La ganadería está experimentando una transformación tecnológica sin precedentes.
Redacción Mundo Agropecuario
Después de los drones, los collares GPS y los sistemas de monitoreo satelital, llega una nueva generación de herramientas: los robots cuadrúpedos diseñados para trabajar junto al ser humano en el campo. Inspirados en la movilidad y resistencia de los animales, estos dispositivos están abriendo un horizonte inédito para la ganadería extensiva.
Un estudio publicado en arXiv (2024) por investigadores de la Universidad de Queensland y la Universidad de Sydney titulado “Lessons Learned in Quadruped Deployment in Livestock Farming” documenta las primeras pruebas de robots cuadrúpedos en explotaciones ganaderas reales. Equipados con cámaras de alta resolución, sensores térmicos y sistemas de inteligencia artificial, estos robots han demostrado ser capaces de vigilar hatos, monitorear la salud del ganado y recorrer terrenos difíciles donde los vehículos convencionales no pueden operar.
Los robots cuadrúpedos —como el modelo Spot de Boston Dynamics o el ANYmal suizo— no reemplazan al ganadero, sino que actúan como una extensión de sus sentidos. Mediante cámaras y micrófonos, pueden registrar comportamientos anormales, detectar animales enfermos o aislados y hasta emitir sonidos o señales para conducir el rebaño. En pruebas realizadas en Australia, un solo robot patrulló durante 12 horas un área de 200 hectáreas, transmitiendo datos en tiempo real sobre el estado del terreno y la localización del ganado.
La ventaja más destacada es su autonomía operativa. Estos robots pueden programarse para recorrer rutas específicas y aprender patrones de movimiento del ganado, evitando obstáculos y reconociendo puntos críticos de pastoreo. Con visión computacional avanzada, logran distinguir entre animales, vegetación y estructuras, incluso bajo condiciones de lluvia o polvo.
Más allá de la vigilancia, los robots cuadrúpedos también están siendo probados como plataformas de diagnóstico móvil. Equipados con sensores de temperatura y cámaras térmicas, pueden detectar indicios de fiebre, heridas o estrés térmico en los animales. En Nueva Zelanda, un prototipo desarrollado por la Universidad de Lincoln logró identificar casos tempranos de mastitis en vacas lecheras a partir de la lectura infrarroja del ubre, antes de que los síntomas fueran visibles para el ojo humano.
La aplicación de la robótica avanzada en la ganadería extensiva podría revolucionar el manejo de grandes hatos en regiones donde la mano de obra es escasa o las distancias son enormes. En Latinoamérica, zonas como el Chaco argentino o el Pantanal brasileño presentan condiciones ideales para su adopción: terrenos amplios, alta densidad ganadera y necesidad de monitoreo constante.
Sin embargo, todavía existen desafíos técnicos y económicos. Los costos de adquisición siguen siendo altos —superiores a los 70 000 USD por unidad— y las pruebas de resistencia en climas extremos son limitadas. Además, la conectividad rural sigue siendo un obstáculo para la transmisión continua de datos, aunque la llegada de redes satelitales y 5G podría cambiar pronto ese panorama.
Los investigadores insisten en que la meta no es automatizar la ganadería, sino integrar herramientas inteligentes que faciliten decisiones basadas en datos. Un robot cuadrúpedo puede, por ejemplo, registrar el comportamiento de pastoreo, la disponibilidad de forraje o las condiciones del suelo, ayudando al productor a optimizar la rotación de potreros y prevenir el sobrepastoreo.
Los avances también abren un nuevo campo para el bienestar animal. La presencia de estos robots ha mostrado ser menos estresante para el ganado que la de vehículos motorizados o motocicletas. En estudios piloto, las vacas reaccionaron de forma tranquila ante los robots, que se movían con fluidez y sin emitir ruidos fuertes, demostrando que la tecnología puede integrarse de forma armoniosa al ecosistema de la finca.
Aunque parezca ciencia ficción, la ganadería robotizada está más cerca de lo que se piensa. Lo que comenzó como experimentos de laboratorio ya se prueba en campo abierto, y los resultados apuntan a una transformación inevitable: la unión entre inteligencia artificial, robótica y sostenibilidad. En un futuro cercano, los robots podrían convertirse en los nuevos “perros pastores digitales” del siglo XXI, acompañando al productor en la gestión diaria de su rebaño.
Referencias
- University of Queensland & University of Sydney. (2024). Lessons Learned in Quadruped Deployment in Livestock Farming.
- Lincoln University, New Zealand. (2024). Thermal Imaging for Early Detection of Mastitis in Dairy Cattle.
- CSIRO Australia. (2023). AI Robotics for Extensive Livestock Systems.
- FAO. (2024). Digital transformation in livestock management.
