La microbiota intestinal de los porcinos se ha convertido en un tema central para la investigación ganadera moderna.
Redacción Mundo Agropecuario
Este ecosistema, conformado por miles de millones de bacterias, hongos y otros microorganismos, desempeña un papel decisivo en la digestión, la inmunidad y el rendimiento productivo de los animales.
En los últimos años, los avances en biología molecular y secuenciación genética han permitido comprender mejor cómo la composición y diversidad de la microbiota influyen en la salud de los cerdos. Una microbiota equilibrada no solo mejora la absorción de nutrientes, sino que también fortalece las defensas naturales contra patógenos intestinales, reduciendo la incidencia de diarreas y enfermedades gastrointestinales.
El impacto productivo es igualmente notable. Estudios han demostrado que un microbioma bien gestionado puede aumentar la conversión alimenticia, optimizar el crecimiento y reducir la necesidad de antibióticos profilácticos. Esto último es especialmente importante en el contexto actual, donde la resistencia antimicrobiana es un desafío global.
Entre las estrategias más investigadas para modular la microbiota se encuentran el uso de prebióticos, probióticos y simbióticos, así como dietas enriquecidas con fibras específicas. Además, la mejora genética y el manejo ambiental de las granjas también influyen en la estabilidad de este ecosistema intestinal.
El conocimiento de la microbiota intestinal en porcinos abre nuevas oportunidades para una producción más sostenible y eficiente. Promover una flora intestinal saludable no solo impacta en la rentabilidad de las explotaciones, sino también en el bienestar animal y en la seguridad alimentaria de toda la cadena productiva.
