¿Y si la clave para reducir los costos de los alimentos para animales estuviera flotando en estanques? La azolla, un pequeño helecho acuático, se posiciona hoy como una alternativa prometedora para aliviar la presión sobre los cereales proteicos tradicionales.
Redacción Mundo Agropecuario
En un escenario donde los precios de los insumos agrícolas se disparan, su potencial como “oro verde” podría reconfigurar la rentabilidad del sector agropecuario.
Este helecho acuático mantiene una relación simbiótica con la cianobacteria Anabaena azollae, lo que le permite fijar nitrógeno atmosférico y enriquecer su valor proteico. Diversas investigaciones destacan que puede contener hasta un 25 % de proteína cruda, además de calcio, fósforo y potasio, nutrientes claves en la nutrición animal.
La versatilidad de la azolla es otro de sus puntos fuertes: se puede usar como suplemento en dietas de aves, cabras y peces; funciona como fertilizante verde en los campos de arroz; y hasta se estudia su potencial como biocombustible y agente de captura de carbono. Su crecimiento acelerado —capaz de duplicar biomasa en pocos días bajo condiciones adecuadas— refuerza su atractivo.
Experiencias en la alimentación animal
Los ensayos prácticos confirman un potencial considerable. En Filipinas, pollos de engorde alimentados con un 10 % de harina de azolla mantuvieron índices productivos similares a los controles, aunque niveles mayores redujeron la eficiencia. En cabras, reemplazar hasta la mitad de la proteína de la soja por azolla microphylla permitió sostener la ingesta, pero dosis más altas afectaron la digestibilidad.
Estos resultados sugieren que la azolla no sustituirá completamente a la soja o el maíz, pero puede ser un suplemento viable que reduzca costos en un sector donde el alimento representa hasta el 70 % de los gastos de producción.
Retos para su adopción masiva
No obstante, la ruta hacia su consolidación enfrenta varios obstáculos:
- Calidad variable: su composición depende de factores como pH, temperatura y nutrientes del agua.
- Alta fibra: limita su uso en exceso en monogástricos.
- Procesamiento: secado y conservación aún requieren tecnologías más eficientes.
- Escalabilidad: producir a gran escala implica estanques diseñados, logística y control constante.
- Impacto ecológico: mal manejada puede comportarse como especie invasora, cubriendo cuerpos de agua naturales.
Azolla: ¿promesa o realidad?
La azolla reúne todas las condiciones para convertirse en un aliado estratégico frente a la crisis de los alimentos balanceados. En regiones cálidas y con recursos hídricos, su implementación puede ser relativamente sencilla y rentable. Pero el gran salto dependerá de la inversión en investigación aplicada, el desarrollo de variedades más digeribles, la capacitación de productores y la generación de cadenas de valor estables.
Más allá de su papel como suplemento animal, la azolla abre un debate sobre el futuro de la agricultura: ¿apostar por cultivos intensivos de alto costo o integrar soluciones biológicas de bajo impacto ambiental? En este dilema, el “oro verde” puede ser mucho más que un helecho flotante: podría convertirse en símbolo de un modelo agropecuario más circular y sostenible.
