La sinergia de microorganismos subterráneos servirá para biologizar el complejo agroindustrial en protección vegetal.
Los fungicidas sintéticos se utilizan comúnmente para controlar hongos dañinos que causan enfermedades en las plantas en la agricultura convencional, pero la demanda de soluciones de base biológica está creciendo.
Por ello, investigadores de la Universidad de Neuchâtel, HE-Arc Ingénierie y el Instituto de Investigación en Agricultura Orgánica FiBL están desarrollando una estrategia alternativa para combatir determinadas enfermedades fúngicas. En el proyecto Enhance se centran en microcápsulas que contienen una combinación de microorganismos y un método de administración original.
Los hongos patógenos son responsables del 13 por ciento de las pérdidas agrícolas en todo el mundo cada año. La agricultura convencional utiliza fungicidas sintéticos para controlarlos, pero algunos pueden tener desventajas, incluido el desarrollo de resistencia e impactos negativos en los ecosistemas y la salud humana. Además, está creciendo la demanda de alimentos libres de pesticidas. Project Enhance busca estrategias innovadoras y respetuosas con el medio ambiente para controlar determinadas enfermedades fúngicas de los cultivos. Con un presupuesto de 1,9 millones de francos suizos, el estudio se llevará a cabo durante cuatro años a partir de enero de 2025. El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (SNSF).
La investigación se centra principalmente en métodos para controlar Rhizoctonia solani . Este hongo patógeno ataca a la lechuga y la escarola y provoca una enfermedad llamada pudrición de la raíz, que provoca pérdidas de hasta el 100 por ciento. A lo largo del proyecto, se añadirán otras enfermedades objetivo, que los científicos seleccionarán en diálogo con los agricultores para satisfacer sus necesidades.
El primer paso de los investigadores es identificar la mezcla activa adecuada de bacterias beneficiosas. Un nuevo descubrimiento ofrece una solución inteligente para llevar bacterias al lugar correcto: las autopistas de hongos. Los hongos forman redes ampliamente ramificadas de estructuras parecidas a raíces llamadas hifas. Algunas bacterias pueden utilizar esta red para moverse. Utilizando estas carreteras fúngicas, las bacterias beneficiosas pueden transportarse directamente a las raíces de las plantas, donde brindan protección.
En la práctica, las bacterias beneficiosas, en asociación con la autopista fúngica, están encerradas en una microcápsula, lo que les permite persistir hasta que ambos objetos lleguen al entorno objetivo. Una vez en el suelo, el hongo podrá superar la barrera de las microcápsulas y extender sus hifas, creando un puente para que las bacterias alcancen activamente su objetivo.
Una vez que se han desarrollado con éxito las microcápsulas y se han aislado las combinaciones adecuadas de hongos y bacterias, comienza la fase de pruebas prácticas. Está dirigido por la científica del suelo Natasha Bodenhausen en colaboración con la consultora Office Technique Maraîcher (OTM) y la Fondation rurale interjurassienne (FRI). La eficacia y el respeto al medio ambiente de los nuevos biofungicidas se probarán en ensayos de campo y en macetas.
Fuente: FiBL.
La foto muestra una vista microscópica de una colonia bacteriana (de color violeta) en las hifas de un hongo (amarillo).
Fuente: Universidad de Neuchâtel, Saskia Bindschedler.