Investigadores húngaros han descubierto el secreto de la resistencia al calor y a la sequía de estos asombrosos organismos. Aunque los líquenes crecen lentamente y son sensibles a las perturbaciones humanas, pueden ser extremadamente útiles y proporcionar ideas para cosas como productos fitosanitarios con propiedades de protección solar.
Los líquenes son comunes en las regiones del norte, donde los herbívoros de la tundra a menudo dependen de ellos como su única fuente de alimento. Estos organismos simbióticos están formados por hongos y algas. Aunque son más visibles en climas fríos, los líquenes están en realidad muy extendidos en todos los ambientes terrestres, pudiendo encontrarse algunas especies incluso bajo el agua. Su característica más destacada es su notable resistencia a las condiciones naturales más extremas. Es por esto que tendemos a notarlos sólo en lugares donde otras plantas ya no pueden sobrevivir.
Curiosamente, los líquenes se secan con regularidad, lo que ayuda a proteger su sistema fotosintético de daños. Los compuestos especiales presentes en los líquenes contribuyen aún más a este proceso, protegiéndolos de la radiación solar. «Las mediciones muestran que el efecto de estos compuestos es equivalente al de un protector solar con FPS 5, lo que los convierte en protectores solares naturales extremadamente eficaces», explicó Katalin Veres, investigadora del Grupo de Investigación de Ecología Forestal del Instituto de Ecología y Botánica del Centro de Investigación Ambiental de la Red Húngara de Investigación HUN-REN (HUN-REN CER).
Ella y sus colegas estudian principalmente las comunidades de líquenes y sus condiciones ecológicas en hábitats naturales. Esto incluye factores que permiten que las especies de líquenes prosperen en diferentes ecosistemas bajo condiciones ambientales específicas. Como parte de los proyectos de ecología forestal del centro de investigación, los científicos también estudian cómo las diferentes prácticas de gestión forestal orientadas a la producción de madera afectan a las comunidades de líquenes y cómo la gestión forestal orientada a la conservación puede ayudar a enriquecerlas.
En uno de sus estudios más desafiantes, los científicos compararon las comunidades de líquenes en praderas abiertas de arena calcárea en lados opuestos de dunas de arena cerca del desierto de Fülöfäzy y el brezal de Bugača.
Las laderas orientadas al suroeste generalmente reciben más luz solar que las laderas orientadas al noreste, lo que da lugar a diferentes condiciones microclimáticas. Al analizar las diferencias en la composición de la comunidad de líquenes en estos microclimas contrastantes, se puede ver cómo los líquenes se adaptan a su entorno, cómo cambian su actividad fotosintética y sus procesos fisiológicos.
Los hallazgos muestran que diferentes especies de líquenes utilizan diferentes estrategias para hacer frente a condiciones ambientales extremas y demuestran una adaptabilidad notable. En otras palabras, los líquenes parecen estar bien equipados para soportar los impactos esperados del cambio climático.
Resulta sorprendente que, si bien los líquenes pueden sobrevivir en las condiciones naturales más extremas, sean extremadamente sensibles a la interferencia antropogénica. Crecen increíblemente lento —apenas unos pocos milímetros al año— y tardan mucho en recuperarse de los daños. Muchas especies también se propagan lentamente de un hábitat a otro. Por estas razones, proteger los líquenes y mantener sus hábitats naturales es de suma importancia —enfatizó el investigador del CER de HUN-REN—.
Fuente y foto: HUN-REN.
