Tras muchos años de investigación, el Grupo Mibelle, LanzaTech y el Instituto Fraunhofer de Ingeniería de Interfaz y Biotecnología IGB han conseguido un gran avance en innovación sostenible: con ayuda de la biotecnología moderna, los socios han desarrollado un ingrediente a base de CO 2 que puede sustituir al aceite de palma en los cosméticos y otros productos de uso diario.
por Claudia Vorbeck, Fraunhofer-Institut für Grenzflächen- und Bioverfahrenstechnik IGB

Esta tecnología pionera no solo reduce la dependencia del aceite de palma, sino que también abre la puerta a cadenas de suministro más sostenibles, con el potencial de transformar la industria en general. El aceite de palma es una materia prima indispensable para muchas industrias debido a su alto rendimiento, su larga vida útil y su resistencia al calor. Desde alimentos y cosméticos hasta productos de limpieza y biocombustibles, el aceite de palma se encuentra en muchos de los productos que usamos a diario.
Una necesidad urgente de alternativas al aceite de palma
Se talan áreas cada vez mayores de nuestras selvas tropicales para el cultivo de aceite de palma, lo que amenaza a muchas especies animales y vegetales. Este proceso también libera grandes cantidades de CO₂ almacenado a la atmósfera.
La industria cosmética es consciente de esta situación y ha respondido abasteciéndose principalmente de aceite de palma de cultivos certificados, garantizando así que la materia prima provenga de fuentes gestionadas de forma sostenible. Sin embargo, el cultivo sostenible por sí solo no puede satisfacer la creciente demanda de la industria a largo plazo. Se necesitan urgentemente soluciones nuevas e innovadoras para el futuro.
Tecnología innovadora en acción
El Grupo Mibelle es pionero en un enfoque completamente nuevo junto con LanzaTech y el Instituto Fraunhofer de Ingeniería Interfacial y Biotecnología (IGB). Su avance combina dos procesos de fermentación sucesivos para convertir el CO₂, un gas de efecto invernadero, en una mezcla de grasas sin aceite de palma. La composición de esta mezcla se asemeja mucho al aceite de palma, lo que nos permite sustituir a los aceites tropicales en una amplia gama de aplicaciones futuras.
En primer lugar, el CO₂ que de otro modo se liberaría a la atmósfera se convierte en alcohol mediante un proceso biotecnológico desarrollado por LanzaTech. Este proceso es similar a la elaboración de cerveza, salvo que el CO₂ sustituye al grano como materia prima.
En la segunda etapa del proceso de fermentación, desarrollado principalmente por Fraunhofer IGB, el alcohol producido a partir del CO₂ se transforma en las grasas deseadas mediante levaduras oleosas especializadas. Cabe destacar que ambas etapas de fermentación se basan exclusivamente en microorganismos naturales, no modificados genéticamente.
El resultado es una grasa versátil y de alta calidad, 100% libre de aceite de palma, natural y enriquecida con excelentes propiedades para el cuidado de la piel, una característica importante para los productos cosméticos.
«Esta innovación es fruto de nuestra larga colaboración con LanzaTech y un hito para la industria cosmética. En combinación con la fuerza innovadora de Fraunhofer IGB, estamos estableciendo nuevos estándares para toda la industria y reforzando nuestro compromiso de asumir la responsabilidad por el futuro de nuestro planeta, a la vez que fortalecemos las cadenas de suministro», afirma Peter Müller, director ejecutivo del Grupo Mibelle.
Del prototipo a la disponibilidad para el mercado
Tras el éxito de los ensayos de laboratorio en Fraunhofer IGB y las prometedoras pruebas de aplicación en los laboratorios del Grupo Mibelle, los socios están avanzando hacia la producción a escala de kilogramos de la mezcla de grasas similares al aceite de palma. Para ello, los procesos de fermentación desarrollados en Fraunhofer IGB se están ampliando progresivamente en el Centro Fraunhofer de Procesos Químicos-Biotecnológicos (CBP) en Leuna, una sucursal de Fraunhofer IGB.
«Tras el éxito de la investigación en el laboratorio, hemos podido empezar a desarrollar el proceso piloto», afirma Susanne Heldmaier, directora de Investigación e Innovación Técnica del Grupo Mibelle. «Este es un paso importante, tras el cual tendremos las primeras cantidades de grasa de alta calidad.
Esto nos permitirá desarrollar productos cosméticos que no solo protejan nuestra piel, sino que también contribuyan a la protección del medio ambiente. En el futuro, con el apoyo de nuestros proveedores de materias primas, esperamos poder convertir cada vez más materias primas a base de aceite de palma a esta solución sostenible.
Con esta nueva tecnología, las tres empresas están haciendo una contribución significativa a la reducción de la deforestación de la selva tropical a largo plazo y al establecimiento de una cadena de valor sostenible.
