El maíz, base alimentaria para millones de personas en el mundo, enfrenta una amenaza creciente: las olas de calor extremo.
Redacción Mundo Agropecuario
Este cereal es especialmente sensible a las altas temperaturas durante su fase de floración, lo que puede reducir de forma drástica la polinización y el llenado de los granos. Frente a este desafío, la ciencia está recurriendo a herramientas de edición genética como CRISPR-Cas9 para desarrollar variedades capaces de resistir el estrés térmico.
🔬 Genética de precisión contra el calor
Tradicionalmente, la mejora genética del maíz dependía de la selección de variedades adaptadas a distintas regiones. Sin embargo, el cambio climático avanza más rápido que los programas de mejoramiento convencionales. Con la edición genética, los científicos pueden introducir cambios puntuales en genes relacionados con la tolerancia al calor, como aquellos que regulan la expresión de proteínas de choque térmico (HSPs) y la eficiencia fotosintética bajo estrés.
Un estudio reciente de la Universidad de Illinois demostró que al modificar genes vinculados al metabolismo energético, las plantas mantuvieron su capacidad de fotosíntesis incluso con temperaturas superiores a los 38 °C.
🌎 Experiencias en distintas regiones
- En México, el CIMMYT trabaja en líneas de maíz resistentes al calor y sequía que ya se prueban en parcelas experimentales.
- En Estados Unidos, la ingeniería genética busca variedades que mantengan altos rendimientos en zonas del Medio Oeste, donde las olas de calor son cada vez más frecuentes.
- En África subsahariana, iniciativas apoyadas por la Fundación Bill & Melinda Gates impulsan maíces resistentes al calor y con mayor eficiencia en el uso del agua, clave para la seguridad alimentaria.
🚜 Implicaciones para la agricultura
La resistencia al calor no solo es una herramienta científica, sino una necesidad urgente. La FAO advierte que, sin nuevas variedades, los rendimientos de maíz podrían caer hasta un 20 % en los próximos 25 años. La edición genética abre una oportunidad para:
- Mantener la seguridad alimentaria.
- Reducir la dependencia de agroquímicos.
- Adaptar la agricultura a las condiciones del cambio climático.
Sin embargo, el debate sobre el uso de biotecnología en alimentos sigue abierto en muchos países, con marcos regulatorios que aún limitan la adopción masiva de estas variedades.
📌 Referencias
- CIMMYT (2023). Mejoramiento genético de maíz resistente al calor y sequía.
- FAO (2022). Climate change and maize production risks.
- University of Illinois (2023). Heat stress response in maize under genetic editing.
- Gates Foundation (2023). Heat-resilient maize for Africa.
