Los océanos, guardianes invisibles de la vida y aliados esenciales de la pesca artesanal


Un nuevo estudio resalta la interdependencia entre los ecosistemas marinos saludables y las comunidades costeras que dependen de la pesca a pequeña escala


Redacción Mundo Agropecuario

Los océanos del mundo son mucho más que una vasta extensión azul: son el motor biológico del planeta. De ellos proviene casi la mitad del oxígeno que respiramos, generado por diminutos organismos conocidos como fitoplancton, y sus ecosistemas costeros proporcionan alimento, empleo y protección natural a millones de personas. Sin embargo, el equilibrio de estos sistemas vitales está bajo amenaza debido a la sobreexplotación, la contaminación y el cambio climático.

Un reciente estudio científico enfatiza que conservar los entornos marinos no solo es una cuestión ambiental, sino también social y económica. En especial, para las comunidades que viven de la pesca artesanal, mantener la salud de los océanos significa garantizar su supervivencia cultural y su seguridad alimentaria.

Un equilibrio natural que sostiene la vida

Los mares cubren más del 70 % de la superficie terrestre y son responsables de regular el clima global, almacenar carbono y mantener los ciclos biogeoquímicos que sustentan la vida. En su superficie flotan los fitoplancton —microalgas invisibles al ojo humano— que realizan fotosíntesis y liberan enormes cantidades de oxígeno a la atmósfera.

Sin estos organismos, la vida terrestre sería imposible. Además, los ecosistemas marinos —desde los arrecifes de coral hasta los manglares y las praderas submarinas— actúan como barreras naturales contra tormentas y huracanes, protegiendo a las comunidades costeras frente al aumento del nivel del mar y los fenómenos climáticos extremos.

El estudio señala que el deterioro de estos ecosistemas no solo implica una pérdida ambiental, sino también una amenaza directa a la seguridad alimentaria mundial. Hoy, más de 3.000 millones de personas dependen del pescado como principal fuente de proteína animal, y una buena parte de esa producción proviene de pesquerías artesanales que operan en aguas costeras.

La pesca artesanal, un patrimonio que necesita mares sanos

A diferencia de la pesca industrial, la pesca a pequeña escala suele desarrollarse en equilibrio con el entorno. Los pescadores artesanales utilizan métodos tradicionales —redes de bajo impacto, trampas selectivas, embarcaciones pequeñas— que reducen la captura incidental y el daño al fondo marino.

Pero este equilibrio está amenazado. La degradación de hábitats como los manglares y los arrecifes coralinos, junto con la contaminación plástica y la acidificación oceánica, está reduciendo la disponibilidad de peces y alterando las cadenas tróficas. A esto se suma la competencia desigual con grandes flotas industriales que agotan los recursos costeros y desplazan a las comunidades locales.

El informe destaca que la salud de los ecosistemas marinos y la viabilidad de la pesca artesanal están estrechamente ligadas. Cuando las zonas costeras se conservan adecuadamente, los pescadores pueden mantener su sustento sin agotar las poblaciones de peces. Por el contrario, la pérdida de biodiversidad y la contaminación limitan la productividad natural del océano, forzando a muchos a abandonar su actividad o a incurrir en prácticas menos sostenibles.

La importancia del conocimiento local y la gestión sostenible

La solución, según los expertos, no pasa únicamente por la creación de áreas marinas protegidas, sino por integrar a los pescadores locales en la gestión de los recursos. Estas comunidades poseen un conocimiento ancestral del comportamiento de las especies, los ciclos de mareas y los patrones climáticos, información que resulta esencial para diseñar estrategias adaptadas a cada región.

Los modelos de co-manejo participativo, donde científicos, autoridades y comunidades trabajan de manera conjunta, han demostrado ser efectivos. En lugares como Filipinas, Senegal y América Latina, estas alianzas han permitido restaurar arrecifes, mejorar la calidad del agua y aumentar la biomasa pesquera en zonas degradadas.

La incorporación de herramientas tecnológicas, como los sistemas de monitoreo satelital o las plataformas de trazabilidad digital, también puede ayudar a reducir la pesca ilegal y garantizar que los productos pesqueros artesanales lleguen a los mercados con valor agregado y certificaciones de sostenibilidad.

Cambio climático: el desafío silencioso

El cambio climático agrava las presiones sobre los océanos. El aumento de la temperatura marina está provocando blanqueamiento de corales, desplazamiento de especies hacia latitudes más frías y alteraciones en los patrones migratorios de los peces.

Estas transformaciones afectan directamente a las comunidades costeras que dependen de ciertas especies estacionales. A la vez, la intensificación de tormentas y el ascenso del nivel del mar destruyen infraestructuras portuarias y viviendas, reduciendo la capacidad de recuperación social y económica.

Los científicos advierten que, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, las zonas costeras más vulnerables podrían perder hasta el 30 % de su capacidad pesquera en las próximas décadas. Frente a este escenario, la conservación y restauración de ecosistemas marinos —en especial manglares, marismas y praderas marinas— se convierte en una estrategia doble: proteger la biodiversidad y capturar carbono de manera natural.

Una agenda global para un océano resiliente

La sostenibilidad de los mares requiere una visión global y coordinada. Iniciativas como el Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021–2030) impulsado por Naciones Unidas promueven la investigación, la educación y la gestión integrada de los océanos.

Sin embargo, los expertos subrayan que la conservación no puede lograrse sin justicia social. Los pequeños pescadores deben tener acceso a los beneficios de la economía azul, financiamiento para modernizar sus embarcaciones, y participación en las políticas públicas que afectan a sus territorios marítimos.

La preservación de los ecosistemas marinos no es solo una cuestión ambiental: es un compromiso con el futuro de la alimentación y el equilibrio climático del planeta. Cada coral, cada pez y cada comunidad costera forman parte de una red vital que mantiene a la Tierra en funcionamiento.

En palabras de los investigadores, “proteger el océano es proteger la vida misma”. Y ese llamado cobra más urgencia que nunca ante un mundo que enfrenta simultáneamente crisis climática, energética y alimentaria.


Referencias

  • Phys.org. “Marine environments are vital for life and small-scale fishing communities.” Noviembre de 2025. Disponible en: https://phys.org/news/2025-11-marine-environments-small-scale-fishing.html
  • ONU Medio Ambiente. “The State of the World’s Oceans 2024.” Informe global sobre salud marina.
  • FAO. “El papel de la pesca artesanal en la seguridad alimentaria mundial.” 2025.


Mundo Agropecuario
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.