El nitrógeno ayuda a mitigar el impacto de la sequía en la soja, según descubrieron expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina. Los resultados preliminares mostraron que el aumento de la disponibilidad de nitrógeno en condiciones de estrés hídrico resultó en un aumento del 12% en el peso final del grano y un aumento del 5% en la concentración de proteína del grano.
Ante la variabilidad climática, un equipo de científicos del INTA estudia cómo optimizar la producción de soja, uno de los cultivos más importantes para la economía argentina. Una iniciativa liderada por el Grupo de Ecofisiología Vegetal del Instituto de Fisiología Vegetal y Recursos Genéticos del INTA busca comprender si mejorar la nutrición nitrogenada puede mitigar el impacto negativo del estrés hídrico (sequía) sobre el rendimiento de granos y el contenido proteico, informa el portal oficial del Gobierno de Argentina.
El estudio, realizado durante ensayos de campo en colaboración con la Estación Experimental Agropecuaria del INTA en Manfredi, tuvo como objetivo profundizar la comprensión de los mecanismos fisiológicos involucrados en el aumento del contenido proteico del grano en genotipos de alto rendimiento.
Durante el crecimiento del cultivo, particularmente durante la etapa de llenado del grano, factores ambientales como la disponibilidad de agua y nutrientes determinan los componentes del rendimiento y la composición química final del grano. Con base en estudios previos, se sabe que en condiciones de deficiencia hídrica, la asimilación de nitrógeno biológico por el cultivo disminuye, lo que conlleva a una disminución del rendimiento y una pérdida de calidad química del grano. Sin embargo, los procesos que conducen a tales reacciones actualmente son objeto de debate.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio fue que «la sequía durante el llenado del grano redujo los rendimientos en un 71 % en comparación con las condiciones de riego, independientemente de la disponibilidad de nitrógeno. Sin embargo, fue interesante observar que una mayor disponibilidad de nitrógeno en condiciones de déficit hídrico condujo a un aumento del peso final del grano en un 12 %, la concentración de proteína en el grano en un 5 % y un índice de rendimiento de hasta un 30 %, un indicador clave de la cantidad de biomasa que se convierte en granos», explicó Verónica Ergo, ecofisióloga del Centro de Investigaciones Agropecuarias del INTA.
La investigación se centró en la base ecofisiológica asociada con la absorción, removilización y distribución de nitrógeno, así como en los procesos reguladores clave que conducen a aumentos simultáneos en el rendimiento de granos y proteínas en condiciones potencialmente favorables (riego y nutrición nitrogenada) y en condiciones desfavorables (deficiencia de agua).
Fuente y foto: www.argentina.gob.ar.
