El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina busca detectar, a través de una técnica rápida, la presencia de especies de Agrobacterium, causantes de la enfermedad conocida como Agalla de la Corona, para entregar nuevas opciones a viveristas y agricultores al momento de reproducir frutales, evitando su diseminación y plantas asintomáticas.
Santiago, julio de 2022.- Esta enfermedad bacteriana de amplia distribución territorial en climas templados, afecta plantas leñosas en todo Chile, siendo muy común en frutales como el nogal, vid, frambueso, cerezo, avellano y arándano, entre otros. Se caracteriza por la presencia de tumores o agallas de diferentes tamaños, observados principalmente en la raíz y el cuello, en la línea del suelo, además de tumores aéreos en algunos hospederos.
Las plantas infectadas presentan menor desarrollo, hojas más pequeñas, debilidad y susceptibilidad a otros patógenos, perdiendo, muchas veces, sus capacidades productivas cuando se encuentran afectadas.
La diseminación de este patógeno se produce principalmente en viveros, desde plantas madres y suelos infectados, moviéndose a través del agua de riego. Ante la presencia de una herida en la zona del cuello, esta bacteria es atraída por compuestos liberados desde la planta, infectando e induciendo la formación de tumores.
Frente a la ausencia de hospederos, estas bacterias pueden permanecer en el suelo durante largos periodos a la espera de las condiciones ideales para infectar, lo que ocurre al momento de utilizar herramientas para injertos o a través de daños provocados por insectos, nemátodos o heridas naturales.
Para que las especies de Agrobacterium produzcan la enfermedad, deben contener el gen de virulencia y para detectar esta condición, en la actualidad se realizan estudios de cultivos de laboratorio para obtener colonias desde plantas con agallas, a las que se aplica la técnica de PCR. Sin embargo, en análisis de laboratorio se ha observado que incluso en plantas sintomáticas se han presentado falsos negativos, lo que implica recurrir a pruebas de patogenicidad, alargando el proceso de detección y diagnóstico.
Para Danae Riquelme, Fitopatóloga de INIA La Platina, existe preocupación por la evidencia científica que demuestra la rápida evolución que tienen estas bacterias, disminuyendo la efectividad de las técnicas de detección tradicionales. “Por esta razón, hemos decidido incluir un nuevo tipo de análisis molecular, a través de la técnica de Amplificación Isotérmica de Ácidos Nucleicos (LAMP), que tiene la ventaja de ser aplicada en el campo, sin la necesidad de equipos sofisticados ni personal calificado para ello. Para que esto sea posible, estamos estudiando el genoma de las principales especies de Agrobacterium que están presentes en Chile, para una detección altamente sensible, que determinaría incluso si una planta que se muestra sana, podría desarrollar la enfermedad en el futuro”, señaló.
La idea central del estudio que se realiza en el laboratorio de Fitopatología de INIA La Platina, en colaboración con el laboratorio de Fitovirología de la Universidad de Chile, consiste en observar directamente, desde los tejidos de plantas asintomáticas y sintomáticas, la presencia de la bacteria, de una manera rápida y efectiva, que incluso pueda ser aplicada en los viveros, lo que permitiría detener la propagación de especies de Agrobacterium, antes que se manifieste en tumores sintomáticos, momento en que su sistema y el suelo ya se han convertido en reservorio del patógeno, contribuyendo a realizar un control preventivo.