Un estudio en el que los científicos probaron una suposición que parecía más bien una broma mostró resultados inusuales.
Resulta que no sólo las personas se sienten energizadas por la música dance. La investigación de un equipo de la Universidad de Flinders, Australia, ha documentado un rápido aumento en el crecimiento de hongos del suelo cuando los sonidos se reproducen en un ambiente controlado.
Debido a que los microbios beneficiosos del suelo, como el hongo Trichoderma harzianum (cuyas cepas se utilizan para producir productos comerciales de nutrición y protección de cultivos) promueven el crecimiento de las plantas y la descomposición de nutrientes y desplazan a los patógenos, este descubrimiento demuestra el potencial de la «ecoacústica» como un nuevo campo para salud del suelo y protección de cultivos, dicen los autores.
«Más del 75% de los suelos del mundo están degradados, por lo que debemos tomar medidas radicales para revertir esta tendencia y comenzar a restaurar la biodiversidad», dice el Dr. Jake Robinson, ecólogo microbiano de la Universidad de Flinders. – Este estudio nos sorprendió cuando uno de los hongos comunes que promueven el crecimiento de las plantas aumentó la cantidad inicial de biomasa de células de esporas casi cinco veces en comparación con un grupo de control donde las ondas sonoras estaban a niveles ambientales. De esta manera, podemos utilizar el sonido para mejorar la salud del suelo”.
Los científicos vertieron tierra en cajas y luego enterraron bolsitas de té normales para permitir que la biomasa creciera a medida que la materia orgánica se descomponía. Algunas cajas fueron expuestas a ondas sonoras monótonas, agudas y «ruidosas» de unos 80 decibelios y una frecuencia de 8 kHz durante ocho horas al día durante 14 días. Las bolsitas de té de control provocaron menos crecimiento de hongos cuando se expusieron a ruidos tan bajos como 30 decibeles.
El crecimiento total de la biomasa fúngica en cada una de las bolsitas de té con ondas sonoras altas aumentó aproximadamente 0,5 g en comparación con pequeños cambios en la zona de control.
La actividad beneficiosa de las conidias (esporas) de Trichoderma harzianum aumentó aproximadamente cinco veces en comparación con las muestras de control cuando se expusieron a ondas sonoras en placas de Petri durante solo cinco días.
Los investigadores creen que la ecoacústica como forma de estimular la actividad microbiana del suelo es una dirección innovadora e interesante.
Fuente: Universidad de Flinders