La Unión Europea está envuelta en una polémica sobre la tecnología de edición genética, que los defensores de la bioingeniería proponen introducir urgentemente en la agricultura orgánica para reducir los rendimientos entre los cultivos convencionales y los orgánicos.
La edición genética debería permitirse en la producción de cultivos orgánicos para aumentar el rendimiento y promover prácticas agrícolas más sostenibles, según un equipo internacional de investigación dirigido por científicos de la Universidad de Bayreuth (Alemania). En un artículo reciente publicado en Cell Reports Sustainability, el grupo aboga por actualizar los estándares de la agricultura orgánica para permitir el uso de esta tecnología.
Una de las principales ventajas de la edición genética es la capacidad de realizar cambios extremadamente precisos en genes individuales, de forma más rápida y eficiente que los métodos de reproducción tradicionales, que suelen requerir muchas generaciones para fijar el rasgo deseado. Para que la agricultura ecológica desempeñe un papel clave en la política agrícola de la UE, también debemos considerar enfoques innovadores», afirma Alexandra Molitorisova, estudiante de doctorado del Departamento de Derecho Alimentario de la Universidad de Bayreuth y autora principal del estudio.
La UE apoya firmemente la agricultura ecológica en todo el panorama político. Sin embargo, los menores rendimientos que suelen asociarse con la agricultura ecológica plantean un reto de sostenibilidad, ya que producir la misma cantidad de alimentos que en un sistema convencional requiere más tierra y recursos. Las nuevas técnicas genómicas (NGT), como las «tijeras genéticas» CRISPR-Cas9, pueden ayudar a abordar este problema aumentando los rendimientos. Estas herramientas permiten modificaciones precisas del ADN, lo que posibilita la creación de plantas con mayor resistencia a la sequía, las plagas o las enfermedades; características especialmente importantes en los sistemas ecológicos, donde los fitosanitarios químicos están prácticamente prohibidos. A pesar de su potencial, las NGT están actualmente prohibidas en la agricultura ecológica de la UE.
Una reciente propuesta legislativa de la Comisión Europea cambiaría la regulación de los cultivos NGT. Algunas plantas modificadas genéticamente (NGT-1) podrían considerarse variedades obtenidas mediante técnicas convencionales, mientras que otras (NGT-2) se verían sujetas a restricciones más flexibles. Sin embargo, la propuesta aún excluye a las NGT de la agricultura ecológica, alegando su supuesta incompatibilidad con las definiciones actuales de «ecológico» y las expectativas de los consumidores.
Un equipo de investigadores, dirigido por el profesor Dr. Kai Purnhagen, jefe del Departamento de Derecho Alimentario de la Universidad de Bayreuth, argumenta que esta postura debería reconsiderarse, según un comunicado de prensa. Proponen un enfoque de doble rasero: una etiqueta ecológica paneuropea para «ecológico sin TNG» y otra para «ecológico con TNG». Este sistema preservaría la transparencia y la capacidad de elección del consumidor, a la vez que permitiría que la agricultura ecológica se beneficiara de innovaciones específicas.
Los investigadores señalan que las NGT pueden contribuir a la obtención de características compatibles con los principios orgánicos, como el aumento de la diversidad genética en el mejoramiento de cultivos. Al crear nuevas variantes de genes cuyas funciones se conocen bien, las NGT pueden ampliar la gama de herramientas de mejoramiento disponibles para la producción orgánica sostenible.
En última instancia, según los investigadores, la decisión de permitir la TNG en la agricultura ecológica debería ser tomada por las comunidades de agricultores y consumidores, por ejemplo, a través de jurados ciudadanos o consejos alimentarios. «Los consumidores de productos ecológicos se preocupan por el medio ambiente y la sostenibilidad. Para los agricultores ecológicos, adoptar esta tecnología es una forma de conectar con estos consumidores», afirmó Purnhagen.
Fuente: Universidad de Bayreuth. doi.org/10.1016/j.crsus.2025.100405
