Se probará en tomates una tecnología para filtrar genes innecesarios de parientes silvestres de plantas cultivadas.


Crear variedades nuevas y resistentes de tomates requiere tomar prestados genes de parientes silvestres, pero solo se deben introducir genes útiles para el cultivo, lo cual actualmente es difícil. Sin embargo, existe una solución.


En Estados Unidos, la Fundación para la Investigación de Alimentos y Agricultura (FFAR) otorga una subvención de $2,063,835 para Soluciones de Semillas, con el fin de financiar un proyecto colaborativo entre el Instituto Boyce Thompson (BTI) y Meiogenix. El proyecto busca aprovechar la diversidad genética de los tomates silvestres para mejorar sus variedades. La investigación se centra en la tolerancia a la sequía y el tizón temprano, dos importantes desafíos que enfrentan los productores de tomate de todo el mundo.

El proyecto combina tecnologías genómicas de vanguardia con enfoques innovadores de mejoramiento. El equipo está analizando cientos de especies de tomate silvestre para identificar aquellas con una tolerancia excepcional a la sequía o resistencia al tizón temprano. BTI está creando un pangenoma: un mapa genético completo que abarca todas las variaciones genéticas de las especies de tomate. Una vez identificadas, Meiogenix utilizará su tecnología de recombinación dirigida, que dirige la recombinación genética a regiones específicas del genoma, para transferir las variantes genéticas que confieren tolerancia a la sequía y resistencia al tizón temprano de los tomates silvestres a los cultivados.

Meiogenix es una empresa de biotecnología agrícola que desarrolla productos revolucionarios basados en la edición cromosómica. Al aprovechar la diversidad genética natural de los cultivos, Meiogenix amplía la biodiversidad que los agricultores pueden utilizar para abordar los desafíos globales relacionados con el clima, la sostenibilidad y la alimentación.

“Un solo genoma de tomate no refleja toda la diversidad genética”, afirmó Zhangjun Fei, investigador principal, profesor y experto en genómica del BTI. “Nuestro enfoque pangenómico nos ayudará a identificar variaciones estructurales (diferencias significativas en el ADN de los tomates silvestres y cultivados) responsables de características valiosas”.

«La cría tradicional de parientes silvestres es una tarea compleja, ya que junto con las variaciones genéticas beneficiosas, también se introducen las no deseadas. Nuestra tecnología nos permite transferir con mayor precisión únicamente las variantes genéticas beneficiosas, acelerando significativamente el proceso de selección», afirma Ricardo García de Alba, director ejecutivo de Meiogenix.

Mejorar la resistencia a la sequía en tomates reducirá el consumo de agua, lo cual es crucial para la agricultura, ya que la escasez de agua afecta aproximadamente al 80 % de las tierras agrícolas. Mejorar la resistencia a Alternaria reducirá la necesidad de fungicidas químicos.

“Este proyecto demuestra cómo las colaboraciones público-privadas pueden acelerar la conversión de los descubrimientos científicos en soluciones prácticas para la producción de alimentos. Aprovechar la rica diversidad genética de los parientes silvestres nos ayudará a desarrollar tomates más resistentes al estrés, eficientes en el uso de recursos para los agricultores y ampliamente disponibles para los consumidores”, afirmó la Dra. Katie Mankvold, directora del programa científico Fomento de Sistemas de Producción Próspera.

Fuente: foundationfar.org.



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