos nuevos conocimientos ayudaron a comprender los cambios conformacionales que permiten al virus liberar su ADN en el huésped e iniciar la infección. También se descubrió que φTE tiene una cápside relativamente más grande, probablemente para acomodar un genoma más grande.
Además, el equipo identificó elementos estructurales que parecen desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la estabilidad y la función del virión. La visualización directa les permitió identificar una proteína conocida como proteína de cinta métrica (TMP), importante para el ensamblaje y la función del virión.
Al comparar φTE con virus relacionados, identificaron varias características compartidas, así como diferencias notables. Con base en estos hallazgos, los investigadores propusieron un modelo que describe cómo φTE podría iniciar su ataque al huésped.
Esta investigación amplía nuestra comprensión de los bacteriófagos, como el φTE, y podría tener implicaciones significativas. Permitirá a los científicos diseñar agentes biológicos que puedan combatir diversas enfermedades bacterianas de las plantas. Estos agentes constituyen valiosas alternativas a los tratamientos químicos y antibióticos tradicionales.
Más información: James Hodgkinson-Bean et al., Estudio estructural global del miófago flagelotrópico φTE que infecta al patógeno agrícola Pectobacterium atrosepticum, Nature Communications (2025). DOI: 10.1038/s41467-025-58514-x
