El arroz, alimento básico para más de la mitad de la población mundial, enfrenta un reto creciente: producir más con menos insumos químicos.
Los fertilizantes nitrogenados, esenciales para lograr altos rendimientos, son también una de las principales fuentes de contaminación ambiental en la agricultura. Su uso intensivo provoca emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación de aguas subterráneas. Sin embargo, un reciente estudio internacional coordinado por la Universidad de Tokio abre una vía prometedora: el uso de una bacteria del suelo capaz de fijar nitrógeno atmosférico directamente en el entorno de las raíces del arroz.
Los investigadores trabajaron con Azospirillum sp. B510, una cepa bacteriana ya conocida por su capacidad de promover el crecimiento vegetal. En ensayos de campo realizados en Japón y Filipinas, la inoculación de las plantas de arroz con esta bacteria permitió reducir hasta en un 30% la aplicación de fertilizantes nitrogenados sin que el rendimiento disminuyera. Por el contrario, en varios casos el rendimiento se incrementó gracias a un mejor desarrollo radicular y a un mayor contenido de clorofila en las hojas, lo que mejoró la eficiencia fotosintética.
La clave del éxito de Azospirillum sp. B510 es su capacidad de establecer una relación de endofitosis con el arroz. A diferencia de otros microorganismos que viven en la rizosfera, esta bacteria coloniza tejidos internos de la raíz, donde libera nitrógeno en forma de compuestos que la planta puede asimilar fácilmente. Esta simbiosis refuerza no solo la nutrición, sino también la resistencia del cultivo frente a condiciones adversas como la salinidad o la sequía moderada.
Desde el punto de vista agrícola, los beneficios son múltiples. Reducir la dependencia de fertilizantes significa menores costos de producción, lo que es especialmente importante para pequeños agricultores en Asia, África y América Latina. Además, la introducción de bioinoculantes de este tipo contribuye a mitigar el impacto ambiental del cultivo de arroz, considerado uno de los más intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero.
Los investigadores subrayan, sin embargo, que la efectividad de la inoculación depende de las condiciones locales. Factores como el tipo de suelo, el manejo del agua en los arrozales y la diversidad microbiana nativa influyen en el éxito de la simbiosis. Por ello, antes de implementar la tecnología a gran escala será necesario realizar ensayos adaptados a cada región productora.
Este avance científico marca un paso importante hacia la transición a una agricultura más sostenible. Si se logra integrar la inoculación bacteriana con buenas prácticas de manejo del agua y rotación de cultivos, el arroz podría convertirse en un ejemplo de cómo la biotecnología microbiana ayuda a reducir insumos químicos sin sacrificar la productividad.
Referencias:
- Inoue, H. et al. (2024). Azospirillum sp. B510 enhances nitrogen fixation and yield stability in rice under field conditions. University of Tokyo.
- International Rice Research Institute (IRRI). (2024). Biofertilizers and their role in sustainable rice production.
