Por qué se recomienda la vacuna contra la gripe al personal de las granjas porcinas


Los científicos afirman que la industria porcina debe evitar la formación de reordenamientos. Qué son los reagrupados, qué tiene que ver la cría de cerdos y la vacunación contra la gripe con los empleados, explican los expertos de ANSES, la Agencia Francesa para la Alimentación, el Medio Ambiente, la Salud y la Seguridad en el Trabajo.


Como todos los virus de la influenza A (o influenza), los virus que causan la gripe porcina cambian constantemente. Los expertos de la ANSES realizaron una evaluación pericial de los factores que contribuyen a la introducción de estos virus en las granjas porcinas y su transmisión entre cerdos y personas. Si el virus ingresa a una granja, existe el riesgo de que se mezcle con otros virus de la influenza entre los cerdos. Estas recombinaciones pueden convertirse en la fuente de nuevos virus con potencial panzoótico o pandémico.

La gripe porcina es una enfermedad respiratoria viral altamente contagiosa que se encuentra a menudo, por ejemplo, en las granjas francesas. Por lo general, la enfermedad se acompaña de manifestaciones clínicas moderadas (el 25% de los casos son graves) y no es estacional. 

Los cerdos pueden infectarse con la gripe porcina, así como con los virus de la influenza humana y aviar. La coinfección podría entonces promover la aparición de nuevos virus de la influenza, conocidos como recombinantes. Al combinar genes de varios virus de la influenza de diferentes orígenes, pueden volverse más virulentos o propagarse más fácilmente a otras especies.

Los virus de la influenza porcina A pueden transmitirse entre animales y personas. En varios países, entre ellos Francia, se han notificado por primera vez en 2021 casos de transmisión de animal a humano, en el caso de un criador de cerdos en Bretaña. Ante el riesgo para la salud humana y animal que representan estos virus, se pidió a los investigadores de la ANSES que evaluaran el riesgo de introducción y persistencia de estos virus en las granjas porcinas, así como el riesgo de transmisión entre cerdos y humanos.

El objetivo de la evaluación de ANSES fue evaluar el riesgo de que el virus de la influenza A ingrese a la granja porcina a través de diversas vías, es decir, a través de animales, personas o el medio ambiente

Se ha descubierto que los cerdos vivos, especialmente los cerdos jóvenes, son la mayor fuente de introducciones. Por lo tanto, para reducir este riesgo, la agencia recomienda realizar pruebas a los animales entregados a las granjas antes de trasladarlos. 

El movimiento de animales entre granjas, regiones, países y/o continentes es un factor importante en la propagación de estos virus y, por tanto, en la aparición de reordenamientos. Por ello, la ANSES destaca la importancia del cumplimiento diario de las medidas de bioseguridad en las granjas, especialmente en la introducción de nuevos animales. Esto se debe a que los virus de la gripe que entran en una granja porcina son extremadamente resistentes, especialmente teniendo en cuenta los actuales modelos de cría intensiva. Esta resistencia depende en gran medida del estado inmunológico de los cerdos, de la práctica de criarlos juntos en grupos de la misma edad y estado fisiológico y del diseño del edificio (en particular, del sistema de circulación de aire).

Los humanos también son la principal fuente de virus de la influenza en las granjas porcinas. Por ello, la agencia recomienda que las personas que trabajan en granjas porcinas se vacunen contra la gripe estacional. Además, las personas con síntomas gripales no deben entrar en las granjas porcinas, y cuando se propaga la gripe estacional, los ganaderos y otras personas en contacto con los cerdos deben utilizar equipos de protección personal: mascarillas, gafas/viseras, guantes, etc.

Aunque el riesgo de transmisión de virus porcinos de persona a persona es bajo con los virus que circulan actualmente, ANSES pide una mayor vigilancia de los virus de la influenza en cerdos y humanos. Básicamente, esto significa continuar y fortalecer la cooperación y el intercambio de información entre todos los participantes, ya sean científicos o especialistas (por ejemplo, veterinarios, médicos y criadores). Esto facilitará el estudio de todas las cepas virales en circulación para identificar nuevos reordenamientos a nivel nacional e internacional.

La agencia también propone explorar la posibilidad de ampliar el protocolo de vigilancia de la influenza aviar, diseñado para detectar la transmisión temprana de animales a humanos, a la influenza porcina para reducir los tiempos de respuesta. El protocolo detalla el establecimiento de una red de vigilancia para detectar lo antes posible la aparición de nuevos virus de influenza A que puedan transmitirse a humanos y evaluar su potencial para iniciar la transmisión de persona a persona.

Fuente: ANSES.