La agricultura regenerativa impulsa la recuperación de los suelos europeos


La degradación de los suelos agrícolas en Europa ha alcanzado niveles alarmantes.


Redacción Mundo Agropecuario

En las últimas décadas, la intensificación del cultivo, el uso excesivo de agroquímicos y la pérdida de biodiversidad microbiana han provocado una reducción sostenida de la materia orgánica y del carbono retenido en los suelos. Sin embargo, una corriente creciente de productores y científicos está demostrando que es posible revertir esa tendencia mediante prácticas que devuelven vida al terreno: la agricultura regenerativa.

Un cambio de paradigma desde la biología del suelo

Durante mucho tiempo, los modelos productivos europeos se centraron en maximizar el rendimiento por hectárea, sin medir las consecuencias ecológicas. Pero hoy, el enfoque ha cambiado. Investigadores del Centro de Agroecología de la Universidad de Reading, junto con la Red Europea de Observatorios de Suelo, han recopilado datos de más de 250 fincas piloto que aplican principios regenerativos: rotaciones amplias, compost biológico, cultivos de cobertura y reducción drástica del laboreo.

El resultado: en solo cinco años, los suelos regenerativos aumentaron su materia orgánica en un 40 % y mejoraron notablemente su capacidad de retención de agua. Además, los índices de microorganismos beneficiosos —como bacterias fijadoras de nitrógeno y hongos micorrícicos— crecieron de manera exponencial, contribuyendo a la fertilidad natural del terreno.

El carbono, aliado silencioso

El estudio europeo confirma que los suelos manejados con criterios regenerativos son auténticos sumideros de carbono. La materia orgánica no solo mejora la textura y estabilidad de los agregados del suelo, sino que captura CO₂ atmosférico y lo convierte en compuestos estables.

Según el informe “Carbon Farming and Regenerative Practices in European Agriculture” publicado en 2025, cada hectárea regenerativa puede almacenar hasta 3,5 toneladas adicionales de carbono por año respecto a un manejo convencional. Este proceso de “secuestrar carbono” es clave para las metas climáticas de la Unión Europea, que busca neutralidad en emisiones para 2050.

Experiencias de campo: de Alemania a España

En Baviera, una red de agricultores pioneros ha logrado mejorar la rentabilidad mientras restaura sus suelos. “La clave está en dejar de luchar contra la naturaleza y aprender a colaborar con ella”, resume Hans Müller, productor de cereales ecológicos. En Andalucía, proyectos impulsados por la Universidad de Córdoba replican la experiencia con olivos y viñedos, mostrando que el manejo regenerativo reduce la erosión en más del 60 % y mejora la infiltración de agua en los secanos mediterráneos.

El enfoque ha tenido eco en el norte de Europa, donde los sistemas agroforestales —combinación de árboles, cultivos y pastoreo— están mostrando beneficios dobles: aumento de productividad y restauración del suelo. La integración de leguminosas y plantas fijadoras en los sistemas de rotación permite que la fertilidad natural sustituya gran parte de los insumos externos.

Impactos económicos y sociales

Contrario a lo que se temía, los ingresos netos de las fincas regenerativas no disminuyeron. En promedio, los agricultores redujeron sus costos operativos un 20 %, gracias al menor gasto en fertilizantes, herbicidas y agua de riego. Además, la estabilidad de los cultivos frente a sequías y lluvias extremas mejoró.

Las políticas europeas comienzan a acompañar este viraje. En el marco de la nueva Política Agrícola Común (PAC 2025-2030), se prevén incentivos directos para quienes adopten técnicas de manejo del carbono y restauración de suelos. Esto podría transformar el paisaje agrícola del continente.

Los retos pendientes

Aun así, la expansión de la agricultura regenerativa enfrenta obstáculos. Muchos productores carecen de capacitación o temen las pérdidas iniciales durante la transición. Los investigadores proponen crear redes de aprendizaje y observatorios locales de suelo que evalúen la evolución biológica y económica del cambio.

También se necesitan mecanismos de certificación fiables para cuantificar el carbono retenido, lo que permitiría acceder a mercados de créditos de carbono o sellos de sostenibilidad, una oportunidad adicional de ingresos.

Hacia una nueva cultura del suelo

Más allá de la técnica, la agricultura regenerativa representa una nueva manera de entender la relación con la tierra. No se trata solo de producir, sino de reconstruir los ecosistemas agrícolas. Cada hectárea que recupera su vida microbiana contribuye a la resiliencia alimentaria de Europa.

“Los suelos regenerativos no son un lujo ecológico, son una necesidad para la supervivencia agrícola”, concluye el equipo de Reading. Si el continente logra escalar estas prácticas, el futuro del campo europeo podría ser, nuevamente, fértil.


Referencias

  1. European Soil Observatory (2025). Carbon farming and regenerative practices in European agriculture.
  2. Reading University (2025). Soil Biology and Agroecosystem Services Research Report.
  3. Córdoba University (2025). Mediterranean dryland regeneration trials.


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