Las gallinas comienzan a poner más huevos incluso en climas cálidos cuando se las alimenta con este subproducto del procesamiento de la remolacha azucarera.
El estrés térmico estival es un grave problema para la avicultura. Con altas temperaturas y humedad, la capacidad termorreguladora de las aves se reduce significativamente, al igual que su productividad.
El estrés térmico causa diversos problemas en gallinas ponedoras, pollos de engorde y patos, como disminución de la productividad, deterioro de la calidad de los huevos y la carne, y aumento de la incidencia de enfermedades. Como resultado, la industria avícola sufre importantes pérdidas económicas.
La betaína, un subproducto del procesamiento de la remolacha azucarera, muestra un gran potencial como aditivo alimentario para aliviar el estrés térmico en los animales.
Betaína, que tiene propiedades osmoprotectoras;
- actúa como osmorregulador para mantener la presión osmótica celular normal;
- previene la pérdida de agua;
- protege las proteínas y enzimas de las células intestinales del estrés, como las altas temperaturas;
- regula el equilibrio hídrico;
- estabiliza el metabolismo de los tejidos;
- reduce la pérdida de productividad;
- Mitiga las respuestas fisiológicas al estrés térmico al mejorar la absorción de nutrientes.
En las plantas, la betaína se sintetiza y acumula como osmoprotector contra el estrés salino y térmico. En los animales, la betaína es un producto de la oxidación de la colina y desempeña un papel crucial en la regulación de la presión osmótica.
Varios estudios han demostrado que la suplementación con betaína en la dieta puede ayudar a regular la presión osmótica en animales expuestos a estrés por altas temperaturas. Esta regulación ayuda a prevenir la deshidratación, retener el agua celular y mejorar la digestibilidad y el crecimiento.
En los últimos años se ha descubierto que la betaína, además de mejorar la cantidad y calidad de los huevos de gallina, reduce la emisión de gases nocivos de las heces de las gallinas ponedoras sometidas a estrés térmico.
Un estudio internacional realizado por científicos de la Universidad de Dankook, República de Corea, y la Universidad Normal de Tunghua, aclara el papel de la betaína para las gallinas ponedoras.
Con base en los resultados relacionados con la betaína, los investigadores plantearon la hipótesis de que esta, al actuar como mitigador del estrés térmico y reducir las emisiones de gases nocivos, tendría un efecto beneficioso en las gallinas ponedoras expuestas a altas temperaturas. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la suplementación con betaína en el rendimiento del crecimiento, la digestibilidad de nutrientes, la calidad del huevo, las emisiones de gases nocivos y el perfil sanguíneo de las gallinas ponedoras durante el verano.
En este experimento se utilizaron 216 gallinas ponedoras Hy-Line de color marrón (28 semanas de edad). Las gallinas se dividieron aleatoriamente en tres grupos. Cada grupo contaba con seis réplicas, con 12 gallinas cada una.
La temperatura ambiente fue de 32 ± 1 °C de 9:00 a 17:00 y de 26 ± 1 °C en los demás momentos. Los grupos incluyeron dieta basal (CON), dieta basal + 0,075 % de betaína (TRT1) y dieta basal + 0,15 % de betaína (TRT2).
Los resultados mostraron que la suplementación con betaína en gallinas ponedoras resultó en una mejora significativa en la producción de huevos entre las 6 y 8 semanas (p < 0,05). El crecimiento de las aves mostró una mejora lineal a las 8 semanas con la suplementación con betaína. Se observó un aumento significativo en la digestibilidad de la materia seca y el nitrógeno a las 8 semanas del experimento (p < 0,05). Además, a las 8 semanas, las gallinas suplementadas con betaína mostraron una disminución lineal en la formación de gases de NH₃, H₂S (p < 0,05) y metilmercaptano (p = 0,05).
La betaína también redujo linealmente los niveles de cortisol en sangre (p < 0,01). Por lo tanto, el aumento del contenido de betaína en la dieta de las gallinas ponedoras durante el verano contribuyó a una mayor producción y calidad de los huevos, al control de gases y a una mejora en el recuento sanguíneo.
Los investigadores añadieron que la betaína aumenta la producción de huevos y el grosor de la cáscara. Los científicos atribuyen este aumento en la producción promedio de huevos a que la betaína promueve el metabolismo de los metilo, aportando grupos metilo para la síntesis de aminoácidos y compensando la disminución del consumo debido al calor. En general, añadir betaína al alimento de verano para gallinas ponedoras es beneficioso para aumentar la producción y la calidad de los huevos, además de mejorar la salud de las aves.
Fuente: Animals 2025, doi.org/10.3390/ani15172565
