Ya sea la economía circular, los cultivos de cobertura, la robótica, la inteligencia artificial y el big data, los viñedos ofrecen oportunidades para ver los beneficios y los retornos.
En España, Terras Gauda, empresa vitivinícola, lleva muchos años comprometida con la sostenibilidad. Además, participa en LivingSoiLL, una nueva colaboración internacional dirigida a abordar problemas urgentes de salud del suelo, liderada por 48 empresas, grupos de investigación, centros tecnológicos y universidades de toda Europa, según el portal agrícola español Innova Campo Galego.
El objetivo de la investigación es preservar suelos sanos para las generaciones futuras. Para lograrlo, se implementa un nuevo paradigma de gestión del suelo basado en el monitoreo, la restauración y la protección, mediante el intercambio de información y experiencias entre viticultores, agricultores, científicos, empresas e instituciones de diferentes países. El objetivo es encontrar soluciones locales para reducir la erosión del suelo, mejorar su estructura, minimizar el impacto del uso intensivo de recursos y aumentar las reservas de agua y la biodiversidad.
El proyecto LivingSoiLL ha creado cinco laboratorios vivos de salud del suelo con 50 sitios de demostración en Francia, Italia, Portugal, Polonia y España. Terras Gauda forma parte del Laboratorio Vivo Luso-Galaico, para el cual se seleccionaron tres viñedos con diferentes pendientes y edades de vides. El equipo técnico de la bodega y la Universidad de Vigo ya colaboran para desarrollar, probar, monitorizar y evaluar soluciones en condiciones reales con el fin de mejorar su eficacia en la mejora de la salud del suelo.
La robótica, la inteligencia artificial y el big data son ideales para el viñedo. Por ejemplo, Terras Gauda logró reducir el uso de productos fitosanitarios en un 75 % en tres años gracias a la aplicación precisa y georreferenciada de FlexiGrobots exclusivamente en plantas enfermas. Otro resultado notable fue una reducción del tiempo de entrega de uva fresca a la bodega de más del 50 %. Estos resultados fueron posibles gracias a una flota completa de robots terrestres y agrodrones que trabajaron conjuntamente en el viñedo de la bodega y se integraron en el sistema del Internet de las Cosas (IoT).
La promoción de una gestión ecológica de los viñedos, en el contexto de la reducción del uso de fertilizantes agroquímicos y pesticidas, ha dado buenos resultados: en un experimento de suelo, la aplicación de fertilizantes nitrogenados se redujo en un 30 % sin afectar la cantidad ni la calidad del rendimiento. Un experimento que utilizó cubiertas vegetales y florales para mejorar el control biológico de plagas mediante el aumento de la biodiversidad reveló que las poblaciones de plagas de insectos en las zonas plantadas con estas cubiertas disminuyeron, mientras que la fauna beneficiosa aumentó.
También se encontró una solución para convertir un subproducto de la vinificación, el orujo de uva, en vermicompost para viñedos. El proyecto piloto culminó con la instalación y puesta en marcha del primer vermirreactor de orujo de uva en 2021, lo que permitió convertir aproximadamente 100.000 kg de orujo de uva en aproximadamente 40.000 kg de vermicompost con propiedades bioestimulantes y protectoras. Se trata de un proceso de viticultura sostenible dentro de una economía circular.
La bodega trabaja actualmente en otros proyectos conjuntos orientados a la innovación, la digitalización y el desarrollo sostenible del sector, incluyendo el seguimiento del recorrido del vino: se están desarrollando sensores multiparamétricos para monitorizar los procesos de producción, fermentación, almacenamiento y conservación del vino en tiempo real. Esta solución ya se ha probado y se seguirá utilizando durante esta vendimia para confirmar la fiabilidad de las lecturas de los sensores durante estos procesos.
Fuente: Innova Campo Galego.
