Se ha creado un escáner de ultrasonido para prevenir las fracturas del hueso de la quilla en las gallinas ponedoras modernas


Para satisfacer las necesidades de la producción intensiva de huevos de gallina, la selección se centró únicamente en la productividad de los pollos sin tener en cuenta las consecuencias para el organismo, por lo que las fracturas del hueso de la quilla son una de las lesiones más comunes en las granjas avícolas industriales.


En la producción actual de huevos, centrada en el bienestar, las nuevas aplicaciones de la ultrasonografía están revolucionando la forma en que los productores evalúan el potencial sanitario de las gallinas ponedoras. Esta tecnología no invasiva proporciona una evaluación cuantitativa de parámetros fisiológicos directamente relacionados con la productividad, lo que permite a los productores optimizar el rendimiento manteniendo altos estándares de bienestar.

Las fracturas de quilla afectan hasta al 90% de las gallinas ponedoras modernas, lo que afecta significativamente su bienestar y productividad. Estas lesiones, a menudo causadas por colisiones con equipos o por la presión prolongada al estar sentadas en una percha, se agravan considerablemente en las ponedoras modernas, que se crían selectivamente para aumentar la producción de huevos a costa de la masa muscular y la fortaleza ósea.

Tradicionalmente, los productores han dependido de la medición del peso vivo y la palpación manual para evaluar el desarrollo de pollitas y hembras. Si bien son eficaces, estos métodos son subjetivos e imprecisos. La evaluación muscular, ya un referente en el manejo de reproductoras pesadas, es cada vez más reconocida por su importancia en las ponedoras, ya que el desarrollo muscular y la retención de proteínas son esenciales para mantener una producción de huevos productiva.

La autopsia sigue siendo el método más preciso para evaluar la integridad del hueso de la quilla, pero es invasiva e irreversible. La ecografía, ya utilizada en la industria avícola para evaluar la frescura del huevo y el grosor de la cáscara, es ahora una alternativa fiable para la investigación y el desarrollo en granjas. La empresa alemana Lallemand Animal Nutrition ha desarrollado el primer ecógrafo portátil en tiempo real del mundo para evaluar el grosor del músculo de la pechuga y el estado del hueso de la quilla.

«El análisis ecográfico proporciona una evaluación cuantitativa objetiva del desarrollo muscular con una precisión milimétrica. Transforma las observaciones cualitativas en datos numéricos que permiten predecir el mantenimiento de la curva de producción de huevos con mucha mayor precisión», afirma Eric Chevaux, director de I+D de Lallemand Animal Nutrition.

Utilizando un protocolo de escaneo estandarizado, el dispositivo registra el grosor del músculo pectoral e identifica anomalías o fracturas del hueso de la quilla, lo que garantiza un seguimiento constante en todas las etapas de la producción.

Estudios recientes han establecido una clara relación entre el desarrollo del músculo pectoral, la salud esquelética y la producción de óvulos. El músculo pectoral actúa como una reserva proteica crucial para la síntesis de óvulos, mientras que el esqueleto aporta minerales esenciales como el calcio y el fósforo para la formación de la cáscara.

En un estudio de campo realizado en 2024 por Lallemand Animal Nutrition en Italia, las gallinas con músculos bien desarrollados presentaron músculos de la pechuga entre un 28 % y un 40 % más gruesos que aquellas con músculos subdesarrollados, lo que demuestra claramente el valor diagnóstico de esta tecnología. Este método de ultrasonido también abre oportunidades para validar estrategias nutricionales como la suplementación con probióticos. En estudios controlados, la suplementación con la bacteria probiótica ácido láctica Pediococcus acidilactici CNCM I-4622 demostró mejoras fisiológicas significativas con el tiempo.

En el mismo ensayo de campo italiano, estas mejoras se correspondieron con diferencias significativas en la integridad de la quilla: el 50 % de las gallinas alimentadas con probióticos presentó quillas intactas, en comparación con solo el 15 % en los grupos de control. Además, cuando se produjeron fracturas, su gravedad se redujo significativamente (0 % de fracturas graves en las aves alimentadas con probióticos, en comparación con el 25 % en los grupos de control).

“Esta metodología representa la intersección del diagnóstico por imagen y la fisiología de la producción”, afirma Cheveaux. “Las ondas sonoras de alta frecuencia generan un mapeo tisular detallado que se correlaciona estrechamente con la eficiencia metabólica. La ecografía nos proporciona esta información sin sacrificar aves para el estudio”.

La introducción de esta tecnología representa un enfoque progresivo al manejo de las aves de corral, combinando la ciencia con la práctica para optimizar la producción y mantener el bienestar de las aves.

Fuente: Lallemand Animal Nutrition.

La foto muestra el grosor del músculo pectoral de un pollo musculoso (izquierda: más grueso) y de un pollo musculoso (más delgado: derecha), medido mediante ultrasonido. La quilla es apenas palpable (izquierda) o sobresale (derecha). Fuente: Lallemand Animal Nutrition.



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