Los factores estresantes físicos, químicos y otros percibidos afectan a los animales, provocando múltiples reacciones dependiendo de su especie, raza y condiciones de vida. Los científicos han aportado pruebas de que incluso en la naturaleza, el estrés es un fenómeno contagioso, por lo que en un entorno agrícola debería minimizarse aún más.
En el mundo moderno, los animales están cada vez más expuestos a factores estresantes. Sin embargo, hasta la fecha ha habido poca investigación sobre cómo los niveles individuales de estrés afectan al grupo y al comportamiento de otros miembros del grupo que tal vez no hayan experimentado el factor estresante.
Hania Brundle, bióloga del Grupo de Excelencia en Comportamiento Colectivo de la Universidad de Konstanz, y su colega Damien Farin (ahora en la Universidad Nacional de Australia) realizaron experimentos con 96 pinzones cebra. Su objetivo era descubrir si las respuestas al estrés de las aves individuales afectan a otros miembros de su grupo y cómo. El artículo fue publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
En tres rondas de experimentos, cada una de las cuales duró cuatro semanas, algunos miembros de los grupos de pinzones cebra fueron expuestos a diversas perturbaciones que inducían estrés. Luego, las cámaras registraron con gran detalle cómo el estrés afectó el comportamiento de los individuos expuestos y, lo que es más importante, cómo estos cambios afectaron a su vez el comportamiento de otros miembros del grupo que no estuvieron expuestos a la perturbación. Además, los investigadores midieron los niveles de corticosterona, la hormona del estrés, en las plumas de la cola.
«Nuestros experimentos muestran que las reacciones de estrés pueden extenderse no sólo a los individuos, sino también a otros miembros de su grupo social, incluso a aquellos que no están estresados», afirma Hania Brandl. «En grupos donde la mayoría de las aves están estresadas, vimos este efecto aún más fuerte».
El entorno social influyó tanto en la actividad como en el comportamiento social de los pinzones cebra no estresados. Su reacción fue similar a la de los pinzones cebra que experimentaron estrés.
Los investigadores notaron que las aves que no estaban expuestas al estrés en grupos donde la mayoría de los miembros estaban estresados se movían menos.
«Para las aves en la naturaleza, este nivel reducido de actividad podría significar, por ejemplo, que exploran menos su entorno y limitan su rango de movimientos, lo que a su vez significa que pueden tener acceso a menos recursos», explica Brundle.
De manera similar, en la producción agrícola, el estrés tiene una serie de consecuencias negativas para los animales y daños para los agricultores. Estas consecuencias incluyen cambios en la función inmune y una mayor susceptibilidad a las enfermedades, una reducción del consumo de alimento y de la fertilidad.
Estos factores no sólo afectan el bienestar animal, sino también la productividad agrícola. Esta es la razón por la que los ganaderos necesitan evaluar y anticipar el estrés animal en todos los niveles y gestionarlo en consecuencia.
Los animales pueden experimentar estrés por varios motivos: fatiga o lesiones, hambre, sed o cambios de temperatura, personas desconocidas, manipulación, cambios ambientales o ambientales, etc. Manejo profesional de los animales de granja basado en los métodos y herramientas de reducción del estrés recomendados actualmente, y además, tomando Las medidas para un apoyo veterinario de alta calidad son, entre otras cosas, la clave para una explotación productiva y la imagen de sus productos ante los consumidores.