Investigadores en Argentina están domesticando con éxito plantas silvestres locales para convertirlas en cultivos forrajeros.


A veces, las plantas silvestres locales pueden superar a los cultivos forrajeros populares en valor nutricional y resistencia climática, como descubrieron científicos argentinos en el caso del coirón blanco dulce.


La Asociación de Productores de Semillas Forrajeras del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA) en Bariloche ha completado el primer registro de una zona de producción de semillas forrajeras de una especie nativa de la Patagonia. Esta iniciativa permitirá la venta de semillas con registro certificado, garantizando su origen y trazabilidad. Esta planta, conocida como coirón blanco o dulce, mejora la dieta de ovejas, cabras y bovinos, asegurando la producción de forraje incluso en las condiciones más adversas.

El grupo «Domesticación de Cultivos Forrajeros Nativos de la Patagonia», con sede en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Bariloche-IFAB (INTA-CONICET), lleva más de diez años estudiando el coirón blanco (Festuca pallescens). Esto ha permitido avanzar en el proceso de registro, aumentando el valor potencial del cultivo en la parcela semillera registrada.

La investigadora Paula Marcelli explicó: «El objetivo es proporcionar semillas de esta especie forrajera a productores y viveros de la región, tanto para el mejoramiento de pasturas como para ensayos a pequeña escala y la restauración de sistemas que utilizan esta especie. Se trata de una gramínea patagónica nativa con alto valor forrajero. Presenta buena resistencia al pisoteo, excelente palatabilidad y buenas propiedades nutricionales».

Al hablar sobre las características del cultivo, María Marta Azpilicueta, investigadora del INTA en Bariloche, describió cómo las plantas de F. pallescens (coirón dulce o blanco) forman matas de hasta 60 centímetros de altura, aunque en el campo suelen verse más pequeñas debido al pastoreo intensivo. Las plantas presentan una tonalidad azul verdosa y hojas delgadas. Las semillas son pequeñas (de 6 a 8 milímetros de largo y de 1 a 1,5 milímetros de ancho) y presentan una arista de unos 3 milímetros de largo en el ápice de la lema del antecio.

Aldana López señaló que, mediante una combinación de técnicas moleculares realizadas en laboratorio, con ensayos de invernadero y de campo, se examinaron aspectos como la diversidad genética, la filogenia, la tolerancia fisiológica al estrés hídrico y salino, la productividad y calidad del forraje, y la germinación, entre otras características del coirón blanco, en el campo experimental del INTA en Pilcaniéu, Bariloche. Con base en estos resultados, se propuso el registro del sitio como Zona de Protección Fitosanitaria Agrícola (ZPAA) para satisfacer la demanda de semillas de esta especie. Esta población está compuesta por individuos puros de F. pallescens , que mostraron una buena respuesta tanto en el crecimiento vegetativo como en la producción de semillas.

El coirón aún no se cultiva comercialmente, pero posee propiedades nutricionales excepcionales en comparación con otras especies nativas o cultivos forrajeros cultivados específicamente en las regiones áridas y semiáridas de la Patagonia. Además, esta planta nativa se adapta a todo tipo de suelo, desde seco hasta pantanoso, y es altamente resiliente al cambio climático

Fuente: Portal oficial del Gobierno de Argentina



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