Si bien el añublo se conoce comúnmente como una enfermedad fúngica del arroz, el patógeno también infecta al trigo y reduce los rendimientos en más del 20 por ciento. Los científicos instan a los fitopatólogos especializados en enfermedades del trigo a unir fuerzas y crear una vigilancia genómica global
Un artículo publicado en el portal Public Library of Science (PLOS) por Sergio Latorre del University College London, Reino Unido, en colaboración con colegas, destaca la importancia de la vigilancia genómica en el control de enfermedades de cultivos para rastrear pedigríes de enfermedades emergentes e identificar rasgos genéticos para crear enfermedades, resistencia enfermedades de línea.
Entonces, para comprender mejor los genotipos emergentes y las líneas de patógenos, los científicos realizaron análisis del genoma y experimentos de laboratorio. Ellos genotiparon y secuenciaron el genoma del añublo del trigo y probaron varias líneas de trigo para determinar la resistencia genética al añublo y la susceptibilidad de los patógenos a los fungicidas.
Resultó que la reciente aparición del brusone del trigo en Asia y África fue causada por una sola línea clonal del hongo, mientras que los brotes en Zambia y Bangladesh provienen de líneas independientes. La investigación también muestra que las variedades de trigo que portan el gen Rmg8 son resistentes a una cepa del hongo que circula en Asia y África, y que el hongo mismo es susceptible al fungicida estrobilurina. Estos resultados demuestran cómo la vigilancia genómica ayuda a los mejoradores a seleccionar rasgos de manera más efectiva para desarrollar cultivos resistentes a enfermedades o recomendar medidas de protección.
La mala noticia es que, según los autores, “es probable a corto plazo la aparición de variantes más destructivas que los genotipos actuales. Esto puede ocurrir por mutaciones o por recombinación sexual con poblaciones fúngicas endémicas. Tales variantes pueden tener mayor virulencia y resistencia a los fungicidas, lo que se suma a la dificultad para controlar el brusone del trigo.
«Los resultados subrayan la necesidad de vigilancia genómica para rastrear y monitorear mejor el brusone del trigo a nivel mundial e identificar variantes de preocupación tan pronto como surjan», agrega el coautor Sophien Kamoun. “Nuestro proyecto se basa en el paradigma mejor ilustrado por la pandemia de COVID-19 de que la vigilancia genómica global agrega una dimensión única a una respuesta coordinada a los brotes de enfermedades infecciosas. Debemos permanecer atentos y continuar con la vigilancia genómica de la aparición del brusone del trigo en África y Asia para identificar las cepas preocupantes”.
(Fuente: Biblioteca Pública de Ciencias (PLOS) En la foto, un campo de trigo en el distrito de Mpika, provincia de Muchinga, Zambia, que muestra síntomas de añublo de trigo durante un brote en marzo de 2018. Foto de: Batiseba Tembo, Instituto de Investigación Agrícola de Zambia ( CC-BY 4.0, creativecommons.org/licenses/by/4.0/ )